Un largo día lleno de obligaciones culmino para el joven príncipe.
Hugo estaba tan cansado que ni siquiera probó un bocado de la comida. En su lugar había preferido irse a dormir y recuperar fuerzas. Últimamente sus obligaciones se estaban haciendo mucho más pesadas, tal vez propias de su edad y acorde al futuro cargo que ocuparía en los próximos años.
Al día siguiente su mayordomo tocó la puerta muy temprano y le informó que alguien lo esperaba en la sala. Para Hugo era una noticia emocionante ya que por lógica él esperaba que fuera Sofía, aunque no fue así.
Hugo se detuvo al ver a otra princesa frente a él.
—¿Clio? ¿Qué haces aquí?
La chica se quedó en silencio.
—No quiero ser grosero, lo siento. Tu visita me toma por sorpresa.
—Solo quiero hacerte una pregunta.
—Adelante.
—¿Es cierto, Hugo? ¿Ahora eres el novio de Sofía?
Hugo frunció el ceño de inmediato.
—Veo que las noticias vuelan rápido por aquí.
—Entonces es cierto... ¿Por qué la elegiste a ella?
—¿Disculpa?
—Yo estuve antes que ella —se señaló—. Aún así y nunca te fijaste en mí. En cambio con ella...
—Clio mira, no te hagas daño.
—¿Qué no me haga daño?
—Al corazón no se le puede forzar a algo, Clio. No es como piensas.
—Es cierto, pero eso no quita que duele el rechazo de quien uno sí ama —dijo la princesa Clio con lágrimas en los ojos.
—No puedes amarme.
—¡Lo hago!
—Lo mejor será que te vayas —ordenó hugo con total frialdad—. No puedes seguir aquí.
Clio ya no tenía nada que hacer ahí, así que solo secó un poco sus lágrimas con su pañuelo y procedió a darse la vuelta, dándole la espalda a Hugo. Para ella era un pesar dejar asi a quien quiso durante años, pero era cierto. Ella no podía forzar el amor de Hugo y desear que la amara a ella. Ahora solo tenía que ser fuerte y aceptar que el cariño de su príncipe era de otra.
El impacto de la conversación con Clio fue muy fuerte para Hugo. Prácticamente le había roto el corazón a una mujer demasiado buena y que merecía un amor igual de maravilloso que ella. Sin darse cuenta pasó toda la mañana encerrado en su habitación y pensando en ese asunto. Tal vez si las cosas hubieran sido diferentes el tiempo y la vida los hubiera llevado por caminos distintos.
Pero ya era hora de dejar de culparse, pensó. A su mente llegó la chica a quien realmente amaba y se le ocurrió visitarla. Sin dudarlo ensilló a su yegua y voló rápido hasta Encantia. Cuando llegó, bajó y fue muy bien recibido por la familia real de Encantia, luego de pedir permiso y todas esas formalidades desesperantes a un joven príncipe podían volverlo loco, pudieron marcharse a dar un paseo aéreo con sus caballos.
—¡Bajemos aquí Sofía!
—¡De acuerdo Hugo! ¡Te sigo!
Bajaron un claro de un bosque un tanto alejado de sus reinos, pero que tenía una belleza indescriptible gracias a sus flores, mariposas y árboles que adornaban el lugar.
—Hugo esto es hermoso... ¡Es hermoso!
—No más que tú princesa —dijo Hugo con seguridad, lo que provocó que Sofía se sonrojara casi al instante.
—¿Quieres recostarte a mi lado? Es un modo de relajarnos.
—De acuerdo, miremos el cielo juntos, mi amor
Se recostaron uno junto al lado del otro y de manera pacífica miraban las nubes y el cielo. Nada podía igualar esa sensación de tranquilidad que solo sentían cuando estaban juntos y felices. Era quizás algo mágico que solo surgía entre ellos.
—¿Disfrutas? —le preguntó.
—Como nunca.
—¿Te digo algo?
—Te ves preciosa el día de hoy, Sofía —ella se sonrojó ante tal cumplido—. No olvides eso nunca Sofia.
Ambos estaban abrazados observando el cielo azul, el silencio y la belleza del lugar era muy mágico. Cuando cruzaron miradas no dudaron en darse un beso. Hugo quizás tenía mejor experiencia pero eso no hacía que Sofía quedará atrás. Conforme pasaban los segundos el beso aumentaba de intensidad.
Si estaban dispuestos a equivocarse, este era el momento perfecto para hacerlo.
Hugo están amuy enfocado el mo que ahora hacían. De pronto el beso comenzó a ser insuficiente. A no lograr calmar sus ansias. Las caricias se subieron al barco. Un toque sutil y delicado que adornaba el momento
A Sofía también le gustaba lo que sentía.
De golpe un rayo de conciencia volvió a Hugo, no quería arruinar este momento especial pero tampoco quería verse como el aprovechado que solo quería placer de las mujeres.
—¿Qué pasa? —le preguntó ella—. ¿Por qué te detienes?
—Sofia —suspiró—, no sabes las ganas inmensas que tengo por hacerte mía y decirte cuánto te amo, pero debo respetarte. Te amo y no quiero aprovecharme de un momento de debilidad.
—Hugo yo sé que no te estás aprovechando de mí. Confío en tí, te lo dije ayer y te lo vuelvo a repetir hoy.
—Quiero hacer las cosas bien contigo, no en un bosque, no a espaldas de los demás, sino después de casarnos y en nuestra habitación del castillo
—¿Casarnos?
—Sí, ¿No quieres?
—No no, claro que me encantaría, solo es que... Me dejas sin palabras Hugo —sin dudar Sofía le dio un abrazo lleno de amor a Hugo—. Esto es un sueño.
—Te prometo que será así —le dijo a ella—. Tu serás mía pero no a escondidas de nadie. Y vivirás en un sueño, tal y como quieres.
Un momento de debilidad el día de hoy pudo haber terminado en problemas serios para ambos, pero estaban dispuestos a vivir su amor como se debía, a sabiendas de todos y sin ocultarse de nadie.
Y por supuesto que él iba a cumplirlo solo por ella.
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EL REENCUENTRO (Sofía y Hugo)
FanficHan pasado cerca de 7 años después de que ambos miembros de la realeza se vieran por última vez debido a sus deberes reales y prometieron volver a encontrarse, pero.... ¿Será como lo habían planeado?