Aquella noche Coraline soñó con ella sentada en una pequeña mesa de madera a la mitad de un brillante jardín. Habían grandes árboles de cerezo y araguaney, también hileras de rosales y enredaderas que iban y venían como veleros en alta mar. Un niño llegó y se sentó a su lado, era un pequeño de rostro amable y ojos grandes y almendrados.
—Hola Coraline, ¡Cuánto tiempo! —saludó él.
Ella, confundida, no le dirigió la palabra.
—Pobre niña, creo que no nos reconoce —dijo una joven de tranzas color oro y gran sonrisa. Coraline tuvo la sensación de que apareció de la nada.
—Seguro que sí —respondió la última (que apareció de la misma manera que la anterior). Tenía dos trenzas cafés a sus costados y su voz tan dulce como las notas de un piano.
Coraline pudo reconocer a la más pequeña, la que ella una vez llamó «la niña tierna», la hermana gemela de la abuela de su vecino.
—Ustedes… ¡son ellos! —dijo con alegría Coraline cuando lo entendió— ¡Qué bueno verlos, chicos!
Coraline saltó al regazo de todos y se apretujaron en un fuerte abrazo.
—¿Y cómo es que están aquí? —preguntó Coraline— Digo, ustedes están…
—“En un lugar mejor”, ya lo sabemos —bromeó la rubia—. Venimos para ayudarte. Es triste decirlo otra vez, pero: corres un grave peligro, Coraline.
—Si es por la bruja, aunque está libre no puede tener mis ojos —explicó Coraline—; para tenerlos debo amarla, y yo nunca la aceptaré como mi mamá.
Se produjo un silencio y varios suspiros se escucharon. Los niños la miraron con lástima.
—Aún no te has dado cuenta ¿verdad? —dijo el niño con timidez.
—¿Qué quieres decir? —sonrió con nerviosismo Coraline.
—La bruja te ha tendido una trampa, Coraline —continuó la niña tierna—, ella te ha mentido desde el principio. Y también el gato.
—¿El gato?
Coraline sintió un frío recorrerle el cuerpo. Recordó que Wybie le había dicho algo sobre el gato y la bruja conversando ¿Trabajarían juntos?
—Creo que se han confundido. Chicos, mi verdadera madre está en casa, sigue trabajando en su estudio, sale de casa y me da la mínima atención posible. Como antes. En casa no hay magia y ni siquiera me dan comida decente, incluso fui al otro mundo y encontré a la bruja convertida en ese cosa arácnida.
Los niños se volvieron a mirar entre ellos.
—Logró engañarte sin usar sus poderes —se lamentó la mayor—. Coraline, la bruja se ha estado alimentando de ti, ella está en tu casa, comiendo a tu lado y llevando la vida de tu verdadera madre.
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Coraline 2: El secreto de la Otra Madre | FANFIC COMPLETO |
FanfictionLa historia nace después del final que vemos en la película, donde a mediados de la primavera una extraña neblina inunda a todo el Palacio Rosa. Este fenómeno tomó sentido cuando Wybie, quien no sabía mucho de la bruja ni del otro mundo, relató ver...