INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]

Voces

Hola mis amores! Aquí un nuevo capítulo, ojalá les guste, este puedo decir que ha sido el mayor reto desde que empecé esta historia, pero ojalá les guste este nuevo punto de vista, como les pregunte en el cap pasado, la imagen de este capitulo es una ilustración de mi autoría, (incluso estoy pensando en ponerla de portada xD) espero que les guste!  Gracias por todo su apoyo y sus comentarios! Gracias por leer <3 Las quiero!

"Brahms Point of View"

Una pesadilla horrible me despertó mucho antes de que amaneciera, mis padres decían mi nombre una y otra vez y el fuego me cubría completamente, mi rostro se deshacía entre las llamas, la sangre cubría mis manos. Me levanté de inmediato sintiendo las gotas de sudor resbalando en mi rostro, en la oscuridad me siento seguro, mi máscara no hace falta, pero siento un escalofrío recorrerme la espalda, unas ganas horribles de salir corriendo, sus ojos son lo único que percibo en el fondo de mi mente, sus ojos siempre confundidos. No me gusta eso.

Lo primero que pienso es en lo que le dije ayer y cierro los puños al escuchar mis propias palabras "Eso significa que te irás ¿no?" comenté antes de subir corriendo por las escaleras secretas de la cocina.

—Eso prometiste —dice la voz en mi cabeza, el tono dulce e infantil que me calma, la voz que me hace saber que todo va a estar bien.

—Lo sé... —contesto con pesadez, mi voz resuena en la oscuridad, gruesa y rasposa, esa que tanto odio porque no suena como la de un niño.

—¿Pero ya no te agrada tanto la idea no es así? —Pregunta el otro sujeto, el que siempre dice cosas malas, el que me hace dudar de todo, todo el tiempo.

—No... —le contesto, las voces callan al instante, me levanto decidido—. Ella no saldrá de esta casa...

Mis pies tocan el frío piso de madera y bajo la escalerilla de metal, siento un dolor agudo atravesarme el vientre, pero sé que ella hizo un buen trabajo curándome, la herida no sangrará más.

Siento mi nariz llenarse de ese olor a humedad, siempre me reconforta, doy pasos a través de las tablas que sé que hacen menos ruido casi sin pensar, mi cuerpo lo hace solo, moverse por detrás de esas paredes como si no existiera, es lo que sé hacer mejor.

Pronto me encuentro en mi habitación y hallo por fin lo que busco, me veo ahí recostado, mi rostro calmado, sereno.

—Ahí estamos... —escucho las voces decirme, asiento con una media sonrisa.

Me tomo entre las manos y regreso por donde venía, pero siento un dolor, y de inmediato me doy cuenta que no es mi herida, es mas arriba, en mi pecho, una urgencia de doblar hacía el otro corredor y ver a través del armario, verla como siempre todas las noches mientras duerme...

Abro mis ojos para poder distinguirla en la negrura de su habitación y agradezco no haberme puesto mi otro rostro, así puedo observarla mejor.

La he visto lo suficiente como para darme cuenta que no está completamente dormida porque se mueve inquieta en la cama.

—Seguramente sueña en dejarte... —dice la voz que siempre dice cosas malas, se ríe de mi.

Hago un esfuerzo grandísimo de no contestarle, no quiero llamar su atención y me vea así, horrible, desfigurado.

Cuando regreso a mi habitación busco de inmediato una hoja en blanco, seguramente debí de haber escrito esto ya muchas veces, pero me gusta hacerlo, siento paz cuando escribo todo lo que quiero que se haga, al pie de la letra, sin errores.

Seguramente el sol va a salir pronto porque escucho las aves a lo lejos, llevo bastante rato repasando el numero diez mientras pienso en como sería.

Mi mente viaja instantáneamente a Greta, mi Greta, y siento la furia crecerme en el estomago, aprieto tanto la pluma que mis dedos se ponen blancos y la herida en mi palma arde. ¿Por qué? ¿Por qué no quiso quedarse conmigo? Ella me pidió ayuda y lo hice, yo solo quería un beso de buenas noches...