Parte 27.- La batalla de Jakku

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El cielo azul del hiperespacio era disfrutado por los ojos de Leia Organa.

Mientras esperaba por la batalla, la princesa dejaba su vestido blanco caer a través del impecable piso del crucero insignia rebelde.

--General. Nos encontramos a menos de un parsec de Jakku. Los soldados de reconocimiento informan que los remanentes de la Flota Imperial se encuentran en espera de nuestra llegada.

--Entonces creo que es momento que me cambie esta incómoda ropa. ¿Algún informe de Darth Kairyum o de Nick Nelson?

Sus tacones hicieron contacto con el impecable suelo de la nave, mientras ella se dirigía a la sala de descanso para oficiales al mando, comenzando a despojarse de esos tormentosos zapatos.

--No señora. Estamos tan lejos del planeta Kamino que perdimos contacto con ellos.

Tomó sus botas de uno de los estantes, igual que sus pantalones y chaleco. Su bláster se hizo presente con su característico brillo plateado, recordándole por solo un instante al tan afamado mercenario del que se había enamorado.

--Aún no lo entiendo general.

--¿Qué cosa? –preguntó sonriéndole con esos pícaros labios pintados de rojo.

--Pudimos haber enviado a Darth Kairyum con un batallón vigilándolo y asistiéndolo. El Jedi pudo haber sido más útil en esta batalla, al lado de nosotros ¿Por qué enviar a los dos juntos?

Leia desapareció del campo visual de su guardia para cambiarse de ropa. Miró al techo pensando en la respuesta más adecuada a esa pregunta. Pero parecía no haberla. Solo fue una intuición. Una corazonada la que la llevó a tomar la decisión. O tal vez...

--Los designios de La Fuerza son muy extraños. Los Jedi se vuelven arrogantes con el tiempo, igual que está ocurriendo con mi hermano. Y los Sith reniegan y odian su vulnerabilidad. 

Acarició su abdomen, sonriéndole con cariño cada vez que la piel de su palma hacía contacto con lo más profundo de ella, con su interior, con aquel pequeño ser que yacía dentro de ella.

--La Fuerza encontrará su equilibrio no el día en que el bien triunfe sobre el mal, sino el día en que la luz y la oscuridad aprendan a trabajar la una con la otra. El día en que la bondad y la maldad sean reconocidos como parte de la misma persona, el día en que entendamos que el miedo no desemboca en la ira, sino que nosotros lo convertimos en eso al tratar de evitarlo.

--¿General? No comprendo.

--Sí comandante. Tal vez Nick Nelson hubiese sido útil en el frente de batalla, pero estoy segura que en esta misión encontrará lo que su camino Jedi no pudo brindarle. Lo que ha estado buscando durante toda su vida. ¿O acaso me equivoco?

El sonido de la alarma se hizo presente en toda la nave.

Las luces rojas hicieron que el personal al timón del crucero se moviera de manera frenética en todas direcciones.

-- Avisa a la General Mothma que la batalla mantendrá ocupada a toda la flota rebelde. La bandera imperial no volverá a infundir temor en la galaxia. Todo terminará en Jakku. Todo termina aquí y ahora.

Y tras salir del hiperespacio, deformando la gravedad en sí misma, las decenas de cruceros rebeldes abrieron fuego contra los numerosos destructores estelares orbitando el planeta Jakku.

Las naves impactaron violentamente la una contra la otra, partiéndose a la mitad las naves de la rebelión y haciéndose trizas los acorazados imperiales.

La legendaria batalla de Jakku, había dado comienzo.

Heartstopper/Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora