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Pov: ¿?

La vida y la muerte son dos aspectos fundamentales e inseparables de la existencia humana. Constituyen un misterio profundo y despiertan preguntas trascendentales sobre el propósito y el significado de nuestra existencia.

Muchos dicen y ven la vida cómo un regalo precioso y fugaz, un viaje lleno de experiencias, enseñanzas, relaciones y  emociones que nos brindan la oportunidad de crecer, avanzar, amar y aprender. Cada momento de la vida es valioso e inigualable. Se dice que debes vivirla plenamente porque no se vive una segunda vez.

También dicen que la muerte y la vida no son tan buenos compañeros, le temen a la muerte porque la ven cómo el fin de algo. Les atemoriza lo desconocido, ruegan que el día nunca llegue. Piden que el día de su llegada se retrase y a pesar de pensar que la vida se vive solo una vez, se la pasan haciendo cosas que a ellos les parecen buenas, solo para tener la constancia de que sus muertes serán tranquilas, se la pasan viviendo bajo las sombras de lo que la sociedad considera bien, amargados y aburridos unos de los otros pero sin atreverse a mandarse directo al infierno, por miedo a ellos mismos irse a ese lugar.

Desde mi perspectiva la vida y la muerte son muy buenos amigos. La muerte siempre me ha gustado más que la vida, me enseñe a abrazar la muerte y hacerla mi amiga, la vida es buena, pero es demasiado aburrida sin la muerte. También pienso que debes tenerles profundo respeto a las dos. Si odias la muerte, la vida te odia y si odias la vida, la muerte te odia. Yo creo que Yongsun y Moonbyul eran eso. Eran la vida y la muerte.

Se abrazaban la una y la otra, se entregaban todo el calor y todo el frío que tenían para dar, se cuidaban la una a la otra sin necesidad de que una lo pidiera.

Yo habia sentido una profunda envidia por ellas.

La vida y la muerte son inevitables, entrelazadas en un ciclo eterno. Destinadas a acompañarse la una a la otra.

Muchas veces la vida se dejaba oscurecer por la muerte, se dejaba guiar por acciones que no eran propias de ella, la muerte también se dejaba guiar por la vida y su oscuridad se llenaba un poco de color cuándo cedía ante la dulzura de la vida.

La vida y la muerte hace mucho habían aceptado que habían sido creadas para estar juntas en una misma realidad, ambas aceptaron el consuelo que la otra le otorgaba e hicieron un pacto casi divino de encontrarse en esta vida y en la otra muerte. La vida y la muerte habían jurado ser leales y jamás soltarse.

Yo había aceptado que no cabía entre ellas, había aceptado quedarme en las sombras de la vida y otorgarle las herramientas necesarias para que fuera plenamente feliz con su muerte. Porque aunque a veces la muerte era cruel, despiadada e irracional, ella había aprendido a amarla. Y por consecuencia, yo había aprendido amarlas.

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Mi sorpresa fue genuina cuando fui recibida por caras conocidas que no espere ver ni de broma en ese momento.

-¿Cómo lo hicieron?- fue la pregunta que Moonbyul me hizo mientras cargaba entre sus brazos a Jack.

-¡Son la abuela y la tia!- susurro eufórico mi hijo, y acto seguido se retorcio para que su madre lo dejara en el suelo, cuando sus pies tocaron la superficie no espero, cómo siempre, a que alguien le contestara y salió disparado al encuentro de su adorada abuela que felizmente lo recibió en lo que quise creer, era un sincero y cálido abrazo.

-Supongo que tomaron el primer vuelo que encontraron.- le conteste a Moonbyul la pregunta que había hecho antes de que Jack corriera.

-Mejor dicho, tomaron el primer vuelo privado- nos detuvimos en una de las esquinas sin saber a donde ir- no me sorprendería que cada una allá venido en su propio avión privado, me hace gracia que después de tantos años sigas fingiendo que tu realidad es diferente.

Silencio (Moonsun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora