Capítulo 06

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Coraline dormía sobre el sillón más grande de la sala, envuelta con una cobija gruesa

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Coraline dormía sobre el sillón más grande de la sala, envuelta con una cobija gruesa.

—Charlie, vamos a llevarla al hospital —dijo preocupada Mel.

—Cariño, es peligroso, las calles deben estar desechas con tanto aguacero.

La niña se removió y soltó un gemido. Ambos padres se sobresaltaron.

—¿Coraline, estás bien?

—¿Cómo te sientes, pequeña? —insistió Charlie.

La niña se dio la vuelta, no parecía saber que sus padres estaban entrando en un colapso nervioso. Después de un grito, la habían encontrado a las afueras de la casa en pleno aguacero. Luego de eso, Coraline se negaba a despertar.

El gato apareció desde algún hueco oculto y desde allí esperó el despertar de la niña. Coraline durmió toda la tarde y cuando despertó se alistó para ir rumbo al bosque.

—Tuve un sueño con la bruja —trató de explicar mientras hurgaba en una gaveta, buscando objetos que le ayudasen a defenderse—; dijo que me esperaría a orillas del pozo, donde arrojé la llave.

—Coraline, estas yendo directo a su trampa.

—Lo sé, pero no quiero que secuestren a mis padres para obligarme a hacer algo. No puedo quedarme aquí mirándolo.

—¿Y qué planeas hacer? —quiso saber el felino.

—Nada que no haya intentado. La retaré.

—Sabes que funcionó en el pasado porque recibiste ayuda de las almas atrapadas en el otro mundo. Pero, Coraline, ahora es diferente, estarás sola.

Coraline se colgó la mochila y se acomodó el cabello hacía atrás.

—Tarde o temprano ella vendrá y lo sabes bien, gato. Si no voy no podré protegerlos —la niña miró una fotografía familiar sobre la mesita de noche—. No le tengo miedo a la otra Madre.

Cuando iba a salir, Charlie se atravesó en la puerta principal. Mel también estaba allí.

—¿A dónde vas, pequeña exploradora? —preguntó su padre.

—A… dar una vuelta.

—Coraline Jones, acabas de tener un desmayo. Eso es un no —reprendió su madre.

—Pero necesito salir —se empecinó ella.

—No es no, ahora ve a tu habitación y duerme un poco —sugirió Mel—, casi me matas del susto hace un rato.

Coraline hizo mala cara y fingió subir las escaleras. Sin embargo, bajó cuando ambos se habían dirigido al cuarto estudio donde solían trabajar. Verificó que estuviesen allí y luego quiso salir por la puerta trasera.

Al abrir encontró a…

—¿Wybie?

—Eh, Coraline —saludó él—, vine a disculparme y… quería ver cómo estabas.

Coraline 2: El secreto de la Otra Madre  | FANFIC COMPLETO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora