Whispers

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Hola de nuevo! Lamento la demora, pero después de las fiestas siempre me cuesta agarrar el ritmo, les traigo un nuevo capitulo, ojalá que sea de sus agrado, me gusta mucho la forma en la que se ha desarrollado todo, espero que les agrade también, a partir de aquí creo que es necesario centrarnos en partes mas amplias de la historia en cuanto al tiempo porque si no nunca vamos a llegar a ningún lado.

Muchas gracias por su paciencia, sus lecturas, comentarios y votos, ustedes son como siempre lo he dicho lo único que me anima a escribir esta historia.








El aire se llenó de un agradable olor a especias apenas media hora después de que la carne había sido puesta en el horno. Una única bolsa de puré de papa instantáneo quedaba en el fondo de la alacena, era suficiente para la guarnición así que comenzaste mezclar los ingredientes en la hornilla de la estufa.

—Lamento terminar con toda la comida —escuchaste a Brahms decir, había verdadera vergüenza en el tono de sus palabras.

—Llamaré a Jonathan para decirle que me prepare raciones dobles, para que no te limites en comer —contestaste, dando vueltas al recipiente con mantequilla.

—¿Estas molesta? —preguntó de repente, no hacía falta que usara la terrorífica voz del niño para que sonara como uno— Madre siempre se molestaba conmigo por tomar cosas de la alacena, gritaba hacía las paredes todo el camino hacía mi habitación... —comentó sin dejar de mirar la carne cocinarse.

Te giraste para encararlo, estaba sentado en una silla justo frente al horno, había insistido quedarse ahí para vigilar que la carne no se fuera a dañar.

—No Brahms, no estoy molesta —dijiste con media sonrisa, era melancólico mirar a través de él (cuando así lo permitía) y ver el chico inocente que coexistía con la bestia en la que se había convertido— Subestimé cuanto podías llegar a comer —agregaste sonriéndole.

El ojiverde sonrió también, y te diste cuenta cuanto te gustaba esa risa honesta, nada macabra ni amenazadora.

—¿Podemos cenar en el comedor? —preguntó apenas vio que ponías la mesa de la cocina.

–Seguro—contestaste confundida, la ultima vez que habían comido ahí, Brahms se notaba incómodo.

Llevaste toda la comida de la cocina al comedor y te diste cuenta que los cubiertos y la vajilla estaba puesta, eran relucientes platos dorados, jamás los habías visto en alguna de las alacenas.

Cuando levantaste la mirada pudiste ver a Brahms esperando en la silla de la cabecera, no se sentó hasta que no hubieras tomado tu asiento primero, lo que se te hizo un acto extraño y gentil para alguien que hubiera estado viviendo tantos años dentro de las paredes.

La silla de Brahms era mucho mas ornamentada que las demás y la imagen se te antojaba solemne, había algo elegante en Brahms en ese moment y sospechase que lo disfrutaba, había cazado el mismo la cena que estaba en sus platos y parecía satisfecho de si mismo, recordaste la forma en la que se cubría el rostro la última vez que habían comido ahí y ahora veías a un sujeto completamente diferente.

—Sabe muy bien —dijo después del primer bocado— No es para nada como solía hacerlo yo...

—Solo son un par de especias y hierbas, puedo mostrarte como hacerlo paso a paso si prefieres —contestaste sonriendo–. Además, si no fuera por ti estaríamos comiendo galletas ahora mismo...

Brahms asintió haciendo que su pesado cabello ondulara también, pero no dijo nada, aunque pudiste jurar que su mejilla sana se había sonrojado.

La cena había transcurrido completamente en silencio, el aire se arremolinaba a fuera y ocasionalmente se escuchaban gotitas repiquetear en las ventanas, pero ni  una señal de tormenta severa.

INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora