Lucía.Este ha sido un día muy largo, me digo a mí misma mientras tomo asiento en el gran salón junto a los miembros de la familia Lancaster. La policía nos ha hecho preguntas a todos sin parar, nuestras reacciones desde el ataque de Julia y su posterior muerte han sido robóticas, todavía no podemos creer que esa mujer fuera una asesina. Elena hace todo lo posible por distraer a Lía para que no se de cuenta de lo que ocurre, pero la niña es muy lista y sabe que algo malo ha pasado, aunque no pregunta nada y se mantiene tranquila.
Yo por mi parte, estoy sentada junto a Aiden en un mullido sofá, mientras nuestros padres se encargan de hacer los trámites necesarios con la policía para que detengan al señor Wilcot y destruyan su red de tráfico ilegal y prostitución.
Uno de los brazos de Aiden rodea mis hombros y me atrae a su costado para dejar besos en mi pelo. Inhalo lentamente su característico olor a pino y menta permitiendo que una paz reconfortante se extienda por mi pecho, el miedo de perderlo aún permanece en mi sistema, pero ahora, con cada segundo que paso a su lado se va desvaneciendo.
Mi padre y el señor Lancaster se acercan y se sientan frente a nosotros. La mirada de mi padre va directa a la “posición romántica”, por decirlo de alguna forma, en que nos encontramos. Me revuelvo un poco incómoda pero no me alejo nada de Aiden, es el chico que amo, una de las personas más importantes en mi vida y mi padre tiene que aceptar eso. Pasan unos silenciosos minutos y entonces mi padre nos da una pequeña sonrisa. Al parecer César White se está ablandando, quién lo diría.
– Todavía estamos molestos por las cosas que han estado ocultando– dice el señor Lancaster mirándonos fijamente.
–¿Qué raro, no lo esperábamos?– le contesta Aiden sarcástico.
Le doy un codazo en las costillas para que se calle y me da una expresión interrogante como si no supiera que está siendo un pesado. A veces me dan ganas de matarlo, en serio.
–Sin embargo, estamos orgullosos de cómo han encontrado las evidencias y sobre todo de sus deseos de hayar justicia para esas chicas indefensas y vuestras madres– dice mi padre un poco triste.
Voy hasta él y le doy un fuerte abrazo.
–Jamás quisimos ocultarles algo tan terrible, pero son nuestros hijos, es nuestro deber mantenerlos a salvo– continúa el señor Edward mirando apenado a su hijo.
Aiden duda un momento pero deja que su padre le de un pequeño abrazo con total seriedad, de esos que se dan los hombres estilo: “te quiero tío pero mejor que nadie lo sepa.” Es, bueno...muy tierno. Lía se acerca corriendo y se sujeta a los pies de su padre, este la carga y la hace reír con pequeñas cosquillas, Elena también se acerca a ellos y todos juntos hacen una pequeña burbuja familiar. Es una escena muy hermosa. Creo que a partir de este momento nuestras vidas van a dar un giro de 180 grados y a diferencia del pasado este cambio será para bien, al menos eso espero.
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Ya han pasado 8 meses desde que Aiden y yo estuvimos a punto de morir. La policía ha detenido a Wilcot, auditaron sus empresa y descubrieron sus negocios sucios, incluso destruyeron la red de tráfico iligal dentro y fuera del país, atraparon a los compradores, y aunque siempre hubo quien salió impune, la gran mayoría ha recibido su merecido, las chicas ahora son libres y tienen una oportunidad para reconstruir sus vidas.
Para sorpresa de todos, la señora Gema declaró en contra de su esposo, al fin decidió cambiar su vida y Elena la está ayudando a empezar de cero. Las cosas con Dean fueron difíciles, al principio se aislaba por la vergüenza, incluso hubo algunos idiotas que se burlaron de él, sin embargo los chicos se aseguraron de que no volviera a pasar.
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¿Y qué si te desafío?
Novela JuvenilEl es un chico sexi que le gusta controlarlos a todos, ella es una fanática de los libros que ama los desafíos, el es un tirano y ella un rebelde, sin embargo tienen un oscuro pasado en común y el destino ha decidido que es hora de poner sus planeta...