Tras varios días más de ruta llegamos a nuestro destino, la costa de la zona noreste de la península, cerca del palacio de Albion.
Nos sobraban lanzas y las utilizamos, junto con algunas cuerdas, para asegurarnos de que los barcos seguirían allí.
No podíamos permitirnos ninguna imprudencia, por lo que, al llegar, exploramos y analizamos la zona. Nada fuera de lo común, aparentemente.
-Chicos.-Susurró Alfonso.
-¿Qué ocurre?-Pregunté.
-Hay gente en esa zona, gente armada.-Dijo mientras señalaba al entonces lejano palacio de nuestro enemigo.
-Normal, está cerca del palacio. Serán sus guardias reales o algo así.-Comentó Marc.
-Bueno…¿Y que hacemos?-Se impacientó Terencio.
-No podemos mandar a Faz de nuevo. Lo detectarían y no quiero ni saber lo que le harían. Además descubrirían nuestro mensaje y todo nuestro plan. Pero aunque logrará esquivar todas las flechas y se dirigiera hacia Luis y los demás, no serviría de nada. Si es verdad lo que dijeron, ya están demasiado cerca como para enviarnos mensajes. Solo podemos esperar.-Afirmé.
-Pues esperemos.-Dijo Unai.
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Juanjo III y la guerra de unificación
Ficción históricaJuan José lll, rey de la pequeña ciudad de Tara, se enfrenta a una posible invasión romana. Con Hispania dividida parece que solo hay una opcion. Portada: @janbigaspalomino
