¿Y qué si te desafío?

Capítulo 27: Un viaje de aventuras

⚠️Nota: Este capítulo posee escenas de contenido adulto🔥 sin resultar ofensivas ni denigrantes. Puede obviar esos párrafos si así lo desea. Disfruten su lectura⚠️

Aiden

Después de estar varias horas en el hospital y entrar en pequeños grupos a saludar a Gía decidimos regresar a casa. La tía Josi y César no irán de luna de miel hasta que termine el curso, aunque habían decidido pasar la noche de bodas en un hotel, sin embargo dado que ha salido a la luz la relación que Lucía y yo tenemos dudo mucho que su padre quiera dejarla sola en casa.

Durante el trayecto a la mansión todos guardamos fúnebre silencio, pero al entrar en la casa el caos comienza. Nuestros padres nos llevan hasta el estudio de Elena y cierran la puerta a cal y canto.

–¿Y bueno, quiero que nos expliquen con absoluto detalle que tipo de relación teneís y desde cuándo? A por cierto, no intenten negarlo porque es bastante obvio que tienen algo– nos dice mi padre tomando asiento frente al escritorio.

–No pensábamos negar nada, estamos juntos– le respondo alzando la cabeza desafiante.

– No intentes ser prepotente conmigo niño, Lucía no es como el resto de las chicas con las que siempre andas– me dice mi padre molesto.

– Por supuesto que no, es mucho mejor, créanme, yo lo sé– les digo alzando una de las comisuras de mis labios a modo de sonrisa.

Lucía levanta la cabeza y me mira con ojos asombrados para luego entrelazar sus dedos con los míos. Esa es mi chica, juntos contra el mundo. La mirada de César sigue nuestro gesto de afecto y se oscurece.

–¿Seduces a mi hija y luego me lo restregas en la cara? Estás muy equivocado si piensas que esto puede continuar– espeta el hombre molesto.

–¿O si no qué, vas encerrarme? Por favor papá,  no tengo 10 años, Aiden no me sedujo, al menos no de la forma que piensas, solo pasó y nos amamos, no voy a permitir que me alejes de él– le grita mi dulce Poppy con la cara roja de ira.

– Mírate, siendo tan rebelde, este chico te ha cambiado Luci, tú no eres así, jamás me guardabas secretos– le dice su padre dolido.

– No fue Aiden quién me cambió, tú lo hiciste, con todas tus mentiras, jamás te guardé secretos pero tú a mí si, eres un maldito hipócrita– le dice ella con lágrimas en los ojos.

César se pone de pie e inmediatamente muevo a Lucía detrás de mí, el se da cuenta de mi gesto y una expresión de desconcierto crece en su rostro.

– Es mi niñita, no voy a hacerle daño–  dice indignado –Luci cariño, de qué secretos estás hablando–

– De las cosas que no le contaste, las que ambos no nos contaron– le digo señalando a mi padre también. –La verdad detrás de la muerte, mejor dicho del asesinato de nuestras madres, la razón por la que murieron–

Sus expresiones de sorpresa y miedo no tardan en aparecer.

– Hijo mío, no sé qué crees saber, pero las cosas no son lo que parecen– trata de calmarme mi padre.

– Lo sabemos todo papá, lo del accidente de Anna, el tráfico ilegal de chicas, la carta de mi madre. No sé cómo pudiste permitir que creyera todo esté tiempo que me había abandonado, que no había sido lo suficientemente bueno para que ella decidiera quedarse en este mundo– le digo dejando salir todo el dolor que llevo dentro y saliendo de la habitación.

Mi padre intenta seguirme pero Lucía lo detiene

– Déjeme a mi, yo haré que se calme– escucho que le dice antes de que salga también del estudio siguiendo mis pasos.