Preparación

6 1 0
                                    

Cogí el caballo más rápido y me fui a toda velocidad al puerto secreto de Barca, a ver si esos destellos volvían.

Me quité la armadura, me senté, me relajé, y puse todos mis sentidos al máximo para poder escuchar el canto del mar. Entonces pensé. La otra vez vi algo, pero no lo que estaba buscando. ¿Y si no encontraba lo que quería ver?

Intenté dejar de pensar en eso, y lo conseguí. Finalmente me relajé. Cerré los ojos, y me vacíe por completo. Solo veía el vacío…Tan blanco como siempre…Comencé a escuchar aquella voz, el canto del mar. Intenté seguirlo con todos mis sentidos, pero solo mis ojos pudieron alcanzarlo. Entonces, intenté abrir los ojos, sin abrirlos, pero como si lo fuera a hacer. Volví a ver destellos, esta vez vacíos, hasta que vi algo. Agua, mucha agua. También vi barcos y muchos soldados, de los nuestros y romanos. Vi a un soldado del otro bando, mirando de lado a lado antes de seguir escribiendo. Había un halcón, estoy bastante seguro de que era Eric. Luego vi mi espada completamente limpia y libre de sangre, vi una corona y el símbolo que el viajero portaba en su armadura, vi montañas manchadas de sangre, vi muerte y también vida. Entonces abrí los ojos. Por fin lo había comprendido.

Subí de nuevo al caballo y me dirigí a Kara lo más rápido que pude.

-¡Juanjo! ¿Dónde estabas?-Preguntó Alfonso.
-No importa, pero sé por dónde vendrán, o eso creo. ¿Hay novedades?
-Nos ha llegado un mensaje de Eric, pero te estábamos esperando.-Dijo Luis.
-¿Enserio?
-Si. No pensábamos que nos escribiera tan pron…-Intentó decir Víctor.
-¿Por qué me habéis esperado? ¡Podría ser importante!
-Lo siento esqu…-Quisó decir Luis
-Anda, dámelo, ya lo leo yo. “Estamos en graves problemas. Todo se está adelantando más rápido de lo que creía posible. Lo de Francia solo era un farol a medias. Algunos van para allá, el resto estamos embarcando. Vamos hacia vosotros. Solo llevo un par de años con los romanos, pero llevan entrenando para esto desde mucho antes de que llegara. Espero que estéis preparados.”
-¡Me cago en la puta!-Exclamó Gabriel lleno de ira.
-Gab…
-No, tiene razón, no estamos preparados.-Afirmé.
-O sí. ¿Qué tienes para decirnos, Juanjo?-Sugirió Enrique.
-Si yo fuera ellos, y sabiendo que conocen la existencia de espías, daría pistas falsas en varios puntos, y atacaría entre ellos. En este caso hay dos puntos así que…Sumándole el hecho de que los barcos tienen que entrar por alguna parte…
-Atacarán por el Ebro.-Comprendío Pol.
-Pero Eric dice que algunos vendrán desde Francia, eso cambia mucho las cosas. En cualquier caso, desde allí estaremos cerca de cualquier otro punto. Pero por si acaso no movilizaremos a todo nuestro ejército allí, no de golpe, no hasta saber si realmente atacaran por allí. Reservaremos algunos hombres para los que vengan de Francia. ¿Dudas?
-Nada mal…-Sonrió Jan.
-No hay tiempo, debemos movernos, ¡Ya!-Sugirió Pol.
-Pero antes…-Dijo Alfonso.
-¿Qué ocurre?-Pregunté.
-Todos tenemos una armadura, y verte a ti usando las más comunes…Bueno, pues te hemos hecho una.-Sonrió Gabriel.

Entonces Luis abrió una caja, y yo quedé alucinado. Estaba tan nueva…Brillaba como el sol de mediodía, y su metal parecía muy resistente. Me gustaban mucho las hombreras, también recuerdo brazaletes, y hasta tenía el símbolo de Tara en el centro, el cúal estaba formado de dos cartas de 6 una sobre la otra, ya que el 6 es mi número preferido y las cartas le dan ese toque de azar que en primer lugar, me hizo ser rey. Pero también por todo lo que tuvo que haber pasado para que Tara se ganase un hueco en la existencia.

-Chicos…
-Ya sabemos que te encanta.-Sonrió Alberto.
-Hay demasiada tela, ¿no? Aunque el metal sea bueno.
-Si…Sabemos que no te gustan las cosas fáciles. Además, el metal está colocado en zonas clave, y si intentan atravesarte el pecho se encontrarán con el símbolo de Tara. Ya repelerás ataques con la espada y los brazaletes.-Dijo Víctor.
-¿De quién ha sido la idea?
-De todos, pero más de Gabriel y Alfonso.-Se rió Luis.
-Yo…Gracias.-Sonreí.

Juanjo III y la guerra de unificaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora