15.

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Una cosa era pensar y otra hacer.

Yongsun cuándo estuvo frente a su madre lo tuvo muy claro, no tenía valor para decirle que se iba, no podía decirle que no quería seguir más en es lugar y regresaba al lado de quien su madre pensaba era el enemigo.

Se quedó todo el tiempo que le exigieron, aguantó a todos los viejos que le dedicaban miradas descaradas, sonrió y se comportó cómo le dijeron que debía.
Cuándo salió de esa reunión se juró que de esa semana no pasaba, que esa semana diría lo que sentía y se iría.

Por supuesto que la semana jurada paso, entre tareas y ordenes los días pasaban y cada día se le hacía más difícil negarse. ¿Antes disfrutaba de hacer todo eso?

No entendía cómo es que antes no se cuestionaba todo lo que hacían. O quizás si lo hacía pero no lo veía tan grave. Aún no había vivido en carne propia el dolor y miedo que sus víctimas sentían. En ese tiempo su familia no había tocado a personas que ella consideran inocentes. Antes el nombre de Moonbyul no resaltaba en toda la historia.

* * *

La madrugada había llegado y Yongsun no paraba de dar vueltas en su cama, el día había sido agotador y sus pensamientos no se iban, Moonbyul no salía de su cabeza.

Se levantó y vio la hora en su celular. Eran casi las 3 de la mañana, seguramente Moonbyul estaría en casa y le tomaría la llamada. Necesitaba verla.

Un tono. Dos tonos y al tercero la cara de Moonbyul apareció en la pantalla.
La sonrisa que Yongsun había tenido al imaginar su cara, había desaparecido. Moon no estaba sola, lo sabía por la forma en que sus labios estaban hinchados y toda su cara demostraba satisfacción.

Sintió un nudo formandose en el estomago cuándo vio a Moonbyul levantarse de una desordenada cama y enfocar sin querer el brazo de alguien más.
Yongsun no estaba en ese lugar pero podía jurar que sentía el olor de esa habitación, todo en ella gritaba sexo.

Se sintió estúpida al ver las marcas en el cuello de Moonbyul, también sintió ganas de tomar un vuelo e ir directo a abofetear a aquella tonta rubia que no podía estar sin nadie a su lado, se quiso abofetear ella misma por sentir celos de alguien que hace mucho no era suya. Desde hace mucho que Moonbyul no era su novia y aun así no podía evitar querer reclamar.

De forma tonta le pidió a Moonbyul que terminara la llamada y volviera a lo que fuera que estuviera haciendo, que le había marcado por accidente y no había nada de que hablar.

Tuvo la esperanza de que Moonbyul se negara a cortar y se quedara hablando un rato con ella, pero no fue así, Moonbyul quiso creer aquella estupidez y de forma apresurada le cortó sin pensarlo dos veces. Yongsun se sintió decepcionada.

Se quedó dormida con la sensación amarga, con el pecho a punto de explotar, la garganta le dolía, el aguantar las lágrimas la dañaba pero no pensaba derramar ni una sola gota por algo que ya sabia iba a pasar, Moonbyul no era alguien que la iba a esperar siempre, no eran nada y no le debía fidelidad. La única que se había hecho ilusiones era ella, la única que esperaba cosas a cambio de nada era ella.
* * *

-Necesitamos callarlo, si dejamos que llegue ya sabes lo que va pasar, no creo que sea el gran problema, pero es mejor solucionarlo antes de que pase.

-¿a quién mandamos?, ya hay varios que están dispuestos a entrar y esta es una buena oportunidad.

-¿a quién mandamos? Si quieres podemos mandar a tu madre ¿mandar a alguien que todavía no está dentro y no sabemos si es confiable?- el ambiente era tenso, a pesar de que estaban en un lugar acogedor el ambiente entre ellos era muy... desagradable.- si vas a mandar a alguien a que haga algo así, tiene que ser uno de nosotros, no podemos dejar que nadie más se involucre, no sabemos cuántos más se quieren pasar de inteligentes.

-¿Es necesario que sea uno de nosotros? No las quiero mandar, no a una de ellas, ya hicieron mucho.

-Yongsun es la que más ganas tiene de irse, que haga esto y ya luego vemos dejo que se regrese, de todos modos no está haciendo nada aquí, no hace bien las cosas por andar pensando en aquella mujer.

-No, ella no. Ya suficiente a hecho estos meses. Voy yo, ya no quiero que haga nada más.

-¿por que siempre la andas protegiendo? Ya no es una niña, por cómo la has malcriado es que es así, por eso nunca quiere seguir órdenes, ya es hora que haga algo bien y sirva de algo, no todo el tiempo vas a estar para cuidarla. Es necesario que sea ella si no querés más problemas.

El hombre no dijo nada, sabia que mucho no podía hacer, si esa era la única forma de que Yongsun se fuera sin que su madre la estuviera presionando de más, entonces quizás esa era la mejor opción.

-Es lo último que va hacer, por ahora. Después de eso que haga lo que quiera, que descanse y si quiere juegue a tener una vida feliz.

La mujer salió de la pequeña oficina dejando sin opción de opinar a aquel hombre.

En esa habitación no se quedó solo un hombre preocupado, se quedó un padre, uno que tenía un presentimiento muy malo. Temía por la vida de su hija, tenía miedo de la decisión que su esposa había tomado ¿era buena idea mandar a la menor de sus hijas? ¿era bueno mandar a su pequeña niña que estaba sufriendo de un corazón roto?

Corazón que había ayudado a romper.

Iván Kim no se atrevía a decirlo en voz alta, mucho menos frente a su esposa lo mucho que odiaba todo aquello que los rodeaba. Odiaba tener que arruinarle la vida a su niña, de las tres hermanas ella era la que mayor precio tenia que pagar, era la que más tenía que perder gracias a los errores que ellos habían cometido.

Dios sabía cuántas veces había tratado de sacarla de todo eso, cuánto había rogado porque su hija tuviera un destino diferente y pudiera ser feliz sin importar los errores de terceros.

Lo único que le pedía a la vida era que sus hijas siempre estuvieran bien, ellas jamás había pedido nacer en esa familia.

* * *

Habría sido muy fácil si aquella tarde Yongsun no hubiera tomado la decisión de ser egoísta por primera vez en su vida.

Cuándo escuchó la "pequeña misión" que su madre madre le estaba dando, lo único que pudo pensar fue en que se largaría y no haría nada de lo que se le estaba pidiendo. ¿Matar a sangre fría a un pobre hombre que seguramente no había hecho nada malo? Hasta para ella eso era mucho, no solo lo tenia que matar, tenia que cubrir el asesinato y arreglar todo para que se desligara de su familia. No solo tenia que matar, tenia que sobornar y chantajear. Estaba harta y cansada para hacer todo eso.

Lo peor de todo es que aquel hombre no había hecho nada malo, según su juicio querer salirse de toda esa mierda no era ningún pecado, quizás él solo quería tener una vida tranquila junto a su familia y ella no se consideraba capaz de quitarle ese sueño.

Por eso Yongsun no hizo la parada que su madre le había pedido, tomó vuelo directo a Seúl, al lugar al que pertenecía.

La emoción llenaba el cuerpo de Yongsun, después de varios meses vería a Moonbyul. Tanta era su emoción que del aeropuerto fue directo hasta el edificio de Moon, no quería retrasar más todo aquello.

El señor de recepción le comentó que Moonbyul no se encontraba, pero cómo ya la conocía le podía entregar la llave de repuesto, de cualquier forma esa llave siempre le había pertenecido a Yongsun y aquel amable señor lo sabia.

Agradeciendo la amabilidad, Yongsun se despidió y sin más se dedicó a subir los dichosos pisos para llegar su ansiado destino.

Cuándo logro abrir aquella puerta pudo sentir la verdadera paz, todo estaba cómo lo recordaba, nada había cambiado. Dejo la maleta en la entrada y sin querer husmear mucho más, se tiró al sofá que estaba en la entrada.

Se sentía en casa.

Ese era su hogar, el lugar en dónde se encontrará su luna siempre iba a ser su hogar.

Era una completa lástima que Yongsun decidiera seguir a su corazón y no a su instinto. Una completa pena era aquello.

Confundir sus emociones y no hacerle caso a aquella voz que le decía que estaba todo mal. La única vez que su madre había confiando en ella de forma sincera y había puesto literalmente su vida en sus manos, Yongsun no se enteró.

Era triste que un momento tan feliz cómo aquel, fuera la desdicha de otros.

Silencio (Moonsun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora