Capítulo 25: La boda

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Lucía

Al fin ha llegado el día de la boda de mi padre con la directora, es decir con Josephine. A pesar de todas las preocupaciones que Aiden y yo compartimos, estamos haciendo todo lo posible para alejar los problemas de un día tan especial como el de hoy. Todos están aquí y cuando digo todos, es porque el jardín trasero de la mansión Lancaster está lleno de personas de todas partes, papá no tiene muchos conocidos pero los Lancaster son personas muy importantes y reconocidas.

El lugar ha sido decorado de forma exquisita por la señora Elena y la novia, a pesar de la riqueza de la familia, la decoración no es para nada extravagante, sino más bien sencilla y elegante. Hay una hermoso sendero echo de pétalos de rosas rojas y blancas, dicho sendero esta bordeado por columnas de mediana altura de color blanco perla con ribetes dorados y sobre estas magníficos arreglos florales de rosas rojas y blancas.
A ambos lados del sendero hay interminables bancos de madera clara pulida, adornados con cintas de los mismos colores de las flores. Al final del pasillo hay un hermoso altar con gasas blancas que caen desde la parte superior de la elaborada estructura hasta el suelo.

Josephine insistió en que Selene, Gía y yo fuésemos sus damas de honor, así que ahora todas estamos en un cuarto  dando los toques finales a nuestro look. Según lo planeado llevamos atuendos de color bordo pero en diferentes diseños. El de Selene se ajusta a sus curvas y posee un abertura hasta las rodilla en un lateral, Gía lleva uno con tirantes finos adornados con flores del mismo color y cae suelto en varias capas desde la cintura, de esta forma no se nota el pequeño bulto de su vientre. Yo por mi parte he escogido una falda que cae suelta hasta el suelo y un top con un profundo escote de corazón que posee varias tiras que se entrecruzan en la parte posterior.

–Dios, estamos increíbles– dice Selene haciendo poses frente al espejo.

–O si, parecemos un coro musical, todas del mismo color– les digo haciéndolas reír.

–Bueno hay que aprovechar cuando todavía no destaco, porque luegooo– dice señalándose la barriguita.

Selene y yo contenemos un suspiro de asombro y corremos a abrazarla.

–Entonces ya lo decidiste– afirma una muy entusiasmada Selene.

–Es lo correcto, no fue algo planificado pero es nuestro bebé y no merece ser dañado. Además, ya lo amo demasiado– Nos cuenta frotándose el vientre con una sonrisa de ilusión estampada en el rostro.

–¿Tus padres?– le pregunto algo preocupada por lo que pueda pasar.

–No lo saben aún, pero les diré pronto–

–Vamos a ser las mejores tías de la historia– exclama Selene dando brinquitos de felicidad.

Durante la ceremonia las cosas estuvieron perfectas, fue hermoso escuchar los votos de los novios y sobre todo ver el amor desbordarse de sus ojos. Pasamos a la recepción y la gente está más que animada, incluso mi padre ha echo algún que otro baile pasado de moda, me alegra muchísimo que esté feliz. Una pareja muy elegante se acerca a saludar a los recién casados y el señor Edward hace un gesto raro al ver al hombre acercarse.

–Al parecer se han vuelto a recuperar de su crisis económica– le comenta un señor muy gordo a otro alto y delgado que tenemos sentado cerca.

–William no es muy diestro en los negocios, al menos no en los legalmente permitidos, sin embargo, tiene varios contactos– le responde el delgado.

Cuando la pareja se acerca a nosotros se presentan como el señor y la señora Wilcot, que como supuse al escuchar sus apellidos, son los padres de Dean. El hombre es alto y elegante con la barba y el cabello canosos, la mujer es un poco más baja, con los ojos cafés y el cabello castaño oscuro, Dean se parece mucho a su madre. Uno de los camareros tropieza con alguien y termina vertiendo una copa de champagne sobre el vestido  de la señora Wilcot.

¿Y qué si te desafío?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora