Capitulo 17

719 50 1
                                    



HENRY

Corrí tan rápido como mis piernas me dieron porque justo hoy al maldito auto se le ocurrió quedarse a diez cuadras del hospital. Pero nada importaba más que llegar y ver qué había sucedido, después de tanto tiempo no quería ser demasiado optimista, pero pensar en escenarios poco agradables me mataban poco a poco cada día.

El corazón me latía desbocadamente en el pecho, la sangre corría con más fuerza que, la podía sentir por todo mi cuerpo y lo único que realmente quería era llegar y ver a Amalia. Necesitaba imperiosamente que esta pesadilla se termine porque no podía estar más viviendo un día en el que ella no me mire o me bese o me grite por algo, simplemente la necesitaba a ella.

Entre demasiado rápido chocando con alguna que otra persona en el camino, era increíble que en cuanto más quisiera llegar más lejos parecía mi destino. Cuando llegue a la puerta de su habitación tuve que tomarme un segundo para que el aire circulara con normalidad por mis pulmones, mi corazón era otra historia diferente, sentía que podría sufrir un infarto en cualquier momento. Noté que no había nadie en la sala de espera y con temor sostuve la perilla de la puerta, respiré tres veces y abrí.

Fue inmediato, preciso y certero. Nuevamente el aire de mis pulmones se me fue y sentí mi sangre caerse hasta mis pies. Sus ojos... sus hermosos ojos me miraban entre perdida y asustada, pero me miraban y en este momento era suficiente para mí.

Amalia... mi Amalia había despertado por fin.

No supe a ciencia cierta en que momento empecé a llorar sin importarme que Thomas o James estuvieran ahí mirándome, temeroso como si sintiera que mi sola presencia podría romperla me acerque hacia ella. Era demasiado para mí, temor, alivio, enojo, amor, todo corría por mi cuerpo y me estaba sintiendo desbordado porque además el cansancio era notorio en mi cuerpo.

Lentamente me pare a su lado bajo su débil mirada, suavemente tome su pequeña mano entre las mías y la mire absorbiendo todo de ella. Sus ojos, su boca la forma de su hermosa nariz, su rostro completo, dios era tan inhumanamente hermosa que más de una vez pensaba en que cosa buena debí de haber hecho en otra vida para poder ser merecedor de ella y su amor en esta.

-Princesa...- Dije casi en un suspiro sin poder dejar de llorar.

-Henry... yo... yo...- Su voz ahogada denotaba miedo y confusión y lo único que pensaba era en como mierda le decía lo del bebe sabiendo que no iba a poder evitar que se rompa en mil pedazos.

-Shh tranquila- Le acaricie la mejilla tratando de calmarla- Tienes que descansar y recuperarte mi amor.

Le costaba mucho mantener los ojos abiertos, quizás su cuerpo la estaba obligando a descansar por todo lo que tuvo que pasar en las últimas semanas.

-Estarás aquí cuando despierte? - Dijo en un susurro con los ojos cerrados.

-Como cada día mi amor- Fue lo último que le dije antes que se duerma de nuevo, deje un suave beso en sus labios que se sintió como la gloria misma.

Me tomo varios minutos componerme cuando llego Alex y nos hizo salir para hablar conmigo y que Amalia descanse.

-Como esta ella? - Fue lo primero que pregunte una vez fuera de la habitación.

-Está estable y no hay signos de alguna complicación- Dijo Alex en un tono más calmo, se podía notar en el su cansancio también y a pesar de que una parte de mi odiaba que sintiera cosas por mi esposa también estaba demasiado agradecido por haber salvado su vida y casi no haberse ido del hospital en estas semanas- Pero tuvimos que sedarla porque tuvo una crisis nerviosa cuando despertó, eso me preocupa, es decir, es una reacción que me esperaba pero hay que controlarla porque aún no sabe lo del bebe.

-Lo sé y no sé cómo carajos se lo diré- Me pasé las manos por la cara demasiado frustrado cuando sentí la mano de Thomas en mi hombro dándome apoyo.

-Podemos hacer que el psicólogo de planta esté presente- Sugirió.

-Quisiera ser yo el que se lo diga.

-De acuerdo, pero de todas maneras es recomendable que tenga un par de sesiones- Se acomodó la bata y suspiro- Vivió algo demasiado traumático y es bastante concreto que quisieron matarla, no puedo decirte que hacer Henry, pero te recomiendo que se trate y este en un lugar tranquila y fuera de peligro. Ahora debo irme tengo pacientes que atender, cualquier cosa me llamas y más tarde me daré otra vuelta.

Asentí con la cabeza y lo vi perderse por el pasillo, estaba demasiado cansado para pensar, pero tenía razón, aunque no hubiera pistas o rastros Amalia había sufrido un atentado y casi muere por ello. Me crispaba los nervios no saber si había sido directo para ella o quisieron hacerlo para joderme a mí.

Tampoco es que había mucha diferencia porque el resultado fue el mismo, Amalia casi se muere y yo estoy roto. Y si bien aún teníamos muchas cosas por delante y que iban a doler me aliviaba en cierta medida que haya despertado.

Me sentía mal, culpable, impotente y profundamente temeroso con toda esta situación, no hubiese soportado que algo le pase por mi culpa y ciertamente esta era una experiencia que jamás querría volver a vivir. Tenía mucho miedo a que algo más pase y la arranquen de mi lado porque ya había comprobado de nuevo que no podría vivir sin ella, yo no funcionaba sin Amalia. La tenía tan malditamente metida dentro de mí que ni siquiera quería pensar mucho en una cosa así porque terminaría consumiéndome.

Tenía mucha impotencia, como le decía ahora que ya no tendríamos un bebe después de toda la ilusión que tenía... teníamos porque, aunque el dolor y el sufrimiento lo padeció ella, yo también lo perdí y estuve tan absorto en el miedo a perderla a ella también que no pude procesar bien esa pérdida que sabía nos iba a devastar.

Realmente estaba cagado del miedo cuando me entere, porque vamos ya estoy grande para la paternidad, pero aun así cuando me lo dijo y procese la noticia sentí algo en el pecho que difícilmente pueda describirlo con palabras. Alegría, felicidad son algunas que se pueden ajustar a la perfección pero que en definitiva se quedan cortas, ya me sentía demasiado bendecido por haberme casado con ella finalmente, pero saber que iba a tener un hijo de la mujer que amo y es el jodido amor de mi vida no tiene descripción con palabras.

Y ahora ya no había nada y todo ese anhelo e ilusión alguien nos lo había arrebatado y por dios que no me lo ponga enfrente porque morir sería un regalo comparado a todo lo que quiero que sufra. Dolía... dolía demasiado, siempre pensé que con nosotros dos era suficiente, nunca nos planteamos la idea de hijos y familia más allá de esa de dos que armamos desde que volvimos a encontrarnos y ahora no podía dejar de llorar por aquella que íbamos a tener y quedo en el camino.

Mi temor porque si sentía miedo era que después de todo lo que paso ya no quiera tener hijos, iba a respetar y aceptar cualquier cosa que ella quiera una vez que se recupere de toda esta mierda, pero ese temor crece dentro de mi sin que pueda evitarlo.

A veces la vida era demasiada hija de puta...

Our Love StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora