Capítulo 19: ¿Hermanita?

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Lucía

Al profesor de Biología se la ha ocurrido la brillante idea de irnos de excursión para "interactuar con la naturaleza"; lo cual no me molestaría si no se avecinara una terrible tormenta, porque desde el día del accidente esa cosas me causan un miedo terrible. Estando en casa suelo meterme bajo las mantas de mi cama oyendo música con mis auriculares para olvidar lo que está pasando, sin embargo, aquí fuera las posibilidades de escapar son muy pocas, además no quiero que los demás conozcan mi miedo, odio mostrar debilidad.

A pesar de nuestras quejas el profe dice que no va a llover, porque al parecer también se graduó de meteorólogo y psíquico. Este viejo hippie está un poco loco.

-Muy bien, hoy haremos un pequeño juego, se dividirán en grupos de dos y tomarán diferentes direcciones para identificar y recolectar las diversas especies de plantas que les relaciono en esta lista- nos explica el profesor mostrándonos unos papeles que lleva en las manos.- No deben alejarse mucho y tendrán que llevar un silbato para localizarlos si algo ocurre, no pueden utilizarlo de forma innecesaria, recuerden que algunos de sus compañeros podrían estar en peligro real- termina aclarando, porque él conoce bien a sus estudiantes y sabe que algunos son muy estúpidos.

Enseguida Gía y yo hacemos un equipo, porque Selene no ha podido venir dado que su madre tiene gripe y debe cuidarla. El profesor nos entrega la hoja y el silbato y nos ponemos en marcha. Antes de separarnos veo a Aiden alejarse con Gabriel mientras me sonríe, siento un montón de mariposas revolverse en mi estómago, y le devuelvo la sonrisa.

No hemos vuelto a hablar de lo de la clínica corrupta, ambos estamos muy preocupados porque alguien se entere, así que decidimos no investigar por ahí hasta que tengamos algo contundente para ir con nuestros padres. Aunque todavía estoy molesta con el mío por lo de mi madre, además del hecho de que estoy segura que él sabía sobre el tráfico de mujeres y no me contó, es lógico que vamos a necesitar ayuda en esto.

Ya hemos caminado un buen tramo y encontrado algunas de las plantas de la lista cuando Gía se sienta en una roca y se niega a seguir caminando porque está muy cansada. Le digo que se quede y continúo buscando lo que falta. Cambio un poco de dirección porque las últimas malditas flores no aparecen, me he alejado bastante y ya me estoy preocupando, al fin veo los pequeños capullos blancos que necesito, estoy a punto de cogerlas cuando siento que el suelo debajo de mis pies se estremece y con un sonoro bum desaparece, haciéndome caer en un hoyo muy oscuro.

El dolor de mi tobillo es horrible, no parece roto, pero si torcido, hago un esfuerzo por levantarme pero no puedo apoyar mi pie izquierdo y aunque pudiera hacerlo no creo que lograría salir porque la profundidad de esto llega al menos dos cabezas por encima de la mía.

Trato de encontrar el silbato para pedir ayuda y entonces recuerdo que Gía lo tiene.

Comienzo a frustrarme, llevo un rato gritando a todo pulmón y nadie me escucha, no sé cuánto tiempo ha pasado pero la tormenta ya está aquí. Siento la frías gotas de agua caer sobre mi cabeza y escurrirse por todo mi cuerpo, estoy empapada, pero sobre todo asustada. Los relámpagos, la oscuridad y la lluvia sólo hacen que reviva la peor noche de mi vida, imágenes desordenadas de ese día bombardean mi cabeza, mi llanto desconsolado se está funcionando con las frías gotas que me cubren, siento una enorme presión en mi pecho y me falta el aire.

Estoy teniendo una crisis de pánico, hace años que no tengo una. Sigo gritando, el hoyo comienza a llenarse de agua, ya me llega a las rodillas, estando de pie. Me siento impotente, no quiero morir aquí, no sola, no sin haber hecho muchas cosas.

Cuando estoy a punto de rendirme escucho a alguien gritando mi nombre.

- Aquí, estoy aquí abajo- grito con todas mis fuerzas esperando a que me escuchen

¿Y qué si te desafío?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora