Epilogo

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HENRY

DOS AÑOS DESPUES...

Llego a casa después de un día agotador de trabajo, pero esta sin duda es la mejor parte de mi día. Entro a nuestra casa y no se oyen ruidos por ningún lado lo que es raro porque Amalia ya debería estar aquí, dejo el maletín en el sofá junto a mi abrigo y subo las escaleras hacia el primer piso donde están los cuartos.

Entro al nuestro y no hay nadie asique me dirijo al cuarto donde sé que dé seguro que la voy a encontrar, la puerta esta entreabierta asique me acerco y la veo.

¡La maldita mejor imagen del mundo!

Ellas dos.

Mis grandes amores, los amores de mi vida.

La mujer de mi vida está en su silla mecedora acunando a la personita más perfectas que pueda existir, nuestra pequeña Celine o Lini como nos gusta decirle. Las contemplo más embobado que nunca porque a pesar de que es una imagen recurrente cada que llego de trabajar no deja de maravillarme día tras día.

Abro la puerta al momento en que Amalia abre sus ojos y me ve, me regala la sonrisa que sigue robándome el corazón y me hace señas que me acerque, Lini sigue dormida y sin que se despierte me la pone en los brazos para que la cargue.

Hace cinco meses que sigo teniendo esa sensación de que el corazón se me va a salir del pecho cada vez que la sostengo en mis brazos. Es tan frágil, tan hermosa, tan pequeña y tan mía...bueno nuestra. Acerco mi rostro al suyo y aspiro su aroma, tiene ese olorcito a bebe y a perfume de vainilla que me encanta.

Celine es una pequeña versión de Amalia, tiene todos sus rasgos y el pelo oscuro como ella, de mi saco mis ojos y ya sufro sabiendo los estragos que va a hacer de grande frente a la población masculina porque además tiene el mismo carácter que la madre.

Esta pequeña llego sin esperarla para cambiar nuestra vida para siempre, mimada por todos con muchos tíos y tías que se pelean por ver quien la consiente más.

Aún recuerdo el día que Amalia vino a mi oficina llorando para contarme que se había hecho un test de embarazo y le había dado positivo, fue un shock después de haber escuchado varios meses atrás su deseo de no ser madre, la entendí y decidí cerrar el tema entre nosotros a pesar de que me moría por tener hijos con ella.

Asiqué cuando vino llorando a contármelo no podía salir de la sorpresa y recuerdo que el corazón me latía tan fuerte y temblaba por dentro, pero como sabía lo que iba a decidir mantuve una postura firme sin mostrar lo que realmente sentía. No fue hasta que la vi llorar y sonreír con los ojos brillosos que entendí que estaba igual de emocionada que yo.

No fueron necesarias las palabras, casi como imanes nos acercamos y nos besamos creo que por horas felices de lo que nos estaba pasando. En esta ocasión a diferencia de la primera vez que esperamos para contarlo, salimos de mi oficina y citamos a todos en nuestra casa, esa misma noche dimos la noticia de que mi esposa tenía un mes de embarazo.

Amalia ya tenía cuatro meses cuando supimos que sería una niña, pero no tuvimos nombre hasta que nació, ese día después de horas donde sufrió los dolores del parto la mujer más increíble del mundo miro a nuestra pequeñita bebe y la llamo Celine, como su madre.

Llore tanto de felicidad.

Y aquí estamos cinco meses después de eso viviendo entre nubes.

Dejo a mi bebe en su cuna y agarro el monitor para llevarlo conmigo, bajo y voy hasta la cocina donde Amalia está preparando café, siempre tomamos una pequeña merienda cuando llego ahora que reduje mi jornada laboral y estoy en casa por la tarde.

Our Love StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora