- ¿Qué piensas hacer? – me pregunto mi madrina viendo las fotos que me habían llegado por correo, en ellas aparecía Matteo besando Aisha en un bar, tuve que contenerme para no romper a llorar – cariño odio verte así- dijo preocupada al ver como trataba de controlar el llanto.
-Esta mujer es peligrosamente embustera- dije tratando de confiar en mi novio, que esperaba que siguiera siendo mi novio- puede que tomar la foto incorrecta, puede hasta que sea antigua- confié en la lealtad del amor de mi vida- yo esperare a que me explique esto y si no lo hace es porque lo neutro acabo definitivamente- dije, la idea de perderlo para siempre me estaba matando, yo era fuerte por mi bebe porque necesitaba a su mamá sana y cuerda.
Estos días habían sido un infierno, dormir sin Matteo había sido tan difícil como enterarme que estaba embarazada, seguir con mi vida tratando de estar bien era una pantomima que estaba harta de querer protagonizar; quería suplicarle que nos amara que estuviera con nosotros y algo dentro de mí me gritaba que me detuviera que no podía forzarlo a querer ser padre tanto como yo añoraba ser madre.
-Has crecido tanto- dijo mi madrina orgullosa de mi proceder, estaba en la oficina cuando las fotografías llegaron y en compañía de Gia que estaba solicitando mis servicios para ejecutar la construcción de una nueva academia, esta vez en Milán; suspire dejando las fotografías de lado, verlas solo me lastimaba y yo no era de piedra para no sentir que eso me estaba rompiendo el corazón.
Escuche atentamente los pedidos de mi madrina anotándolo en mi carpeta hasta que escuche gritos fuera de mi oficina personal, específicamente escuchaba los reclamos de Carlo, me levante dispuesta a abrir la puerta y antes de hacerlo la persona que menos esperaba ver estaba frente a mí, Matteo estaba agitado, sudado y su rostro estaba casi rojo, sus ojos reflejaban emociones que no podía descifrar y estaba tan guapo que podía lanzarme en este momento a sus brazos.
-Matteo- dije sorprendida- ¿Qué haces acá? - le pregunte, él trato de recuperar su respiración- ¿estas bien? ¿quieres agua? yo puedo- antes de poder seguir hablando sentí como tomaba mi rostro entre sus manos y me besaba con una pasión casi desbordante, gemí suavemente por la satisfacción que me daba tenerlo pegado a mi cuerpo- mi Dios, me estas robando el aire- dije cuando nos separamos.
-Cachorrita- dijo acariciando mi rostro, cerro sus ojos y pego su frente a la mía- mi amor vamos a ser papás – aquella frase hizo que inmediatamente mis ojos se llenaran de agua- vamos a tener un bebe, un hijo- continuo, no vi ninguna duda en su rostro, solo vi felicidad, la misma que yo había tenido una vez había aceptado el embarazo- voy a ser papa- dijo casi gritando.
-Eso quiere decir que tu- dije tratando de entenderlo- ¿lo quieres? - pregunte con cautela- ¿quieres a mi bebe? - cuestione, quería que la respuesta fuera un rotundo si porque me moría por lanzarme a sus brazos y celebrar esto, él me tomo de la cintura para pegarme a su cuerpo.
-Quiero a nuestro bebe- aquella corrección hizo que mi sensibilidad llegara al límite, provocando que las lágrimas escurrieran por mi rostro- no puedo y no quiero perderme los primeros pasos de mi hijos, sus primeras ecografías, quiero enseñarle a montar bici y estar para levantarlo- confesó mirándome fijamente- quiero que cuando tenga miedo a la oscuridad corra a mis brazos para sentirse seguro, y quiero escuchar cada mañana como una vocecita producto de un amor tan fuerte como el nuestro pide por su mami- reconoció- quiero esto contigo Bianca Ricci y no sé si seré un buen padre, lo único que puedo prometer es que trabajare muy duro para serlo, porque ese bebe y tu son mi familia.
ESTÁS LEYENDO
Destinos Inciertos (#3 trilogía distintos)
RomanceElla era una niña que no conocía el amor Él era un joven que no veía mas allá de la razón. Se separaron para no amarse, y el destino los unió para que jamás sucediera otra vez. Dos almas que sueñan olvidarse y que siempre estuvieron destinadas a e...