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Moonbyul no sabía que es lo que hacía en ese lugar, se había dejado convencer y de la peor manera. Solar siempre encontraba la manera de convencerla para todo.

Después de esa pequeña pelea que habían tenido en el apartamento de la rubia, Moon se había disculpado sin saber si era lo correcto, la mayor desde luego que aceptó sus disculpas, pero con la condición de que la acompañara a aquella dichosa fiesta de cumpleaños.

Por supuesto que Moonbyul se había vuelto a negar, pero los días pasaron y Solar encontró la forma de convencerla. o mejor dicho, encontró la forma de chantajearla.

Por eso ese dia Moonbyul se encontraba en la barra de aquel lugar observando cómo Solar rompía, una vez más, su promesa. Desde que habían llegado la había dejado sola, en el momento que se enteró que la novia de Wheein no iba a llegar, la mente se le nubló y corrió a ser el premio de consuelo de aquella insoportable mujer.

-Para las penas siempre sirve un trago de tequila- le dijo aquel barman que la había estado acompañando toda la noche.

-Nunca lo he tomado, además de que no creo que sea buena idea mezclarlo con las cervezas que me he tomado- respondió sin muchas ganas desviando la mirada para ya no ver a aquella pequeña traicionera.

-Si es para ver cómo te abandonan por otra, yo creo que siempre es buena idea- decía mientras le acercaba un caballito - pero es cómo usted quiera, por si las dudas se lo dejo, me gustaría quedarme con tan bella rubia, pero tengo que seguir atendiendo-. Sin más la dejo no sin antes sonreírle de forma "coqueta"

Moonbyul rodó los ojos fastidiada por la falsa amabilidad de los hombres, alejó el caballito sintiendo desconfianza, además de que no quería emborracharse pues a pesar de todo ella había ido para cuidar de Solar.

Habían pasado unas cuántas horas desde que Moonbyul había llegado, muy a pesar de su desesperación no se había movido de su lugar, estaba en un trance esperando por su amiga. Diferentes personas se le acercaron, pero ella no tenía intención de prestarles atención, no le importaba nada más que el bienestar de Solar. Parecía una clase de guardaespaldas cuidando a su jefa desde la distancia.

No pretendía tomarse ese tequila mucho menos seguirle el juego a aquella peli-negra que se había quedado a su lado. Pero hubo un momento de la noche en la que vio cómo Solar besaba a Wheein, vio cómo el amor de su vida se entregaba a un amor que no era ella.

El ardor en la garganta que le provocó aquel trago de tequila no era ni la mitad de fuerte cómo el ardor que tenía en el pecho luego de ver a su amor besando a otra.

Los besos de esa peli-negra no eran ni la mitad de buenos cómo lo eran los de Solar.

Cada shot era una puñalada más fuerte a su corazón, ya que cada trago era un beso que aquellas se daban.

Aquel barman tenía toda la razón, el tequila era la mejor opción.

Con cada trago encontraba más atractiva a aquella peli negra -Vámonos de aquí, Solar- Decía una muy borracha Moonbyul, mientras trataba de tomar la mano de aquella mujer.

La peli-negra confundida por aquel nombre sonrió con malicia, solo le tomó dos segundos entender que aquella guapa mujer se estaba emborrachando por el amor de otra. No dijo nada pues un simple nombre no le iba a joder, además de que ¿quién era ella para decirle no a una noche de sexo?

Estaba dispuesta a ser esa Solar que ella necesitaba si eso significaba terminar la noche con una mujer cómo ella.

* * *

Al despertar no supo en qué lugar estaba o cómo había llegado. Agitada miro a su alrededor, los ojos se le hicieron agua cuándo notó una mujer a su lado. No, no y no. No podía ser, no podía haber cometido ese error otra vez.

Trató de mantener la calma, pero era imposible, había jurado no hacer esto, no otra vez.

La mujer a su lado empezó a despertar, cuándo está dejó al descubierto su rostro no supo si estar más aterrada o aliviada.

Era una completa desconocida y no se trataba de quien ella pensaba.

-Buen día, rubia ¿por qué no vienes y seguimos lo de hace rato? - Moonbyul al instante se sintió asqueada, pues era muy obvia aquella situación, se había acostado con esa mujer solo porque tenía ciertas similitudes con Solar y estando borracha seguramente la había confundido

-Lo siento, tengo que irme, se me hace tarde-.

Trataba con todas sus fuerzas de recordar algo de la madrugada, pero su mente estaba en blanco.

-No has visto ni la hora, no seas tan aligerada, quédate y sigamos disfrutando. Puedes llamarme de la forma que quieras, no me molesta ser Solar- la mujer no conocía la vergüenza

La puerta de ese hotel fue azotada con mucha fuerza. Moonbyul había salido casi volando.

"Tiene que ser una maldita broma" es lo que pensaba Moon, no podía creer que había tenido sexo con otra mujer pensando que era Solar, el dolor de su cabeza no era nada comparado con el dolor que sentía en su pecho.

Estaba tan asqueada y decepcionada de sí misma.

* * *

Llegando a casa fue directo a tomar unos analgésicos, hubiera preferido no hacerlo ya que mientras más se calmaba su dolor de cabeza, más era el dolor en su alma que daba paso a la vergüenza.

Pequeños recuerdos le llegaban y todos eran muy dolorosos; Solar dejándola sola cómo siempre, ella aceptando tragos de tequila mientras se besaba con la mujer que se parecía a Solar. Ella tocando a esa mujer y terminando en una cama sucia de hotel.

Las lágrimas empezaron a salir cuando le llegó el recuerdo de Solar mirando de una manera casi perfecta a Wheein, la miraba llena de amor y deseo, la miraba cómo si fuera la última mujer en la tierra. Le dolía tanto el saber que ella estaba muy lejos de recibir una mirada cómo aquella.

Le dolía saber que para Solar ella era solo una amiga a la cual podía utilizar cuando quisiera. Odiaba el momento en que pasaron la línea de la amistad, odiaba a Solar y se odiaba ella misma por permitir que sus sentimientos fueran más grandes que todo.

Odiaba la manera tan desesperada en la que la quería, odiaba que Solar se hubiera enamorado de otra. Odiaba la manera en la que siempre criticaba a Solar por hacer lo mismo que ella. Odiaba ser el perro faldero de Kim Yongsun

Solar siempre había sido la persona más importante en su vida y no lo podía cambiar, siendo sincera no quería cambiarlo y tampoco podía. No le importaba humillarse si eso significaba tenerla más tiempo a su lado. Se había convertido en una persona miserable gracias a su amor. Se había convertido en todo lo que juro no ser

Por eso sus lágrimas dolían más, nadie se imaginaría que la gran Moon Byul-yi estaría en medio de su cama llorando un amor que jamás le correspondería. Nadie imaginaba que aquella mujer que aparentaba ser segura de sí misma y tenía una fila de personas esperando por ella, sufría día y noche porque su mejor amiga no le podía dar lo que ella tanto buscaba.

Nadie se podía imaginar que aquella poderosa mujer estaba tan rota, tenía tantas inseguridades, cada día era un nuevo reto para ella, cada día trataba de no odiarse, cada día trataba de encontrar a que aferrarse. Pero últimamente se le estaba haciendo más difícil de lo normal.

Silencio (Moonsun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora