Capitulo 7

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AMALIA

Hacía mucho tiempo no sabía nada él y escucharlo me provoco un escalofrió en la espina dorsal, mi única reacción fue cortar el teléfono. No terminamos traumáticamente, simplemente se fue a Alemania y en determinado momento se alejó sin dar mucha explicación.

Con el tiempo deje atrás esa etapa y me parece raro que varios años después me esté llamando ¿Cómo consiguió mi numero?

Henry me saca de mi trance cuando me viene a buscar para ir a cenar y al verlo recuerdo todo lo que me estaba atormentando antes de la llamada. ¿Será posible que este embarazada?

-Henry? - Lo llamo

-Que pasa mi princesa? - Se arrodilla frente a mí ya que estoy sentada en la cama- Estas bien? Estas un poco pálida.

-Sí, creo que si- Le sonrió para que se tranquilice- ¿Alguna vez antes pensaste en hijos? - Le suelto la pregunta de una vez y noto como se tensa.

-Bueno la verdad no, nunca tuve esos deseos- Me mira- Y ahora creo que ya estoy muy grande para ello. ¿Tú quieres hijos?

-No.... si... no lo sé- Balbuceo- Nunca hablamos sobre este tema, pero si no quieres tener hijos conmigo no hay mucho que decir al respecto- Me levanto para salir con una opresión en el pecho.

-Alto ahí! - Me ordena y me sienta tomando mis manos entre las suyas- Tú me preguntaste si alguna vez antes pensé en tener hijos y fui sincero, ahora, entiendo que también tienes deseos propios y nunca tocamos ese tema- Limpia una lagrima que rebelde se escapa por mi mejilla- Cuando nos casamos y antes yo te he dicho que quería todo contigo porque realmente es así, antes de ti no, no me lo imaginaba o deseaba y aun pienso que ya estoy grande pero mi amor si tu llegaras a quedar embarazada amaría haber formado una personita contigo.

Y eso es suficiente para romper en llanto, saber que el amaría tener un hijo conmigo me sensibiliza aún más aplacando un poco el miedo que estoy sintiendo. Debo hacerme un test y sacarme esta duda de encima.

Tres días después estoy reincorporándome al hospital a pesar de la oposición de Henry que quería que me quedara unos días más y a pesar de que no volvió a la oficina mientras estuve en casa y ame pasar tanto tiempo con el ya no podía dilatar más mi regreso.

El día estaba siendo agotador, varias cirugías y pacientes en emergencia, estaba muy cansada y aún tenía el test de embarazo en mi bolso que no me animaba a hacer. Cada vez que pensaba en salir de la duda algo pasaba y tenía que dejarlo, no quería hacerlo en casa por miedo a que Henry lo descubra.

Se lo que hablamos y lo que me dijo, pero aún tenía miedo al resultado.

Estábamos en la cafetería con Liz tomando un café en un pequeño descanso que tuvimos, bueno ella un café y yo un té. Veo entrar a la misma mujer con la que choque en la entrada hace unos días atrás, en cuanto me ve se dirige a mí y con un rostro no muy amistoso.

-Doctora Altman, que placer verla de nuevo- Me mira y ya su presencia no me parece tan amigable- Es bueno encontrarla.

-Necesita algo? - No muestro amabilidad, no sé realmente quien es o que quiere solo sé que su tono para conmigo no me gusta. Se acerca más ignorando la presencia de mi amiga que la mira con los ojos como platos y ya se la quiere comer.

-Realmente si- Dice sonriendo y con su acento alemán marcado- Quiero que te mantengas bien alejada de mi prometido.

-Acaso me está amenazando? - No puedo creer el descaro no tengo idea quien es o quien es su prometido, me levanto para encararla- No tengo idea quien es usted o su prometido pero que le quede claro que a mí las amenazas baratas no me asustan, ahora lárguese.

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