Parte 66.- Revelación

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El canto de los insectos nocturnos y la calma del lago creaban una perfecta poesía para sobrellevar esta amarga noche. Las hojas de los árboles eran arrastradas por la fría corriente de aire.

La música del Yule Ball se oía a lo lejos

--¡Char! –dijo Nick tratando de acortar la distancia entre ellos--. ¿En serio piensas eso de ti? ¡Vamos! No porque Harry Potter haya estado en Gryffindor significa que es la mejor casa.

Pero Charlie solo veía la luna. Contemplaba su magnificencia digna de un cuerpo celeste con la inocencia con la que lo haría un niño

Miró una vez más al piso del castillo, pensando en su enorme falla, en aquello que lo acongojaba esta noche.

--Creo que todos tienen razón. El sombrero se equivocó conmigo. No soy bueno en pociones ni en encantamientos. ¡Ben tiene razón de mí! ¡No soy ni de cerca alguien como Tom Riddle o...! ¡Severus snape! ¡Tampoco como Draco Malfoy! ¡No soy lo que un Slytherin debería ser!

--Y eso es lo que me gusta de ti.

La distancia se había esfumado. El cuerpo del uno del otro hacía contacto en un cálido abrazo por parte del muchacho de corbata roja.

Y los meñiques... se rosaban lentamente piel con piel.

--Empleas bien el Lado Oscuro de La Fuerza –lo elogió un ruborizado Nick.

--Y a ti se te da bien matar zombis –correspondió Charlie acercando los labios a su compañero.

Su nariz rosó por un momento la mejilla, exhalando un poco de su aliento en la piel del rubio.

El corazón de ambos latía con más fuerza, mientras los dedos comenzaban a entrelazarse.

El hielo parecía derretirse ante el fuego que se gestaba entre ambos, atravesándose el pudor con extrema facilidad.

--¡Lo siento!

--¡Lo siento! –se disculparon simultáneamente

Sus pupilas se dilataron al sentir el contacto frenético de pasión.

--Creo que digo muchas incoherencias cuando estoy nervioso –aclaró Charlie--. ¿Zombis? ¿De dónde saqué eso?

--Dímelo a mí. No sé qué quise decir con lo de "Lado Oscuro", amigo. Sí... amigo... --dijo apartándole la mirada con tristeza.

Y fue entonces, cuando el pequeño Slytherin tomó la delantera, recargando su cabello en el hombro del muchacho Gryffindor. Deslizó la palma por su pierna, sintiendo su tonificado músculo en el trayecto.

--Me gustaría que me llamaras de otra forma que no fuese amigo. Tal vez... algo más.

Los ojos de Nick se abrieron por completo ante tal aprobación. Sus latidos iban a explotar de alegría con solo cumplirse el deseo que meses atrás venía gestándose en su interior.

--¿En verdad? ¿Estás seguro?

--Quiero estar contigo Nick. Disfrutar todo lo que podamos... antes de que Darth Sidious llegue al planeta, después de todo... parece que volverá.

--¿Quién? –preguntó Nelson desconcertado.

Charlie miraba ahora hacia el manto nocturno, pasando su mirada una a una por las estrellas; encontrándose en uno de los puntos, una curiosa chispa verde.

--¡Lo siento Nick! Creo que fue mala idea probar el vodka esta noche. Ya no sé lo que digo.

--Entonces no digas nada Charlie --dijo acercándose a su rostro y cerrando los ojos tiernamente antes de darle el primer beso--. Solo... vamos más allá. Más allá de donde conocíamos. Encontrarás el planeta a diez parsecs más allá de Illum y menos de un parsec después, hallarás la puerta entre tres mundos. ¡Ayúdanos!

Ante un disparo violeta que penetró hasta lo más profundo del bosque prohibido, ambos muchachos fueron borrados del mapa junto con el resto del castillo.

Solo se escuchaba su risa. Sentado desde su trono, él lo había ordenado; sentado desde esa inmensa fortaleza aérea.

La ilusión se disolvió en miles de estrellas girando alrededor de un gigantesco sol. Las nebulosas morado y rosa les permitieron pasar más allá de los límites de lo conocido, más allá del borde exterior; para dar con un planeta hundido en la oscuridad. Pero debían escalar todavía más, hasta llegar al vórtice, hasta tocar su luz esmeralda.

Heartstopper/Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora