Heartstopper/Star Wars

Parte 29.- Dopamina

Kairyum desmantelaba una parte del motor de la nave estelar oxidada. La pintura amarilla se había desgastado con los años, dando lugar a unas piezas metálicas que se caían a pedazos.

--Solo pásame la llave que tiene piquitos Nova

--Señor Charlie... creo que se refiere a una llave rodiana de cinco vértices.

--Eh... ¡Sí! ¡Claro! ¡Justo esa! ¡Solo no quería confundirte mucho!

La elegante arquitectura terminada en punta que el vehículo alguna vez había poseído, ahora la hacía parecer una piedra mal tallada cubierta de tierra.

--¿Crees que esta nave funcione Charlie? –preguntó Nick haciendo levitar un conjunto de pesadas piezas de otras naves--. Está más deshecha que el Halcón Milenario.

--Con suerte puedo hacerla volar otra vez –arrancó una de las placas metálicas que recubrían las turbinas--. Aunque no está tan deshecha como... bueno... como yo; o tú; o... Aled. ¿Cómo está él por cierto?

Destellos violetas junto con los sonidos de repetitivos disparos se hicieron escuchar por todo el hangar. El olor a metal quemado se extendió hasta casi parecer un incendio.

--Creo que le está afectando demasiado –agregó Nick--. La idea de tener que volver al palacio de Jabba a solicitar ayuda casi le hace volver el estómago.

--No lo culpo. Pero creo que él es el más indicado para tratar con otros cazarrecompensas. Aunque... es fácil para mí decirlo. Lo que nos contó acerca de Daniel fue... bueno... yo no imagino tener que... --Charlie miró a Nick antes de seguir, casi como si fuese una indirecta--. Tener que perder a alguien que amas de esa manera.

Nick entrelazó sus dedos y abrió los labios casi a punto de murmurar una palabra. Pero su voz fue acallada por un hermetismo emocional que lo obligaba a dar pasos de un lado a otro.

--Bueno mi querido Nick... lo de Aled es una cosa. Pero tú estás acomplejado por otra. ¿Quieres contarme?

Sus ojos buscaban en todas direcciones algún objeto, algún pretexto mediante el cual pudiera llevar la conversación a donde él deseaba. Pero en todas las direcciones, las naves desmanteladas, el hangar vacío, la ausencia de personal militar dejándolos a ellos dos solos no hacía más que devolverlo al mismo amargo punto.

--¿Y si esto no se arregla? ¿Y si realmente mueren muchas personas por lo que hice? ¿Sabes? Aled tiene que volver a verle la cara al asesino de su mejor amigo. Tú estás reparando esta nave. Y yo solo he sido un estorbo que no ha hecho nada. Siento que yo soy el que debería estar corrigiendo todo esto. Y no he hecho más que...

Kairyum dejó caer sus herramientas haciendo que el metal provocara un fuerte sonido al impactar contra el suelo. Se levantó la manga de su brazo para dejar ver la cicatriz de su batalla con Aled.

--Nick... yo maté a una mujer indefensa para salvar mi vida. Si no hubiera sido por el los castigos que Vader aplicaba a quienes faltaban a su adiestramiento, créeme que hubiese pasado cinco meses en cama. No lo dudo. Tal vez habrá una fila de jueces y eruditos condenándote por lo que hiciste. Pero es fácil hablar de errores y criticarlos si no eres tú quien los comete.

La alegría rozó su corazón con la delicadeza que lo harían los pétalos.

Y la compasión de Charlie finalmente ablandó la autocrítica tan característica de los Jedi.

--Kairyum... ¡No! ¡No!, quiero decir... Charlie... yo... --apretaba los dientes para reprimir el rubor y la vergüenza que sentía al renunciar a su orgullo--. Yo solo quiero... quiero decirte que... me porté muy mal contigo. Es que... no imaginé que... --se dio la vuelta dándole la espalda a su amigo--. Maldita sea ¿Por qué esto es tan difícil?

--¿Nick?

--Te pido perdón ¿sí? Perdóname por haberte tratado mal o por herir tus sentimientos. Perdóname por haberlos dejado a ti y a Aled solos casi al llegar a la bóveda. Y perdón por haberte mentido todo este tiempo.

Charlie sonrió hasta que sus ojos se convirtieron en vidrio. Dejó la tarea que en ese momento estaba haciendo, solo para darle a su amigo lo que los Sith hubiesen encontrado de lo más abominable: un cálido abrazo.

Sus brazos envolvieron con gran fuerza la espalda de su compañero, bañándolo en un afecto sin igual.

--Nick, ¿puedo preguntarte algo? Cuando dijiste que liberaste a la plaga del hangar... dijiste que no fuiste capaz de: "renunciar a algo que amabas". Creo saber a qué te refieres, pero... -- Charlie puso una mano en la cintura de su amigo, casi acariciándola; mientras que, con su otra mano, sujetaba el hombro tensionado del muchacho--. Quisiera oírlo de ti. De tus labios.

--Charlie yo...

Nova 8 se acercó hasta casi interponerse entre ambos muchachos. Desplegó un holograma mostrando las imágenes de dos cerebros con varios puntos rosas acumulados en todas partes.

--Los niveles de oxitocina y dopamina se incrementan en grandes pulsaciones. Y su serotonina incrementa sus niveles basales. ¡Sí! ¡Es eso! ¡Es un ritual de cortejo! Además, el incremento súbito de sus feromonas sugiere que el señor Nick desea aparearse con usted señor Charlie. ¡Qué suerte! ¡Un ritual de apareamiento!

Nick comenzó a ponerse rojo hasta casi comenzar a sudar. Se alejó de Charlie para tratar de disimular ante la contundente declaración del droide.

--¿Qué estás...? ¡No! ¡Yo no...! ¡Charlie y yo solo somos...! ¡Bueno no es que Charlie no sea...! ¡Es que yo...!

--Su corteza frontal está inhibida por el miedo del sistema límbico. Siente vergüenza. Sí. Vergüenza. Evidenciada por los continuos circunloquios que...

--¿¡Quieres cerrar ya el maldito hocico!?

Y del otro lado de la conversación, Kairyum hacía lo posible por ahogar la risa cubriendo su enrojecido rostro con la mano.

Y en este ambiente incierto, la alegría tomó su lugar. Un pequeño faro entre un abismo de oscuridad. Unas cuantas sonrisas de donde solo habían brotado lágrimas. Un poco de confianza, en donde antes solo había existido el resentimiento.

--También me gustas.

--Char... ¿Charlie?

--Creo que Nova respondió muy bien lo que te pregunté y... también me gustas Nick Nelson. Lo digo en serio. ¡También me gustas!