INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]

I Give In, And You Do Not Give Up

Hola de nuevo! Bueno, perdón por la tardanza! Les voy a ser honesta, llevo una semana con este capítulo, este ha sido hasta ahora el que mas he leido y editado y les digo la verdad, no me convence del todo, espero que les guste, el siguiente cap lo subire mas pronto, porque ya tengo una parte escrita que en realidad iba a estar en este, pero sentía que no encajaba del todo.

Ojalá les guste! Muchas gracias como siempre por todo su apoyo! Mañana espero poder subir la portada bonita!!

besos!!

I've been dead so long

—Estás mintiendo —exclamó con odio, sus uñas se clavaron con fuerza sobre tus hombros—. No es verdad, nadie podría amar a alguien como yo... —agregó y de inmediato notaste que su voz se quebraba, el gruñido y la voz amenazadora y cruel se había esfumado, su respiración se estrellaba agitada contra tu rostro.

—Es verdad Brahms... Es verdad—soltaste, sintiendo más lagrimas resbalar por tus mejillas, tu cuerpo seguía temblando, tus oídos zumbaban gracias a la adrenalina que te instaba a defenderte y salir de ahí, pero tu corazón estaba expectante, confiaba en que Brahms no sería capaz de lastimarte de esa forma—. Te amo Brahms...

Hubo un silencio, su peso aún aplastaba tu cuerpo contra la cama, pero podías notar por lo poco que podías ver en la oscuridad que sus manos cubrían su rostro.

—Nunca, nadie me ha amado, ni siquiera mi madre lo hizo... —susurró con un dolor que jamás le habías escuchado antes.

—Yo lo hago, te amo tal cual eres y no me iré —dijiste con un hilo de voz con la esperanza de que comenzara a recobrar la calma.

—No es verdad— se quejó con una carcajada amarga, como si todo eso fuera una broma—. Mientes como todos, mientes como Greta.

—Voy a decírtelo las veces que sea necesario hasta que lo creas... —contestaste sintiendo como tu voz aún se entrecortaba—. Y deja de compararme con ella, yo jamás te haría daño... —agregaste sintiendo el odio por esa mujer crecer en tu estómago.

Escuchaste otra risa cínica y te preocupó que pensar demasiado en Grieta lo volviera a alterar. Se inclinó de nuevo sobre tu cuerpo poniendo sus manos una vez mas sobre tus hombros, sentiste las gotitas cálidas caer sobre tu cara, estaba llorando.

—¿Cómo podrías amarme después de todo lo que te he hecho?  —soltó con amargura, tan cerca de tu cara que sentiste su aliento en tus labios—. ¿¡Cómo?! ¡¿Cómo puedes amarme, si soy un monstruo?!

—¡No lo sé! —aullaste con dolor, era verdad, tú tampoco lo sabías—. Solo sé que ya no puedo irme, no puedo dejarte Brahms, para mi no eres un monstruo... —aseguraste rompiendo en llanto—. Porque te amo...

Para ese momento te importaba menos si te creía o no, necesitabas decírselo, necesitabas afrontar que todo era verdad, a pesar de que te habías resistido a aceptarlo, que habías buscado miles de excusas por las cuales quedarte, no había otra explicación mas que esa, te habías enamorado del sujeto que te había amordazado, te había amenazado, acorralado, te había hecho mentir a la policía, te había pedido ayuda mientras estaba al borde de la muerte, te había atrapado en esa mansión y había tomado tu corazón en contra de tu voluntad.

Sentiste el peso de Brahms acurrucarse derrotado contra tu cuerpo, su cabello rizado acarició la piel de tu barbilla, su cabeza estaba recostada sobre tu pecho y escuchaste claramente como lloraba, lentamente sentiste tu piel humedecerse con sus lagrimas y no pasó mucho hasta que lo único que se escuchaba en la habitación eran los sollozos de ambos, porque aunque hubieras querido mantenerte fuerte, no podías dejar de llorar y sentir su dolor. Podías salvarlo de lo que le había hecho a Greta, podías salvarlo de que lo que había pasado con Emilie, pero jamás lo habrías podido sacar del infierno que significaba hacerte daño.