Parte 68.- Caballero Jedi

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El Gran Visir tomaba su té con calma antes de recibir la espeluznante noticia. El sorbo se convirtió en un ahogo que lo llevó a toser hasta manchar su escritorio.

--¿Una cura? ¿En un planeta desconocido? ¿Más allá del borde exterior? ¿Tienen idea de lo peligroso que eso pueda ser?

--¡No Gran Visir! ¡La verdad no tenemos idea de lo que hay ahí! Pero no se nos ocurre otra forma de lidiar con todo esto. Los contagios están aumentando ¿no?

Mas Amedda volteó su silla para ver su enorme ventana. A través de ella, los edificios dañados por el reciente intento de invasión aún se incendiaban. Los autos habían dejado de circular. El pánico llevó a la gente a abandonar las calles o incluso el planeta.

--Así es niños. Están aumentando. Y dadas las circunstancias, no puedo pedirles que no se vayan. Necesitamos todas las opciones posibles para combatir esta plaga.

--¿Tenemos su aprobación entonces?

--Su nave fue pulida y reparada por mis subordinados. Está lista para salir en cuanto lo deseen. Solo tengo una pequeña petición antes de que se vayan.

Nick y Charlie se miraron mutuamente antes de dar respuesta ante lo que Mas Amedda posiblemente les solicitaría. Ahora confiaban en este hombre.

Y de manera simultánea, asintieron.

--La figura del Gran Visir se ha deteriorado como figura de poder. El Imperio es repudiado. Necesitamos enviar a la galaxia un mensaje sobre lo que está ocurriendo. Así que pensé en ti Nick, como una figura que pudiese enviarlo. Todos confiarán en un Jedi.

Nick miró primero a Charlie, después volviendo su mirada al Gran Visir con los ojos bien abiertos. Se aferró a su silla para tratar de procesar la sorpresa.

--¿Yo? –dijo mirando nuevamente a Charlie, quien parecía sonreírle, como si ya tuviera todo planeado--. ¿Yo? ¡Creo que...!

--Creo que eres el más indicado Nick –complementó Charlie--. Nos salvaste de Nekrom cuando creía que íbamos a morir. Fuiste capaz de pelear cargando con una tremenda culpa. ¡Claro que eres un símbolo de esperanza! Además... a mí no me gusta aparecer frente a las cámaras.

--¡Esto está de locos! ¡No soy ni siquiera un Jedi!

--¡Ah sí! Sobre eso... –Mas Amedda levantó una de sus manos, tras lo cual, sus guardias golpearon con sus lanzas el piso.

La ventana bloqueó el paso de la luz, oscureciendo el lugar por completo, hasta dejarlos en una poética penumbra.

Charlie se levantó de su asiento, ordenándole con la mano a Nick que hiciese lo mismo.

--Nick... arrodíllate. Ya es hora.

El sable rojo se encendió, iluminando la parcial oscuridad con una veladura rubí. Los guardias reales respetaron, manteniendo erguidas sus lanzas. El Gran Visir se cubrió con su abrigo, dispuesto para la ocasión.

--¿Qué está...?

--Solo confía en mí.

Y ante lo que estaba pasando, aquello que parecía una simple reunión informativa, se convirtió en una importante ceremonia. Nelson solo pudo hacer una cosa: entregarse.

La espada se acercó a él, hasta el punto de rosarlo un poco.

--Por el derecho del consejo... --declaró Charlie colocando el filo luminoso cerca del hombro izquierdo de Nick

Estaba nervioso, le costaba siquiera respirar. No era posible que ocurriera. En serio no parecía posible.

--Por la voluntad de La Fuerza... --la espada se colocó ahora sobre su hombro derecho.

Y fue así como el manto de aprendiz fue dejado atrás, un manto cargado de dolor y confusión.

--¡Nicholas Luke Nelson! En nombre del Imperio y de la Nueva República... --Charlie levantó su sable, dejando que el arrodillado pudiese incorporarse--. ¡Ponte de pie...! ¡Caballero Jedi!

Y tras erguirse nuevamente, la luz iluminó de nuevo el lugar. Las emociones chocaron una contra la otra: melancolía, confusión, sorpresa.

Y entonces, los guardias reales y Mas Amedda hicieron una reverencia. Para recibir a este nuevo guerrero. Un guerrero que tras enfrentar a aquel que destruyó sus creencias como él las conocía, que verdaderamente lo puso a prueba, con apoyo de sus colegas salió victorioso, sin dejarse someter por el Lado Oscuro.

Heartstopper/Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora