Heartstopper/Star Wars

Parte 2.- Desde el puente de mando

Desde el espacio, la vista era algo inigualable. El azul creado por las aguas del planeta Naboo, que abrazaba las verdes costas de su región terrestre brindaba una paz completa. El almirante Tarkwon se tomó un par de segundos para apreciar la belleza del lugar y recuperar la tranquilidad que tanto le hacía falta en este momento.

Los cientos disparos láser provenientes de los cañones del gigantesco acorazado rebelde impactaban uno tras otro sobre las ahora tres vulnerables naves a cargo de Tarkwon. Mientras uno de sus destructores estelares había claudicado en sus funciones y se dirigía en picada hacia el océano del planeta Naboo, la otra se encontraba partida a la mitad, con miles de escombros acompañados de armaduras blancas de los soldados imperiales flotando sin rumbo en el espacio.

La sirena de emergencia del destructor estelar se escuchaba por toda la nave, docenas de oficiales corrían a través de todo el puente de mando, pasando de un teclado a otro y visualizando una pantalla solo para desplazarse a otra.

--La energía de la nave se encuentra al 500% de su capacidad almirante. No sé lo que haya hecho Lord Kairyum, pero no pudo ser más oportuno.

--¡Almirante! Los reportes enviados por los otros dos destructores confirman que las explosiones en las tres naves se originaron en los reactores principales.

--Fueron soldados traidores entonces... --concluyó el almirante--. Inicien el protocolo para entrar al Hiperespacio y apresúrense, los escudos no resistirán mucho tiempo –dijo mientras cruzaba los brazos--. ¡Doctora Herin! ¿Cuál es el estado de las cápsulas con el biológico?

La Doctora Herin permanecía en su silla interactuando con su equipo de cómputo. Indicándole al teclado, ingresar las letras en el monitor que le permitirían responder a la pregunta del almirante: "Bóveda de Bioseguridad: Proyecto Blackwing".

En el monitor azul, apareció el video de un pequeño cuarto, con varias cápsulas cilíndricas apiladas cuidadosamente una sobre la otra, cada una con una luz verde encendida, indicando que el estado del biológico no había sido comprometido.

--El biológico está estable almirante. Iniciaré el protocolo para saltar al hiperespacio en breve. Es posible que tengamos que replantear los cálculos, dado que nunca habíamos tenido una sobrecarga energética, la nave podría dejar de funcionar o el hiperimpulsor podría llevarnos a un lugar erróneo

--¿Se le ocurre otra mejor idea doctora? No importa si terminamos en Lothal, Coruscant o incluso en Kamino, solo sáquenos de aquí.

--Recibido señor

El ambiente comenzó a sentirse tenso. Tarkwon se dirigió a una de las computadoras y vio cómo la computadora encargada de mostrar el estado de los escudos de la nave marcaba un alarmante número: 18%.

--¡Kairyum! Espero me estés escuchando. Todavía no es hora de que mueras. Mata al Jedi y dirígete a tu caza TIE. Los escudos de la nave Calamari rebelde son débiles, puedes derribarlos si usas armamento pesado. Necesito que comandes a los pilotos restantes y nos consigas más tiempo.

--¡Dos minutos para salto hiperespacial almirante! –gritó la doctora Herin

--¡Date prisa Kairyum!

El comunicador del almirante no recibió respuesta alguna. La luz que indicaba la recepción de alguna señal se mantenía sin encenderse. Tarkwon se llevó la mano a la frente, secándose el sudor y mirando una vez más por los cristales blindados del puente, el cómo los frenéticos disparos láser de los acorazados rebeldes enemigos golpeaban sin piedad todo el casco de su gigantesco, pero ahora vulnerable destructor estelar.

Sintió su alma volver a su cuerpo cuando la luz verde de su comunicador parpadeaba una vez más y recibía el sonido de unas tranquilizantes palabras.

--Orden recibida señor, estoy a bordo de mi nave caza. –respondió el joven Sith desde el otro lado del comunicador.

--¿Y el Jedi?

--Viene detrás de mí señor, probablemente ha robado un caza TIE. Estoy esperando que me derribe en pleno vuelo.

--¡¿Qué?!

--No se preocupe almirante. Tengo una sorpresa para él. Solo ordene a los demás cazas alejarse de mi nave en cuanto eso ocurra.