Capítulo 13

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Coraline despertó y parecía ser aún de madrugada

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Coraline despertó y parecía ser aún de madrugada. El lugar seguía oscuro por lo que mantuvo sus ojos cerrados. Seguramente después de la salida del sol, sus padres estarían en la cocina conversando sobre la extraña neblina y el trabajo extenuante, sobre las densas lluvias y las plantas del señor Fuggle, sobre el tráfico y el cómo Coraline debía esforzarse para sacar las mejores notas cuando comenzara la escuela en unos días.

Sin embargo, su fantasía terminó cuando escuchó un suave ulular que provenía de algún lugar alto. Entonces abrió los ojos.

Y luego un grito inundó la sala.

Un llamado, una alarma.

—¡Mamá! ¡Papá! ¡Wybie! —se rasgó la garganta en un alarido.

—Coraline —alguien pronunció su nombre desde las sombras de alguna esquina— ¿Te gusta? Han estado allí desde hace un tiempo.

Los tres yacían dormidos dentro de espejos que parecían dar a lo profundo del mar. Coraline se aventó a ellos con desesperación y cruzó el portal, quedando atrapada en un estanque con cuerpos inertes. Mientras se ahogaba abrazando a sus seres queridos una mano la jaló hacia atrás, devolviéndola al mundo en el que estaba.

—Aww, que tierno momento —Beldam giró la cabeza de una forma anormal para ver cómo Coraline jadeaba (aunque ya no estaba mojada)—. Si tienes tantas ganas de morir, querida, existen otras opciones. Darme tu alma, por ejemplo.

Coraline siguió llorando mientras intentó aferrarse al portal una vez más, pero esta vez funcionó como un simple cristal que mostraba lo que guardaba en su interior. Luego desapareció y terminó mirando su devastado reflejo.

—¿Los mataste? —preguntó la niña con voz temblorosa.

—No, aún no —contestó la bruja—, no podría matar la raíz que le da vida a mi fuente. Aunque quisiera, esos tontos no dejan de llorar por ti.

"No dejaban de llorar" dijo la bruja cuando aquellas personas ni respiraban.

Coraline, importándole poco lo que pudiese suceder, se arrojó a la bruja y comenzó a halarle de sus largas prendas. Beldam incrustó sus largos dedos en las costillas de Coraline, alzándola y haciéndola destilar hilos de sangre. La niña le escupió el rostro a la bruja.

—Si quieres puedes matarme, pero no te daré lo que buscas —gruñó la niña.

—Coraline, Coraline, Coraline —dijo la bruja con lentitud limpiando su picudo rostro con una de sus patas— Solo te traje para negociar, pero si insistes —apretó su agarre. La niña soltó un quejido de dolor—. No hagas que mi paciencia llegue al tope.

Una figura humanoide tiró de ella hacia atrás y la encadenó a una silla. Era el otro Padre en su forma de bicho con boca estirada y ojos de botón «Lo siento, mamá obliga» susurró con pesadez.

Coraline 2: El secreto de la Otra Madre  | FANFIC COMPLETO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora