Capítulo 43

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Había tenido un verano espectacular junto a Alexa pero cada noche tenía una pesadilla distinta.

Es relacionado con ella o con mi madre.

Cada noche me despertaba con angustia como si me faltará el maldito aire para respirar, me sentía fatal por aquellas pesadillas, que parecían tan pero tan reales.

Esta vez Alexa no se despertó y me quedé mirandola cuestión de segundos, decidí levantarme cuidadosamente para no despertarla y salía de la habitación para dirigirme a la cocina.

Me estaba tomando un vaso de agua sintiéndome angustiado ante la pesadilla relacionado con mi madre.

Retiraba la silla de madera que había en la cocina, me sentaba lentamente y respiraba profundamente tomando la calma.

Paso un largo rato hasta que entraba Alexa rascando su ojo, tenía un rostro adormilada, y se me quedaba mirando con preocupación.

-¿Otra vez has vuelto a tener pesadillas?-

-Si.-

-¿Quieres que te prepare un té o un vaso de leche?-

Negué lentamente con el ceño fruncido.

-Ya tomé un vaso de agua.-

Alexa suspiró acercándose a mi, y se sentó a mi lado pasando su mano fría por mi cálida piel.

-Christopher, puedes contarme las pesadillas que tienes.-

La miraba con desconfianza por qué no quería contarle, volvía a mirar al frente resoplando y pasaba mis manos por mi cabeza.

Llevaba un año y medio de relación con Alexa.

Ella sabía de mi pasado pero no lo suficiente, y se que ella me ama, creo que ya era hora de contarle la verdad.

-Ya sabes sobre la accidente de mi madre, ¿no?-

Alexa asintió escuchandome atentamente.

-Antes del accidente, mi relación con mi madre era distante, era fría.. cada uno hacia su vida por separado y yo me sentía solo, como si me hiciera falta amor, en ese momento me refugié en las drogas.-dije, haciendo una pausa y me detenía a mirar su expresión del rostro que estaba sorprendida pero aún me seguía escuchandome.- A los quince o dieciséis no recuerdo, empecé a fumar marihuana junto a un amigo que se llamaba Matthew, nos íbamos de fiestas todos los días, nos saltabamos las clases.. vivía mi adolescencia de forma tóxica y mi madre lo sabía, ella se enfadaba por mi forma de vivir pero tampoco.. tampoco se preocupaba lo suficiente y en ese momento conocí a Lydia.-

Alexa se puso tensa al escuchar el nombre de mi ex, colocó su cabello hacia atrás, asintiendo y prestándome más atención que nunca.

-Lydia me daba el amor que necesitaba o eso pensaba, pensaba que lo que teníamos era amor pero me convertí en un sumiso de ella, aguantaba sus celos, aguantaba sus paranoias, aunque la aguantaba drogandome, pero me sentía que tenía a alguien al lado mía, cuando en realidad era una compañía más, fue.. una relación bastante tóxica por parte de ella, y en ese momento.. un día tuve una fuerte discusión con ella por el móvil, empecé a fumar y a fumar.. mi madre quería que la acompañará en coche a mirar unos nuevos muebles para la casa y.. ocurrió.-

Hice un gesto con las manos, gesticulando la explosión de una bomba imaginaría y suspiré.

-Mi madre se quedó paralítica, y yo quedé ileso, y toda mi vida llevo arrastrando esa culpa..-dije con cargo de consciencia recordando lo ocurrido con la mirada llena de culpa.- La situación me superó, y no fui capaz de cuidarla, no sabía cómo.-

Lo que siento por ti es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora