Parte 13.- Apego

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--¿Cómo lo hiciste Nick?

--¿Qué cosa?

--Salvarme la vida.

Aled procuraba avanzar con precaución, mientras sus otros dos acompañantes lucían por completo despreocupados de lo que pudiere acontecer a su alrededor.

El edificio kaminoano de la Torre B era idéntico en diseño de interiores a su contraparte. Nada más que un túnel blanco impecable.

--Bueno... no sé cómo decirlo. Supongo que la idea de ver morir a alguien me afecta demasiado. La Fuerza me permite hacer un último intento por salvarle la vida. Tal vez... algo parecido al amor.

--¿Amor? ¿Estás enamorado de mí? Creí que a los Jedi se les prohibía enamorarse.

A Nick se le puso la cara completamente roja y comenzó a sudar de la vergüenza.

--¡No es eso idiota! –respondió acomodándose el cabello-- Enamorarse y amar son dos cosas totalmente distintas. Al menos para los Jedi. Enamorarse implica formar un apego muy fuerte con otra persona y la imagen ilusoria de perfección que tenemos de ella, a tal grado en que tememos dejarla ir, nos duele demasiado. El miedo a perder a alguien a quien nos apegamos mucho ha sido lo que ha llevado a varios Jedi al Lado Oscuro. Y en cuanto al amor... bueno, ni yo sé decir qué es.

--¿Quieres decir que a los Jedi no les duele perder a alguien amado? –Charlie comenzaba a verse atraído por la conversación con su compañero. El ver cómo se llevaba los dedos a los labios mientras pensaba en lo que iba a decir, era algo que captaba totalmente su atención.

--¡No Charlie! Bueno... sí nos duele, pero... no sé explicarlo. Supongo que cuando amamos a alguien nos duele su partida, pero al mismo tiempo sabemos que tiene que irse. ¡No lo sé! ¡Nadie me había hecho estas preguntas! ¡Creo que disfrutas hacer que me duela el cerebro! ¿Verdad?

Kairyum estaba conmovido por tales respuestas. A pesar de todo, era como si supiera lo que Nick quería decir, tal vez una leve interpretación:

--Creo... que lo entendí. Te enamoras de una ilusión, por ello, ésta es perfecta y no renuncias a ella por nada. El amor verdadero y sin espejismos puede ser doloroso, pero tiene una gran ventaja: amas algo que es real y eres consciente que tendrá un final.

--Oye, oye... no sabía que tenías un lado reflexivo.

Aled se detuvo en cuanto el dispositivo de su muñeca parpadeó sin cesar una y otra vez.

--Oigan sabiondos. Si ya terminaron. Tal vez quieran prepararse para lo que hay detrás de esa puerta –El radar de Aled comenzó a parpadear de una manera más escandalosa. Habían llegado a su destino--. Parece que las coordenadas que obtuvimos en la Sala de Control nos llevan a lo que haya ahí dentro. Estén preparados.

Kairyum extrajo de su bolsillo uno de sus dos sables de luz, arrojando la empuñadura a su compañero Jedi.

--Lamento haber destruido tu espada. Tal vez odies tener que usar un arma con un cristal kyber corrupto, pero lo mejor es que tengas algo para pelear.

Nick titubeó en aceptar el arma de su compañero Sith. Los sables de luz eran sagrados y únicos, no eran simples armas que uno pudiera tomar así nada más, eran compañeros de batalla y de vida.

--Será mejor que lo hagas Nick –Aled sostenía ya con la mano derecha uno de sus blásters--. Si perdieron contacto con todo un escuadrón rebelde, será por un buen motivo. Lo que sea que haya ahí dentro, es mejor que te tragues tu orgullo y te prepares para enfrentar a alguien peligroso.

Y finalmente se colocaron frente al sensor de la puerta automática, dando ésta paso a los tres muchachos en misión de rescate.

Heartstopper/Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora