INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]

Interlude

Hola de nuevo! Aquí un nuevo capítulo! Hoy estoy muy contenta porque mi historia llegó al #1 del tag de asesinato! Y no sé, eso me emocionó porque como que Wattpad no le gusta poner mi historia en primeros lugares xD En fin, esto no sería posible sin ustedes y su apoyo, les agradezco mucho por leer mi historia, también quiero disculparme por no contestar comentarios pero es que ya es un número enorme y no me daría tiempo de responderlos todos y luego me siento mal si solo contesto unos cuantos porque van a pensar que no quiero responder los demás, pero sepan que leo cada uno y lo agradezco infinitamente por tomarse el tiempo de comentar y por supuesto de leer y votar. Espero que les guste este capítulo. Les mando un beso y un abrazo.

Nota: Por favor echenle un ojito a las notitas al final del cap.

Nota 2: Hoy la portadita sólo tiene dos imágenes porque las dos se me hicieron perfectas para la historia y no quería cortarlas.

I

La temperatura afuera había descendido varios grados haciendo que el aire se condensara en todos los cristales de la cabaña , ese día, el cielo se había despejado y la mitad de la luna iluminaba con luz plateada la oscuridad de la habitación.

Era la cantidad perfecta de luz para distinguir el cuerpo de Brahms debajo del tuyo, tus piernas abrazaban su torso mientras te movías lenta y sensualmente sobre él, arrancándole un suspiro de placer tras otro, sus ojos oscurecidos brillaban ocasionalmente con su hermoso tono esmeralda, paseándose entre el movimiento de tus caderas y la expresión extasiada de tu rostro.

Su nombre dejaba tus labios una y otra vez, tu cuerpo estaba cansado y tus sentidos abrumados, pero era imposible no sentir la urgencia de complacer a Brahms cuantas veces quisiera tomarte esa noche.

Tus manos se aferraron con fuerza a sus hombros mientras ambos sintieron sus cuerpos deshacerse en lujuria una vez más, el ojiverde dejó que te movieras a voluntad sobre él hasta que fuiste capaz de hacerlo terminar con un gemido sensual y tu nombre entre sus labios.

Tu cuerpo exhausto se desplomó sobre el suyo y eras capaz de escuchar su corazón y su respiración luchar entre sí para ver quien iba más rápido.

El aliento entrecortado de ambos se mezcló con el fuerte viento del exterior y sentiste una paz indescriptible de saber que estaban solos ahí a la mitad del bosque, a la mitad de la noche, igual que en la mansión.

Brahms cerró sus brazos acurrucándote más sobre su cuerpo y hundiste tu rostro en su cuello, podías percibir el calor que emanaba de su piel, hacía que el dolor que ya comenzaba a acumularse en tus extremidades disminuyera un poco, no sabías si el hombre sería capaz de pedirte hacerlo una vez más, pero no lo descartabas, a pesar de haber pasado la noche divagando en bosque había tenido la energía suficiente para hacerlo tres veces seguidas, ahora mismo te preguntabas si aquello era una prueba del destino por haber deseado tanto a Brahms y ahora no ser capaz de seguirle el ritmo.

Hubo un silencio muy largo y ya comenzabas a sentirte adormilada.

—Me pregunto... —dijo el pelinegro haciendo círculos en tu espalda con una lentitud abrumadora—. ¿Cómo sabes que no estamos... —continuó pero sus palabras se cortaron entre un suspiro.

—¿Qué? —dijiste bajando por fin de su cuerpo y acurrucándote a su lado para poder mirarlo a los ojos.

—¿Cómo sabes que no estamos haciendo un bebé ahora mismo? —Soltó arrastrando las palabras con tal rapidez, como si decirlas a esa velocidad fuera a eximirlo de la culpa.

Soltaste una risilla de sorpresa mientras sentías que te ahogabas, esperaste cualquier otra pregunta menos esa. Lo miraste en la penumbra y podías ver sus ojos verdadera preocupación, debiste suponerlo ya que sumaria dos más dos tarde o temprano, sabiendo apenas lo básico de la reproducción humana que le habían dado los libros era obvio que llegaría a esa inquietante deducción y te lamentaste no haberle explicado antes, pero a decir verdad el que se decidiera por fin a dar el siguiente paso te había tomado por sorpresa completamente.