Parte 11.- Soy uno con La Fuerza

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Los tres muchachos caminaban a paso lento por los pasillos de la ciudad kaminoana, con el mandaloriano al frente rastreando el origen de la señal de socorro.

--Oye Kairyum... ¿estás bien?

Charlie respiraba de manera agitada. Y cada que lo hacía no podía evitar toser. El paso del aire a través de su cuello se había obstaculizado por una discreta inflamación.

--Sí, solo... creo que tengo una basurita en la garganta. Estoy bien Nick –respondió jadeante.

Nick se acercó furioso al cazador, quien sostenía su casco con una mano procurando concentrarse en su tarea encomendada.

--¡Eres un idiota mandaloriano! ¿Sabes que pudiste haberlo matado?

--Pues... esa era la idea por si no te diste cuenta.

--¡Escúchame! ¡Vengarte no es la solución! ¡La ira solo es el primer paso al sufrimiento!

--¡No vengas a mí con tu propaganda Jedi! ¡El Imperio despedazó nuestro planeta sin piedad alguna! ¡Que te quede claro que la única razón por la que tu "amigo" sigue vivo es porque me prometiste la información! Y por cierto... me llamo Aled. Aled Last.

Ambos guardaron silencio tras la breve discusión. Charlie aún respiraba de manera poco tranquilizante. Parecía que se ahogaría en cualquier momento.

Mientras tanto, la profunda cortada de su brazo hecha por las cuchillas del atacante, aún no dejaba de sangrar.

--Solo... necesito... respirar un poco.

Para haber proyectado tanta seguridad hace unos momentos, el joven Sith parecía bastante vulnerable. Por alguna razón Nick sentía que tenía un niño pequeño a su cuidado. Estaba indefenso y apenas podía seguir.

--¡Aled, espera! –le gritó Nick—Por favor, él no está bien. Necesita descansar.

--Si es una carga tal vez deberíamos dejarlo aquí mismo.

Nick empalideció al escuchar tal afirmación. Pero poco tardó en montar en cólera. Su rostro se puso rojo de la ira, y sus nudillos completamente blancos tras cerrar ambos puños.

--¡Mira idiota! ¡Si sigues hablando así de él, te juro que voy a...!

--¿Vas a qué? –respondió Aled acercándose con su imponente armadura y llevando uno de sus guantes negros a la funda de su bláster. -- ¿Golpearme? ¿Regañarme? O acaso... ¿Matarme? ¿No me dijiste que la ira es solo el primer paso al sufrimiento? ¿Tan pronto vas a violar tu tonta religión? Para ser un estúpido Jedi déjame decirte que eres demasiado emocional.

A Nick se le cristalizaron los ojos tras escuchar la última oración de Aled: "Para ser un Jedi...". Esas palabras lo hicieron bajar la mirada.

No se trató de una batalla mediante La Fuerza, pero el mandaloriano había dominado perfectamente en ella.

--Yo solo... él es... él es mi compañero...

--Nick... --murmuró Charlie a las espaldas de ambos--. No me... estoy sintiendo bien.

El Jedi tomó a su herido compañero entre los brazos, procurando recargarlo contra una de las paredes.

Kairyum comenzaba a empalidecer aún más y sus párpados se caían poco a poco hasta casi cerrarse.

--¿Qué rayos? ¡Aled! ¡Ayúdame!

Tras la conmoción nadie había notado la perturbadora herida de Charlie. Al inspeccionarlo por completo, Nick notó una gran mancha marrón en su abdomen, atenuada por el color negro del uniforme.

Heartstopper/Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora