Capítulo extra.

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La vida muchas veces presta segundas oportunidades y él fiel escudero de la familia Kim lo sabía mejor que nadie.

Su vida había cambiado drásticamente cuándo la matriarca de lo que él pensaba era un clan, le había salvado la vida. Sabia que pocos tenían su suerte, pocos tenían la dicha de estar bajo su protección.

Pero hacer tratos con el diablo tenia sus pro y sus contras y eso lo sabía muy bien, el recibía protección y un poco de cariño a cambio de lealtad incondicional, era gracioso cómo le prometían seguridad pero para mantener a salvo el apellido Kim tenia que arriesgar día a día su propia vida, no se quejaba pero era extraño.

Lo único que no le gustaba era que tenia que mantenerse en las sombras, trabajando sin descanso, planeando cada pequeña cosa para que todo saliera bien pero sin que nadie lo descubriera o supiera de siquiera su existencia, tenia una familia o eso creía él pero jamás podía estar cerca, los Kim eran su familia pero jamás podía decirlo.

Desde que tiene memoria tiene una misión y no piensa dejarla de lado nunca, todos hacen sacrificios y él debía hacer los suyos. Aunque no todos los Kim le cayeran bien debía protegerlos, esa había sido su promesa.

No se quejaba que los trabajos sucios siempre le tocaran, ensuciarse las manos para que otras las tuvieran limpias, pero estaba un poco cansado físicamente, últimamente todos le estaban poniendo difícil cumplir con su misión.

-Lo resolví, madre. No tienes que preocuparte.

-Sabia que lo harías, aunque te confieso que hubo un momento en que lo dudé. Pensé que ya te había perdido.

-¿Lo dices por lo que te confesé?

-Lo digo porque se que cuándo uno se enamora pierde sus objetivos de vista y posiblemente la madre pasa a un segundo plano. No me sorprendería que elijas proteger a tú nuevo amor antes que a mi.

-El amor no debería de ser un obstáculo, ellas me lo enseñaron, puedo proteger a mis seres amados sin dejar de lado a uno. Jamás te pondría después que a alguien, el amor que te tengo no tiene comparación. Eres mi madre.

-Estas no son tus palabras, no importa lo que digas no me convencerás de lo contrario. No se en que momento permití que te metiera esas ideas tan bobas sobre el amor.

-No son ideas bobas...

-¿Que te hizo cambiar de idea tan drásticamente? Desde que me dijiste lo muy enamorado que estabas no puedo dejar de pensar ¿en qué momento pasó?

-No pasó de un día para otro, sin quererlo se me presento la oportunidad de conocerla, conocer un lado que jamás había visto, un lado que tú jamás me contaste. Descubrí que no todo es blanco y negro que existen los matices y ella es parte de ellos. Descubrí que quería tenerla en mi vida...

-No me interesa tú novela, no quiero escuchar cómo te victimizas y lloras por no conocerla antes ¿al menos sabe que existes? Vete quitando cualquier ilusión que tengas porque en el momento que sepa quien eres o que existes te mandará a dónde perteneces, no tendrá piedad y quedarás con el corazón roto ¿no lo ves? Solo quiero tú tranquilidad, no quiero que alguien cómo ella te lastime, conozco las heridas que la gente cómo ella provocan.

Él no volvió a responder y bajo su cabeza en señal de sumisión. Su madre tenía razón, él no existía para ella, ella lo odiaría si un día intentaba algo. Ella no le pertenecía.

-Volviendo al tema principal. ¿Supiste si esa miserable estaba haciendo tratos con alguien más?

-La razón por la que supe que estaba haciendo trampa fue por eso, porque estaba tratando de conseguir dinero de otras dos personas. No tenia pruebas, ni nada, solo tenia la sospecha de que existían y sus minas de oro le creerían sin problema.

Silencio (Moonsun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora