Capítulo 28

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Erik se quedó mirando a cada detalle de la ciudad mientras conducía a camino de casa.

Para él solo era el principio.

Habíamos llegado a casa después de haberle recogido.

Entrábamos ambos en la casa y Erik se quedó mirando con toda atención el salón mientras tocaba su cabello.

Parecía no gustarle.

-Que casa más antigua.-dijo de forma despectiva mientras miraba su alrededor.-

-Lo sé.-

-¿Y donde dormiré?-

-Dormirás en la habitación de mi madre, pero tengo que arreglarla un poco.-

Le empezaba a enseñar la casa mientras que él se quedaba mirando sin quitarle la vista a ninguna parte de la casa, parecía disgustado por la casa en la que vivía pero no tenía otra opción.

Y cuando vio el cuarto mi madre su reacción fue de lo peor.

-¿Tengo que dormir aquí? Esta habitación es muy oscura.-

-Es por las cortinas, pero si las cambio o las quitó entrará mucho sol.-

-¿Y no me puedo quedar en tu cuarto?-

-No, es mi cuarto.-

-Tu cuarto tiene mejor aspecto, y mejores vistas hacia a fuera.-

-Pero es mi cuarto, Erik.-

Rodaba sus ojos dejando la maleta en la cama de matrimonio de mi madre y suspiró asintió.

No tenía otra opción qué aceptar.

Le dejé qué colocará su ropa en el armario, y que se acomodará mejor.

En cuanto a mi decidí preparar la cena por qué ya estaba anocheciendo.

******

Había preparado una pizza casera a la barbacoa y en otro plato había preparado unas patatas Deluxe.

Erik se acercó a la cocina y se quedó en la puerta señalando la mesa.

-¿Eso es pizza?-

Asentí lentamente mientras le señalaba los platos.

-Pon la mesa.-dije.-

Erik asintió lentamente mientras me obedecía, tomaba del plato de patatas dejándolo sobre la mesa, colocaba los cubiertos, vasos..

Empezamos a comer cuando todo estaba preparado.

Erik estaba comiendo pizza mientras ponía una cara de placer por la comida u comenzó a señalar la porción de pizza que se estaba comiendo.

-Es la mejor pizza que he probado en toda mi vida.-

Me reí levemente por la alegría que se le mostraba en su cara y mientras tanto me quedaba observándole mientras que comía, cuando tragaba le señalaba la pizza.

-¿No sueles comer pizza allí o que?-

-¡No!-dijo con fastidio mientras se me quedó mirando.- En el pueblo comemos muchas sopas, y carne de vaca o de buey, pero siempre la acompañamos con sopas y la sopa de tomate es la más común.-

-Tampoco suena tan mal, ¿no?-

-Si lo comes todos los días, si, y además mi madre no me deja comer pizza por qué dice que es mala para la salud.-

-Mala para la salud..-dije burlándome por lo que él me contó mientras coloque mi mano sobre mí y me quedaba mirándole.- Aquí comerás cosas diferentes.-

Lo que siento por ti es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora