Capítulo 29

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Sofía.

Me quito los tacones con pesar y los tiro por cualquier lugar antes de tirarme a la cama con pesadez.

Que cansado día.

Mi cita con Dereck no fue tan mala después de todo, en realidad, llevamos algunas de ellas y en todas puedo asegurar que han sido de los mejores momentos. Es un gran amigo después de todo.

La puerta es tocada y antes de que pueda decir pase ya tengo a mi hermana mayor mirándome fijamente esperando a que le cuenta todo.

—¿Y bien? —pregunta impaciente. Directa al punto.

—¿Y bien qué? —me hago la desentendida—. Habla claro.

—¿Qué pasó con Dereck?

—Si lo que quieres saber es si ya me enamoré de él, la respuesta sigue siendo no.

—Sofía...

—Lo siento —digo de de inmediato—, pero no puedo mentirme a mi misma diciendo que lo amo. El límite de amistad aun no se ha sobrepasado, y dudo mucho que pase. Ahí tienes una respuesta.

—Es que eres imposible —se queja en una pataleta—. Es el chico perfecto para ti. No seas egoísta contigo misma.

—Sería más egoísta si miento respecto a mis sentimientos. Eso es ser realmente egoísta.

—Haz un esfuerzo por lo menos.

—Basta, Ámber —la conversación no nos está llevando a nada, o más bien si, a una pelea. No hace más que enfurecerme—. Voy a decirte lo mismo que le dije a James hace unos días —señalo—. Ya no soy una niña, y todo lo que yo decida estará bien para mí. No quiero que intervengan en eso.

—Nos preocupamos por ti, Sofía.

—No deberían. Solo... respeten mis decisiones. Es lo único que pido.

—No quiero que te quedes sola para siempre.

—Y yo no quiero vivir mintiendo toda la vida. Sería cruel.

Ella bufa frustrada y prefiere cambiar de tema porque teme ahorcarme si no dejamos de pelear ahora, y yo acepto gustosa. Luego de pedir que traigan algunos bocadillos y un poco de té a mi habitación decide hablarme de su boda.

—Quiero todo perfecto —murmura con evidente emoción—. Es un día especial.

Me alegra verla así.

Se lo merece.

—Lo será —le digo—. ¿Haz comprado ya los vestidos de novia y damas?

—De eso quería hablarte... —me sonríe inocente.

¿Por qué siento que esto no será nada bueno para mí?

—¿Hay algo malo detrás?

—Depende como lo veas.

—Me asustas, Ámber —admito—. Dilo.

—Debemos comprarlos este fin de semana.

—De acuerdo... ¿qué con eso?

—Y debemos ir todas las chicas. Todas.

Bien...

No estoy lista para convivir con Clio después de todo.

—¿Y no puedes comprarlo por mí? —pregunto nerviosa.

—Sofía... —me ruega—. Es un momento importante para mí. Me haría muy feliz tener a mi hermana a mi lado, por favor.

EL REENCUENTRO (Sofía y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora