Acaricie el rostro de Matteo que dormía profundamente, hace cuatro días llego de su último caso y para mi fortuna pocas veces regreso a la oficina, podía verlo al regresar de trabajar, podíamos salir a cenar o tener citas románticas como tanto había soñado desde niña; sin temores, sin miedo a que el perdiera su trabajo o yo sufrirá por ver como íbamos por rumbos completamente diferentes.
No podía negar que todavía tenía grandes conflictos, me daba miedo que el día de mañana él se despertara y yo ya dejara de ser esa niña a la que le entrego su corazón y pasara a ser una de esas mujeres que lo perseguían, me aterraba convertirme en un fantasma enamorado y olvidado por el gran Matteo Amaduzzi. Era increíble como mi corazón después de tanto tiempo seguía enloqueciéndose por el mismo hombre, que, con algunas mejoras y cambios, seguía siendo ese niño superdotado que soñaba con ser el mejor de la unidad.
-Estudios de psicólogo dicen que cuando tu pareja te observa dormir es una señal de enamoramiento- escucho el susurro ronco de Matteo, sonreí como una idiota- aseguran que ver a tu pareja da seguridad y genera un incremento de dopamina en el sistema- escucharlo hablar de ese modo era como escuchar a mi padre Bartolomeo con sus apuntes curiosos.
- ¿Enserio? - dije fingiendo incredulidad – creo que ese dato es una completa farsa- dije desinteresada, intentando ocultar la felicidad que me daba despertar a su lado- yo no siento nada por ti, solo es buen sexo- bromee, él gruño tomándome de la cintura para dejarme bajo su cuerpo, subió sus manos hasta mis costillas provocando escalofríos de anticipación.
- ¿Estas cuestionando mi inteligencia? - me pregunto fingiendo estar ofendido- has entrado en un territorio peligroso Bianca Ricci- dijo presionando sus dedos contra mi piel provocando que fuertes carcajadas salieran de mi boca- dime que me amas– exigió controlando los movimientos de mi cuerpo- dímelo cachorrita o no parare con esta tortura- dijo divertido viendo como no podía controlar mi respiración.
-Basta, jamás lo diré- dije tratando de hablar de forma normal y coherente, él siguió insistiendo con sus manos, no podía respirar- está bien me rindo, por favor- pedí clemencia, mi estomago dolía de tanto reírme- te amo, te amo- grite entre lágrimas y risas, él se detuvo pegando su frente con la mía, tratando de que nuestras respiraciones se acompasaran, una de sus manos subió hasta mi rostro, dejando una caricia llena de dulzura- ¿Qué haces? - le pregunte al ver como sus mirada no se apartaba de mí.
-Soñé con esto tanto tiempo, que todavía creo que no es real- escuchar aquellas palabras románticas hizo que algo dentro de mí se sintiera tibio-no quiero que nunca más te alejes de mi cachorrita, ¿podrías prometerme que no huiras nunca más? - me pidió, asentí acercándome a sus labios para besarlo- detente, si sigues besándome, voy a tomar el control y voy a hacerte el amor como cada mañana- dijo con su respiración agitada- luego voy a follarte como una animal hasta que em canse y vamos a llegar tarde, tú a la reunión que tienes con el cliente del que estabas tan emocionada, y yo a mi trabajo.
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Destinos Inciertos (#3 trilogía distintos)
RomanceElla era una niña que no conocía el amor Él era un joven que no veía mas allá de la razón. Se separaron para no amarse, y el destino los unió para que jamás sucediera otra vez. Dos almas que sueñan olvidarse y que siempre estuvieron destinadas a e...