Capítulo IX

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Baje del avión privado junto a mis compañeros de equipo, estaba frustrado, enojado y agotado, no entendía que estaba pasando dos semanas fuera de Italia y Bianca parecía como si la hubiera engañado, no hablaba conmigo más que por mensajes, siempre...

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Baje del avión privado junto a mis compañeros de equipo, estaba frustrado, enojado y agotado, no entendía que estaba pasando dos semanas fuera de Italia y Bianca parecía como si la hubiera engañado, no hablaba conmigo más que por mensajes, siempre se excusaba con estar ocupada y yo la extrañaba tanto que estaba punto de enloquecer, por momentos estuve al borde de perder la cabeza, tomar un avión y venir a sacudirla para que me dijera que estaba pasando.

Me subí a mi camioneta dispuesto a ir a casa después podía completar el reporte, por ahora quería ver a mi mujer y entender que estaba pasando; por mensajes de sus padres supe que se estuvo quedando un tiempo con Bartolomeo antes de la llegada de mi jefe, porque según lo que él me había dicho estaba sensible por una infección estomacal; estacioné en mi edificio tomando mis cosas y bajando del auto, estaba ansioso no podía negarlo.

-Señor- dijeron cuando el ascensor privado se abrió, frente a mi estaban Elías, Doménico y Héctor, este último había salido de las sombras ahora que Bianca sabia de su existencia; mi casa se sentía diferente y eso era porque para mi sorpresa ahora teníamos un ama de llaves, pegunte con la mirada hacia mis agentes.

-La señorita Ricci la contrato- me comento Doménico dejándome sorprendido- ella se sentía agotada con las tareas del hogar, decidió que sería bueno que alguien se encargara de eso- no sabía que decir porque a Bianca nunca le había gustado que hicieran cosas por ella; la mujer se acercó y al verme se sonrojo, por lo general causaba ese efecto por mi aura tan dominante y prepotente.

-Señor, un gusto, soy Lucia Gómez - dijo con un acento que inmediatamente podía clasificar como latino- fui contratada por su novia para las labores del hogar- tome su mano analizándola de arriba abajo, no confiaba en las personas- ¿quiere que lo ayude? – me pregunto señalando las maletas.

-Tiene que saber algo señorita, yo no confió en las personas y mi novia es algo ingenua- dije mirándola con seriedad – estaré encima suyo hasta ver que no es una amenaza, que no va a darme problemas y que hace bien su trabajo, ¿estamos claros? - le pregunte, ella asintió asustada- de mis cosas me encargo yo, no me gusta que nadie más que mi novia las toque- dije tomando mi maleta para entrar a la casa- ¿Dónde está Bianca? –cuestione a todo el personal

-Mmm- dijo Doménico buscando ayuda, Lucia salió corriendo, Héctor se excusó para acompañarla y Elías dijo que debia contestar una llamada- señor ella no se sentía muy bien y decidió quedarse en casa- me comento, fruncí el ceño enojado porque sabía perfectamente que ellos me estaban ocultando algo.

-Por tu bien y el de todos en esta casa espero que eso que me ocultas por guardarle lealtad a mi novia no sea grave o van a rodare cabezas, ¿lo entiendes? - le pregunte, él trago saliva y asintió; yo descifraba las mentes criminales más complejas del mundo mentirme no era sencillo- ¿está en la habitación?- nuevamente me lo confirmo- puedes irte- ordene, camine con cuidado de no hacer mucho ruido hasta nuestra habitación, la puerta estaba abierta y un suave ruido se escucha dentro del lugar.

Destinos Inciertos (#3 trilogía distintos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora