Our Love Story

Capitulo 10

HENRY

Me siento un completo idiota por haber tratado así a Amalia y dejar que se fuera pensando cosas que no son. Realmente no tengo nada con mi secretaria ni me interesa en lo más mínimo, pero toda la situación me paralizo.

Además, como va a pensar que la voy a engañar y encima el mismo día que acabamos de ver y escuchar a nuestro bebe. Yo no tengo ojos para nadie más que no se ella y es cierto cuando digo que me tiene a su completa merced porque daría hasta lo último que tengo solo porque ella no me falte nunca.

Estoy enojado conmigo mismo por hacerla sentir mal y más enojado estoy con Vanessa porque me imagino por donde viene la cosa.

-Vanessa ven a mi oficina por favor- Llamo a mi secretaria ya que quiero una explicación.

-Sí, Henry- Me dice cuando cruza la puerta y hace el amago de cerrarla.

-Déjala abierta por favor- Me siento en mi sillón- Siéntate.

-Ya archivé los documentos que me diste y además...- No la dejo seguir.

-Que paso con mi esposa? ¿La atendiste cuando llego?

-Si así fue, llego quiso verte y le dije que si no tenía cita no podías atenderla y que me habías dicho que no estabas disponible para nadie- Me dice de lo más tranquila.

-Es decir que estuviste conmigo durante quince minutos hablándome de estupideces y no se te ocurrió decirme que mi esposa estaba fuera- Trato de no explotar en ira.

-Bueno Henry, no sabía que ella era tu esposa- Se defiende- Y pensé que solo era una mujer que venía a buscar tu atención.

-Yo no tengo porque hablarte de mi vida privada Vanessa no confundas las cosas- Ataco- Que nuestras familias se conozcan y yo haya aceptado hacerle el favor a tu padre contratándote no te da derecho a tomarte atribuciones que no te corresponden.

-Pero Henry...

-Nada, si llega alguien y te dice que es mi esposa y no lo sabes lo mínimo que tienes que hacer es levantar el teléfono y consultarme.

-No volverá a ocurrir- Dice con la cabeza gacha.

-Por supuesto que no y otra cosa más- Me mira- La próxima vez que mi esposa llame o venga así este con el maldito presidente de la nación me avisas. Estoy casado y enamorado de Amalia, no confundas las cosas. Te tengo aprecio, pero si te vas a volver un problema para mí, entre ella y tu ni siquiera tienes que pensar a quien voy a elegir. Es mi esposa y merece respeto de tu parte y no el desplante que le hiciste... ¿Estamos claros?

-Si por supuesto... no volverá a repetirse.

-Puedes retirarte- Se levanta y sale de mi oficina.

Claro que estoy enojado con ella, pero mucho más conmigo por no haberle aclarado las dudas que ya estaba haciéndose en su cabeza y lo peor de todo es que la llamo y tiene el teléfono apagado.

Dos horas hace que no tengo noticias suyas, ya llame a todo el mundo y nadie sabe dónde está y la preocupación y el desespero ya están presentes en mí. Sé que lo está haciendo para castigarme porque sabe cómo me pongo cuando no sé dónde está o no me atiende el teléfono.

Sé que ir a la casa de Thomas, James o Liz seria preocuparlos, pero ya estoy demasiado alterado y además ya me imagino el largo reclamo de Thomas y no estoy para eso en este momento por lo que decido ir a casa con la esperanza de que quizás este allí.

Cuando llego y veo todas las luces apagadas mis esperanzas de encontrarla decaen monumentalmente, voy a nuestra habitación y esta tal cual la dejamos. Su teléfono sigue apagado.