Capítulo 14: No son solo coincidencias

3 2 0
                                    

Aiden

Llevo toda la tarde pensando en lo que pasó con Lucía en los archivos, fue la primera vez que hice algo como eso pero la verdad no me arrepiento de que tengamos una oportunidad de desarrollar esto, lo que quiera que sea. Además estoy preocupado por cómo pueda reaccionar a lo que tengo que decirle, no he podido quedarme dormido pensando en lo que mi amigo Roland averiguó sobre la otra chica de la foto. No aguanto más y le envío un mensaje a Lucía para que venga.

–Ven a mi habitación, rápido– le escribo a modo de orden.

–No lo creo demonio– No se porqué mierda me llama demonio, pero se siente sexi.

–No te voy a hacer nada Poppy, a me menos que tú quieras, claro– sonrío de medio lado imaginando la cara que debe tener en este momento.

–Creo que ahora definitivamente no iré–. Dios es tan testaruda

–Es sobre nuestras madres– le aclaro.

–Estaré ahí en 10 minutos–

Me quedo esperándola en la terraza y la ayudo a subir cuando ya está cerca del balcón. Lleva un pantalón de pillama celeste con mini pastelitos dibujados y una sudadera azúl oscuro con orejas de conejo que caen a los lados dándole un aspecto muy tierno.

–¿ En serio, orejas de conejo?– me burlo tirando de una de las esponjosas cosas.

–Oyee, no las toques, es mi sudadera favorita–

–Eres una niña pequeña, al menos cuando quieres– digo esto último con voz seductora.

Ella se sonroja un poco y trata de cambiar de tema.

–¿ Si me has llamado para esto me iré?–

– Tranquila Poppy, ahora te explico– le digo tomándola de la mano y arrastrándola hasta una silla a mi lado.

– ¿Recuerdas que te dije que un amigo mío investigaría lo de la otra chica de la foto?– le pregunto y ella asiente con la cabeza.

–Pues verás, ya encontró algo–

–¿Sabe donde está? ¿Podemos hablar con ella?– me pregunta impaciente.

–Si la ha encontrado, pero no podemos hablar con ella–

– Ahora si me he perdido–

–Está muerta Luci, hace años. Unos ladrones entraron a su casa y terminaron asesinándola– le digo apenado.

Ella parece un poco descolocada pero mantiene el tipo para realizar su siguiente pregunta.

–¿Hace cuánto pasó eso?–

–Hace once años, un 8 de agosto– le contesto mientras ella frunce el seño como si estuviera pensando en algo importante.

–No te parece extraño que en una foto de tres chicas que se conocía entre sí, ninguna ya esté viva, además aún no te lo he comentado pero mi madre murió en un accidente de auto, cuatro meses después de la muerte de esta mujer– me dice un poco triste.

–Lo sé– le digo nervioso

–¿ Lo sabes?– hace una expresión de asombro.

– Lo de la muerte de tu madre quiero decir– hago una pausa –Verás, el día de la fiesta de Lucas estabas muy borracha y terminé llevándote hasta tu habitación, cuando te dejé en la cama vi un oso de peluche en tu mesa de noche, te pregunté por él y dijeste que te lo había dado un niño, el día del accidente en que murió tu madre, entonces lo recordé todo–

¿Y qué si te desafío?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora