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Seonghwa había llegado tarde nuevamente, aunque vivía enfrente del instituto, siempre le sucedía. Sus dos amigos le estaban mirando con burla en la entrada de su salón, cruzados de brazos y tan sonrientes como costumbre.
Yunho se veía como si acabase de despertar, pero aún así tuviera la energía de dos soles. En cambio Hongjoong aún bostezaba, rascando detrás de su oreja.
―¿Por qué me miran? ―preguntó Seonghwa jugando con el dobladillo de su falda.
―Porque hoy estás más linda de lo usual... ¿eso es brillo labial? ―dijo Yunho señalando sus labios con su índice, pasándolo por el inferior suavemente.
―Mira, y se hizo ricitos ―secundó Hongjoong con un tono adorable, jugando con los rizos dorados de Seonghwa―. Son preciosos, ¿cuánto tiempo invertiste en esto?
―Como dos horas... Y no sabía qué ponerme...
―Quedaste muy linda. ―Hongjoong le corrió la silla para que se sentara en su lugar, justo en medio de ambos―. Hace mucho que no te vestías así ―comentó sacando sus útiles en espera del profesor.
Seonghwa y Yunho le imitaron. Tenían clase de Historia.
―Gracias... ―dijo tímidamente―. ¿Recuerdan a San? El chico que llegó hace dos semanas ―murmuró, sonriendo sin poder evitarlo, llevaba mirando a San desde que llegó de Japón y por más que quería acercarse, temía hacerlo y quedar en ridículo.
―¿Qué hay con él? ―preguntó Yunho cambiando su semblante completamente.
¿Acaso su chica adorable se había fijado en alguien? Pasó la lengua por el interior de su mejilla y alzó una ceja. Yunho no estaba feliz.
―¿Te gusta? ―preguntó Hongjoong deteniendo todos sus movimientos de repente, adelantándose a la pregunta que Yunho iba a hacerle.
―Es el chico más guapo que he visto... probablemente le gusten las chicas... por eso me vestiré así más seguido, quiero llamar su atención ―Seonghwa sonrió felizmente.
―Hay tantas cosas malas en lo que acabas de decir ―dijo Yunho, comenzando a molestarse más.
―¿Por qué...? ―Seonghwa ladeó la cabeza confundido, llevando su dedo meñique a sus labios.
―Porque si no le gustas como Seonghwa, tampoco le gustarás como Hwaseong ―dijo Yunho como si fuera lo más obvio, haciendo que Seonghwa se encogiera en su asiento―. No está bien cambiar para gustarle a alguien, Hwa.
―A ustedes les gusto como Hwaseong... ―dijo Seonghwa alzando la esquina de su labio en un tic.
―Es diferente, porque a nosotros nos gustas como Seonghwa y ―Hongjoong enfatizó el conector, alzando su índice― como Hwaseong. Nos gustas seas como seas, tengas el nombre que tengas y vistas como vistas.
