La sombra del sur

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-¿Unai?-Preguntó Enrique.
-¿SÍ?
-¿Por qué no hablas tú también? Sabemos entre poco y nada sobre ti…
-Venga ya…Si mi historia es aburridísima…
-Vamos Unai, queremos oírte.-Dije mientras devolvía una botella vacía.
-Si ponéis tanto interés…-Dijo Unai mientras sonreía.
-No pierdas más tiempo, querida sombra.-Sugirió Jan.
-¿Cómo qué sombra?-Pregunté.
-Ahora voy.-Nos respondía Unai.
Yo no destaco por mi poder o por mi zona, ya que soy el único aquí que no es rey.

-¿Qué no qué?

Todos quedamos paralizados. Al parecer no todos éramos del sur, pero creía firmemente que todos éramos reyes. Me equivocaba.

-Veréis, soy el tercer miembro más joven y apenas tengo 19. No soy mal espía pero nunca llegaré a alcanzar a Eric. Lo mío es el sigilo.
-¡Claro! Unai la sombra…-Comprendió Marc.
-No. Ese apodo viene de otro lugar…
15 de Marzo de 1205. Pol, mi rey, me llamó y me convocó en la sala del trono.
Mi talento había llegado a sus oídos. “Tú, que has sido capaz de robar los planos de importantes artilugios en Barca…
-¡¿Fuiste tú?!-Le interrumpió Gabriel.
-Tú, que has sido capaz de burlar la seguridad de innumerables minas y bibliotecas…Unai, tengo una misión para ti.”-Siguió sin darle importancia a la interrupción.
-Recuerdo ese día.-Dijo un Pol más reflexivo.
-Pol me asignó una misión. Una tan difícil como importante. “Quiero asignarte una misión, una muy arriesgada, tal vez demasiado. Pero si lo que me han dicho sobre ti es verdad…Solo tú vas a poder hacer esta misión.”
-¡¿Qué misión!?-Dijo Gabriel impaciente.
-Me mandó al norte, al palacio de Albion. Tenía que robar unos documentos de vital importancia. Las 4 alianzas del norte.
-No me j…-Dijo Marc.
-Eran alianzas que le habían propuesto a Albion. Documentos sin firmar. Según Pol solo yo podía impedirlo.

Monté a nuestro caballo más rápido y me dirigí hacia el norte por una ruta segura.
Llegué a un almacén de Albion casi sin protección y cerca de su palacio, y me bajé del caballo. Me escondí entre las sombras y acabé con todos. solo eran 15 y mi armadura ligera me lo permitía. También llevaba una espada corta y un cuchillo que utilicé para acabar con los enemigos haciendo el mínimo ruido posible.
Dentro del almacén no había más que comida y minerales pero…También había una nota del mismísimo Albion que decía: “¡Proteged el cargamento! Es un regalo para las 4 alianzas.”
En ese momento supe que iba por buen camino. Dejé a mi caballo para no hacer ruido y seguí mi camino hasta el palacio.
-¡¿Te enfrentaste tú solo a toda la guardia real!?-Preguntó Víctor.
-Sí, y les gané. Los derroté uno por uno hasta despejar la zona y luego me colé en el castillo.
-¿Y por qué no mataste a Albion también?-Pregunté.
-Esa no era mi misión.
Entré a la sala de reuniones y acabé con los 3 guardias que la custodiaban, esta vez tuve que hacer uso de mi espada corta ya que me vieron entrar. Robé los documentos y salí por patas.Tardaron 3 horas en enterarse, pero para entonces ya estaba de vuelta en Caín.

-Esa es mi sombra.-Dijo Jan entre risas.
-Otros me llaman sombra porque creen que nunca estaré a su altura.
Pero tal vez ya la haya superado.-Concluyó Unai.
-Creeme, eso solo pasará cuando deje este mundo.

Juanjo III y la guerra de unificaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora