Sofía.
—Bienvenida a mi humilde morada —su brazo hace una señal indicando que pase al interior.
Dudo que este sea un lugar muy humilde la verdad.
—Todo está igual que la última vez que vine aquí —musito mirando todo a mi alrededor.
—Todo sigue.
Miro cada espacio, las cosas siguen siendo las mismas y mi sorpresa sigue siendo grata cuando veo que él aún mantiene las medallas por la corona voladora, y nuestra foto juntos, en recuerdo de aquel día.
Claro que yo todavía las converso, pero no pensé que él lo haría.
—¿Te gusta la foto? —pregunta detrás mío.
—No pensé que la conservaras —le confieso—. Incluso creí que ya las habrías desechado o algo así.
—No podría. Ese es uno de nuestros primeros recuerdos y jamás quisiera deshacerme de ellos.
Sonrío mirándolo. Tomo su mano, no sé si por impulso o por que la ganas de hacerlo me lo gritan, pero lo hago. Entrelaza sus dedos con los míos y despacio acaricia mis nudillos.
—Será un bonito recuerdo para nuestros hijos en algún futuro —dice sonriente.
—Si...
Alto.
¿Dijo nuestros hijos?
¡¿Hijos?! ¡¿Nuestros?! ¡¿Cómo?!
—Te quedaste en blanco —se burla.
—Ah... es que no sé que decir —carrapeo nerviosa mirandolo—. Dijiste nuestros hijos... —le susurro como si alguien más fuera a escucharnos.
—Ajá, ¿No quieres hijos?
—En realidad no sé si los tengamos.
—Bueno, eso lo veremos. Ahora tú y yo tenemos una cena pendiente que nos espera.
No digo nada, solo dejo que me guíe y terminamos en una parte del jardín solitario y con una gran mesa decorada.
La noche se presta para mucho, y considerando que no me dijo como debía venir vestida para la ocasión solo sonrío mirando todo.
—No me dijiste que era algo elegante.
—¿Para qué? La idea era la sorpresa, además... solo somos tú y yo, y no creo que haya problema en eso.
—Igual debía vestir de acuerdo a la situación —me quejo cruzada de brazos mientras el se ríe—. Ámber me mataría si se entera de esta falta tan grave.
—Te ves hermosa, ningún vestido elegante será necesario.
Lo miro. Sonrío inconscientemente ante sus palabras y simplemente dejo que mis impulsos me guíen, acercando mi rostro al suyo para besarlo delicadamente, sin dejar de acariciar su mano.
Bueno, creo que esto ya se ha vuelto una costumbre.
—La cena nos espera —digo separándome y caminando directo a la mesa.
Hugo me mira, se ha quedado de piedra al parecer, pero cuando logra despertar de su trance camina hacia mí ayudándome a sentar y comenzando nuestra grandiosa noche.
Creo que esta vez si estamos haciendo las cosas bien.
¡Por fin!
*****
—Toda ha estado delicioso —murmuro alejando mi plato—. Todo un placer y una delicia.
—Agradece a los cocineros porque en eso no soy muy bueno en verdad —dice entre risas.
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EL REENCUENTRO (Sofía y Hugo)
FanficHan pasado cerca de 7 años después de que ambos miembros de la realeza se vieran por última vez debido a sus deberes reales y prometieron volver a encontrarse, pero.... ¿Será como lo habían planeado?