#28 pillow case

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SAN HWA WOO ────── es la primera vez.

Seonghwa mordió su labio inferior con fuerza, sentía sus piernas débiles y ligeramente temblorosas

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Seonghwa mordió su labio inferior con fuerza, sentía sus piernas débiles y ligeramente temblorosas. Sufría de una leve taquicardia producto de la situación, sus manos fueron a parar a sus propios regazos, inquieto y sin saber qué hacer.

La mirada perdida de Wooyoung, brillosa y cubierta de pasión, le encendía como no tenía idea. Pues Seonghwa jamás creyó que estaría metido en tal escenario.

Era algo mojigato, un poco conservador. Sin embargo, las vistas estaban transformándolo en alguien completamente distinto. Seonghwa veía en primera fila cómo su adorado novio era sometido por su... otro adorado novio. Las manos de Wooyoung estaban atadas con un cinturón, estaba desnudo, de rodillas sobre la cama, San yacía detrás suyo, enterrándose casi violentamente en su interior cada determinado tiempo, haciéndole expulsar los sonidos más eróticos que alguien alguna vez hubiera oído.

La mirada filosa de San se fijó en Seonghwa y el mayor sintió su respiración cortarse. Su cuerpo se sacudió, deseando mucho más de lo que era capaz de pedir.

―Hwa...

El susurro de Wooyoung pocos segundos antes de que San estimulara su sensibilidad, salió como una súplica.

Seonghwa estaba duro, y sediento. Subió ligeramente los hombros sin saber qué hacer, él no era ni de cerca un experto en las relaciones y mucho menos en el sexo, lo más cerca que había estado de la intimidad había sido un beso caliente dentro del baño de su escuela secundaria con un chico mayor que él. Era un novato metido en un noviazgo donde tenía dos novios muy calientes, que exudaban sensualidad, y sentía que no encajaba muy bien.

―Abre tus bonitas piernas, cielo.

La voz ronca de San hizo que temblara nuevamente. Apenas usando su bata de baño, Seonghwa abrió sus piernas sin dudarlo ni un poco. Wooyoung se inclinó hacia él y le acarició los muslos con su rostro muy tiernamente, aun con la tela en medio.

Sus ojos felinos se posaron en Seonghwa desde el principio. Seonghwa tragó.

Seonghwa comenzó a quitarse la bata, nervioso. No temía por lo que fuera ocurrir, estaba emocionado por ello. Quería todo lo que ellos fueran a darle, quería con cuerpo y alma unirse a ellos, ser uno. No estaba asustado.

―Este es un chico caprichoso que sólo mantiene la boca cerrada cuando tiene mi polla dentro, ¿verdad? ―San tomó del cabello a Wooyoung, y alzó su cabeza ligeramente, el menor sonrió cínico―. Y eso le encanta.

Seonghwa jadeó.

Wooyoung, una vez libre del agarre de San, se frotó suavemente contra la entrepierna húmeda de Seonghwa, su nariz jugueteó con sus genitales por encima de la tela estorbosa del boxer. Seonghwa mordió su labio inferior tentado a llenar esa caliente cavidad con su pene, pero no hizo nada más que mirar.

―Este lindo muchacho tiene una grandiosa fantasía, y no he podido sacármela de la cabeza desde que me la dijo. ―San agitó sus caderas lentamente, sin prisa, provocando suspiros largos en el menor―. ¿Quieres ayudarnos, cielo? ―inquirió, dirigiéndole a Seonghwa una tenue sonrisa.

Seonghwa vaciló, sin saber qué responderle. Claramente haría lo que fuera, por eso estaba ahí, pero esa mirada tan profunda sembraba en él sentimientos extraños. Finalmente se encontró asintiendo, expectante.

―Muy bien, ¿viste eso, Woo?

San acarició el largo cabello de Wooyoung antes de apartarse cuidadosamente de él. El sonido obsceno de sus fluidos hizo que Seonghwa se sintiera tímido.

Wooyoung gateó unos pocos pasos hasta colocarse a horcajadas del mayor. Su cuerpo canela estaba cubierto por una pequeña película de sudor y habían marcas rojas en sus pectorales producto de los salvajes besos que San le dio a lo largo de la sesión. Seonghwa llevó sus temblorosas manos a la cintura ajena, sintió cosquilleos en todo el cuerpo apenas tocar la calidez impropia.

Hyung, siempre quise estar contigo. ―Wooyoung se acercó a su rostro susurrando sus palabras en un tono erótico―. ¿Quieres hacerlo con nosotros también? ―consultó suspirando, llevó su pícara mano a los boxers húmedos de Seonghwa y tironeó de ellos juguetón.

Seonghwa asintió, mudo ante la belleza que eclipsaba sus inocentes ojos.

San sonrió, mordiendo su labio inferior. Éxtasis nublaba su mirada, sosegado por la lujuria que aquel le otorgaba tan sólo con su sensual lenguaje.

Todo lo que San hizo fue mirar, de momento.

Seonghwa esperó paciente a que Wooyoung hiciera con él lo que quisiera hacer. Las venosas manos ajenas liberaron su erección con una mirada asombrada como quien ve aquello que ha querido mirar hacia tiempo, pícaro. Wooyoung saboreó campante cada pulgada de piel y cada gota espesa hasta que, palpitantes y hambrientos, desearon más. El calor de sus cuerpos los consumía como brasas ardientes, novicios y expertos ayudándose mutuamente en una danza de placer y profundo erotismo.

Los jadeos escapándose de sus bocas se perdían entre los rincones de una habitación acostumbrada a los secretos, a las polifonías encantadoras de sus cuerpos armónicos.

―Wooyoung... ―Seonghwa sujetó con cansancio las caderas que danzaron sobre él, maravillado por el cuerpo que sin miedo ni pena se hizo uno consigo―. Wooyoungie, eres perfecto... ―murmuró bajo, encantado como barquero por el bello canto de una sirena.

―Carajo, eso fue increíble ―San mordió y besó el hombro de Wooyoung, colocándose nuevamente detrás de él―. El más bello de los espectáculos.

Seonghwa apenas podía controlar su respiración. Su pecho subía y bajaba rápidamente, agotado. Las piernas de Wooyoung ya estaban adoloridas y debilitadas, descansaba sobre la pelvis del mayor.

San tomó cuidadosamente a Wooyoung y lo recostó sobre la cama, viéndole con esa misma mirada cargada de deseo. Seonghwa se preguntó si aún tenían energías para seguir, pero no dijo nada.

―¿Estás listo, mi amor? ―inquirió San, abriendo cuidadosamente las piernas de Wooyoung.

Su entrada se contraía, palpitando, llena, rojiza. Wooyoung asintió desesperado, incapaz de decir que no.

San dirigió sus ojos gatunos a Seonghwa y sonrió.

―Amor, ven aquí. ¿No me dirás que estás cansado? ―dijo incrédulo, exagerando su tono―. Vamos a llenar este bonito agujero hasta que colapse, una y otra vez.

Seonghwa se quedó sin aliento.

Wooyoung soltó una risilla, su mano viajó por su húmedo pecho hasta sus bellos genitales y acarició casi tímidamente su zona corrupta.

―Los dos, por favor ―gimoteó.

Seonghwa lo supo entonces, esa noche no dormiría.

28052022

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28052022

SanHwaWoo para aliviar sus corazones ♡♡♡

¿Qué apetece, gente? Pidan y otorgaré

Ahre quién era

Purple Rain ⸺sanhwawoo。2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora