Capitulo 32

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HENRY

-Que tu hiciste que??- La furia de Amalia se puede sentir en toda la estancia después que le conté mis planes, obviamente sabía que no le iba a agradar la idea, pero es parte del plan.

-Mi amor- Me acerco, pero se aleja, suspiro- Es parte del plan para que no desconfié y se mantenga ocupada con algo.

-Pues átala a una cama si quieres tenerla quieta u ocupada- Me grita.

-Si hay alguien a quien quiero atar a mi cama no es a ella precisamente-Le sonrió, pero sigue enfurecida, quizás no es hora de hacerme el gracioso.

-Pero no es verdad, solo la vas a dejar que no sospeche- Me mira con temor- ¿Cierto?

-Claro que no es verdad Amalia- Ahora si me acerco y no se aleja, la tomo por la cintura y la pego a mí- Que más tengo que hacer para demostrarte lo malditamente enamorado que estoy de ti, ¡hasta sin memoria te amé!

-Lo sé, es que tengo miedo- La abrazo- Estoy tan cansada de todo esto, solo quiero que todo vuelva a la normalidad. Te extraño.

-Yo también te extraño princesa, no tienes idea cuanto- Le acaricio las mejillas- Pronto esto va a terminar, lo prometo.

La tomo de la nuca y me permito besarla, disfrutándola nuevamente. No me canso ni me cansare nunca de besar a esta mujer, ni siquiera puedo empezar a poner en palabras todo lo que me hace sentir porque no sería suficiente.

Nunca creí en las almas gemelas ni que hay una persona en específico que está hecha para uno, pero cada día que paso junto ella más estoy convencido que sí, que Amalia está hecha para mí. Nadie más me va a hacer sentir así o amar con esta intensidad con la que la amo a ella, puedo sonar cursi pero no me importa porque es la verdad.

Ella es mi alma gemela.

Decidimos pedir algo ligero para comer en la oficina, hubiera preferido llevarla a algún lugar bonito, pero por ahora es mejor no arriesgarnos. Mientras cenábamos charlamos un montón, me conto de su día en el hospital y yo amaba cada parte que compartía conmigo, también me conto un poco como fueron sus días desde que volvió de Londres, no había querido hablar mucho de eso, pero si dejo ver que además de su hermano y James, Alex fue una gran compañía.

No he dejado de sentir celos de él, al menos no del todo, sé que tienen una historia importante juntos y aunque él no lo diga sé que aun siente cosas por mi esposa. Pero agradezco que entienda que ella está casada conmigo y que nos amamos y que sea un amigo para Amalia. Si ella no lo saca de su vida y siente que pueden construir una amistad, quien soy yo para impedirlo.

Luego que Amalia se fue me serví un vaso de wiski y mire a mi buen amigo el sofá, era claro que hoy no iría a dormir a ese departamento. Por suerte la oficina contaba con un baño bastante equipado para tomar una ducha y siempre tenía un cambio de ropa por cualquier eventualidad.


La mañana es un caos, mi mal humor matutino por no dormir bien ya es una constante y tengo que hacer uso de toda mi paciencia para no matar a mi secretaria y que se espante y se vaya, que Vanessa me haya llenado la casilla de mensajes con cosas de esa estúpida y falsa boda tampoco ayudan.

Mucho menos tener que haber confirmado que mis padres se quedarían con nosotros durante su estancia por la supuesta cena de compromiso. Observo por mi computador las cámaras del departamento y de momento no hay nada raro, solo Vanessa mirando revistas y hablando por teléfono.

Pensé en intervenírselo, pero de encontrar algo no me serviría como prueba, aunque por ahora no es algo que descarte del todo, puede que legalmente no me sirva, pero al menos se sus pasos. Mi teléfono suena y el nombre de Thomas aparece en la pantalla por lo que no tardó en responder.

Our Love StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora