Capitulo 6

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AMALIA

Mi día no empezó bien pero el resto no fue mejor, el malestar que tenía no me dejaba tranquila y poder concentrarme para trabajar resulto toda una odisea. Luego del mediodía la presión se me desplomo y aunque jure que estaba bien Liz quería llamar a Henry, no la deje, se lo estresado y preocupado que esta con ese caso como para molestarlo por una tontería.

Sabía que no me iba a dejar ir sola por lo que media hora después vi a Thomas llegar al hospital agitado, quería morirme.

Solo era una baja de presión.

Reprendí a mi amiga porque estaba exagerando, pero dejé que mi hermano me llevara a casa. Podía ver la preocupación en su rostro, pero estaba tan cansada que apenas y podía mantener los ojos abiertos.

Me ayudo a subir a mi habitación para recostarme en la cama y se ofreció para hacerme algo de comer, rechace eso porque no podía probar bocado. Ya calentita bajo mis sabanas me dormí profundamente.

No sé cuánto dormí, pero unas suaves caricias en mi mejilla me despertaron para encontrarme con el rostro de mi esposo totalmente preocupado. Eso era justamente lo que no quería.

-Mi princesa- Dijo dándome un beso en la frente- Como te sientes?

-Mejor pero aun siento el cuerpo cansado- Y era verdad sentía como si hubiese corrido una maratón.

-No sabes el miedo que sentí cuando Thomas me llamo para decirme que no estabas bien- Se acostó a mi lado y me abrazo- Porque lo llamaste a él y no a mí? ¿Porque me tengo que enterar por el que mi esposa está enferma? Debiste llamarme.

-Yo no lo llame, fue Liz- Trate de defenderme- Perdón mi amor no quise preocuparte se lo importante que es ese caso para ti y solo fue un bajón de presión nada más.

-Princesa ningún caso en este mundo es más importante que tu- se levantó y me tendió la mano para levantarme-Ven conmigo.

Yo sin pensarlo tome su mano y deje que nos guie hasta el baño, con cuidado me sentó sobre el lavabo mientras llenaba la bañera con el agua a una temperatura justa. Hecho unas esencias en el agua y comenzó a desvestirme.

Yo lo miraba embobada y más cuando fue el quien se desnudó lenta y tortuosamente frente a mí. Me sentía mal si, pero verlo desnudo siempre alborotaba mis hormonas que últimamente estaban incontrolables.

Lentamente nos metió al agua y se sentó detrás de mí, tomo una esponja puso un poco de jabón y comenzó a lavar mi cuerpo. No había ningún tinte sexual en sus caricias, eran tiernas y cuidadosas.

Él estaba cuidando de mi cuando estaba tapado de trabajo y eso no podía hincharme más el pecho de amor.

-A qué hora debes volver? - Solté en un suspiro, no quería que se fuera.

-No voy a volver a la oficina hasta que tu estés bien- Me dijo al tiempo que dejaba besos en mi cuello haciéndome estremecer.

-Enserio? - Me gire para mirarlo y sentarme sobre él.

-Enserio mi amor, el único lugar donde deseo y debo estar es aquí, la oficina es secundaria- Dejo un corto beso en mis labios- Hoy voy a consentir a mi princesa.

No lo pensé dos veces y asalté su boca en un beso hambriento, él no se demoró en responderme adentrando su lengua en la mía. Inevitablemente debíamos respirar de lo contrario juro por dios que no me separaba de él.

Mire esos pozos azules que tanto amo y estaban oscuros, esa mirada me volvía loca, pero sé que se estaba conteniendo porque yo me había sentido mal.

-Henry...-Gimotee mientras me movía sobre él.

-Dios Amalia, deja de tortúrame así- Puso sus manos en mi cintura deteniéndome- No tienes idea de lo mucho que quiero cogerte en este momento, pero, estas débil y tienes que comer antes.

No hubo posibilidad de réplica, se levantó y me saco del agua secándome lentamente y cambiándome luego. Una vez que termino conmigo lo vi hacer lo mismo deleitándome con la vista.

Yo me volví a recostar y Henry bajo a preparar algo para comer, cuando dijo que se iba a quedar conmigo y me iba a consentir hablaba muy enserio porque no se me despego ni un minuto.

Comimos y luego miramos una película en la cama.

Yo me dormí cuando finalizo y el deposito un suave beso en mis labios y me dijo que trabajaría un rato. Yo cerré los ojos que para ese momento y apenas podía mantenerlos abiertos y me dormí.

Un fuerte revoltijo en el estómago me despertó de golpe y tuve que correr al baño para vomitar, en ese momento Henry estaba entrando a la habitación por lo que lo sentí entrar detrás mío y sostenerme el cabello.

Era un desastre, estaba sudada y mareada. Tome una ducha esta vez sola, analizando los síntomas que tenía cuando un golpe de realidad me cayó encima. No podía ser, tenía que estar equivocada.

Mareos, vómitos, cansancio todos síntomas compatibles con un embarazo.

No podía pensar en otra posibilidad porque hacia unas semanas mis estudios de rutina habían dado todos bien asique enferma no estaba.

No podía procesarlo, tenía que ser un error y quizás yo estaba malinterpretando los síntomas. No podía estar embarazada si siempre nos cuidamos.

¿Pero y si lo estaba? ¿Cómo se lo decía a Henry? Nunca hablamos de tener hijos y sinceramente no sé cómo se sentiría con ello, yo no sabía cómo sentirme con esto.

¿Quería tener un hijo? Algún día, pero no ahora cuando mis horarios en el hospital eran una locura y aun soy residente. Dios, ya empezaba a entrar en pánico y debía calmarme porque si no Henry se daría cuenta y no estaba lista para contarle sobre mis sospechas.

Primero debería hacerme uno de esos test de embarazo y pedir una cita con mi ginecóloga y con los resultados hablar con él si resultaban ser positivos.

Sí, eso sería lo más conveniente.

Estaba tan metida en mis pensamientos que ni cuenta me di que el teléfono sonaba insistentemente, no llegue a contestar porque se cortó, pero cuando estaba por dejarlo en la mesita de noche la pantalla se volvió a iluminar con una llamada entrante de un número desconocido.

-Hola? - Silencio del otro lado de la línea, seguro algún tonto con ganas de molestar- Si no piensa hablar voy a colgar.

-Amalia, no....- Me paralice ante esa voz.

-Alex?...

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