Capítulo 33

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Erik

Mi primo y yo no hablamos más sobre el tema de la marihuana, y yo vendí todo esa droga por si acaso pero en mi habitación ya no había más.

Christopher tenía la cabeza a otro lado, se fue unos días con Chloe a un motel pero antes de que se fuera, mientras que mi primo estaba durmiendo decidí llamar a Hailey por qué tenía un buen plan.

Aclaraba mi garganta para imitar la voz de mi primo, aunque el tenía la voz un poco más grave que yo, pero podía imitarla, nuestras voces eran parecidas.

Hailey parecía no querer cogerlo pero lo hizo.

-¿Christopher?-preguntó extrañada al recibir mi llamada.-

-Si, soy yo.-dije imitando la voz de mi prima tocando mi garganta por segundos.-

-¿Que pasa?-

-Es sobre Brandon, él está preocupado.-

-Creo que eso es tema de él y mío..-

-Él me ha pedido que te llamé, sino, no lo hubiera hecho.-

-¿Brandon te ha pedido que le llames? ¿Para qué?-

-Por qué él también está enfadado pero te necesita, quiere que habléis, pero claro.. sois tan orgullosos.-

-Ay, Christopher.-

-Lo que quiero decir es que vengas tú, vendrá Brad y también Chloe, estaremos los cuatro juntos y así la tensión se irá.-

-No creo que sea buena idea, por el tema que estamos peleado es muy complicado.-

Ese era el problema, que no sabía por qué estaban peleados.

-No seas orgullosa, Hailey, y ven, Brad te necesita de verdad.-

Ella suspiró poco convencida por mi idea e incluso se lo estaba pensando.

-No lo sé qué haré, tendría que pensármelo.-

-Como quieras pero estaremos aquí, esta noche.-

Hailey volvía a suspirar nuevamente, ni si quiera se despedía cuando me colgó y me quedé con mi móvil pegado a la oreja.

Es una excusa de mierda y no se si se quedará cuando Hailey venga pero algo tengo que hacer para que se quedé.

Quiero pasar más tiempo con ella a solas por qué realmente me gusta mucho.

Suspiraba con frustración pensando en lo que pasaría esta noche.

Por suerte, menos mal que Christopher se va.

*******

Serían alrededor de las diez y media de la noche cuando ya me quede solo en casa.

Había abierto la botella de vino que sobró por qué nadie había tomado, excepto Hailey y yo.

La dejaba en la cocina para que pareciera que todo estaba improvisado, y yo me quedaba en el salón con los pies subidos en la mesa.

Pero de repente la puerta comenzó a sonar, me quedé paralizado al escuchar el timbre y me levanté rápidamente acomodando mi ropa.

Me encontraba nervioso pero tenía que actuar como si nada pasará.

Andaba lentamente hacia la puerta hasta que me colocaba frente a la puerta y abría.

Hailey.

Ella me sonrió al verme mientras traía una botella de vodka y alzaba mis cejas, actuaba como si no entendiera que hacía aquí.

Lo que siento por ti es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora