As It Was

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Hola de nuevo!!

Aquí les dejo un capítulo más, ojalá les guste.

¿Qué le puse así sólo por la canción de Harry Styles? Si. ¿Me arrepiento? No, la verdad no, es que no puedo dejar de escucharla y por alguna razón pensé en ella con este capítulo.

Ameee la portadita de hoy! Me encanta cuando encuentro fotos que se ven bien juntas xD

Infinitas gracias a todas por todo el apoyo que le han dado a mi historia, de verdad no saben lo agradecida que estoy de que me sigan apoyando después de tanto tiempo y que lleguen nuevos lectores a ella, de verdad mil gracias, siempre recuerden esta historia es para ustedes y cada capítulo lo escribo con cariño.

Ya estoy dibujando el plano de la Mansión así que espérenlo en los próximos días.

Les mando un abrazo y un beso.


I

Tu boca se abrió en horror pero no fuiste capaz de emitir ningún sonido cuando viste la escena ante tus ojos. Al principio un miedo inexplicable, salvaje e irracional te embargó porque pensaste que la sangre le pertenecía a Brahms pero a medida que se acercaba no lo notabas herido, corriste un par de pasos hacía él y de inmediato la fría hierba se enredo en tus pies descalzos, la angustia ni siquiera te había permitido pensar en buscar zapatos.

Apenas Brahms dio unos pasos más se dejó caer de rodillas frente a ti y sentiste que tu mente se hundía un poco más en el miedo.

—Por todos los cielos Brahms, dime que estás bien—demandaste con labios temblorosos pensando que tu voz se iría en cualquier momento para nunca volver.

El pelinegro miró al suelo durante varios segundos y pudiste ver sus manos manchadas, el color del cielo hacía que el liquido pareciera alquitrán, pero no había duda, el olor metálico se filtraba a tu nariz.

—¡Brahms háblame! —demandaste sintiendo que no podías mantente más de pie, caíste a su lado y sostuviste su rostro con los dedos entumidos a causa del frío.

—Estoy bien... —soltó con un diminuto susurro y tu alma sintió descanso tan solo por un par de segundos, de inmediato una ola de incertidumbre se lanzó sobre ti, no querías saber, no querías saber de que o quién era la sangre.

Su respiración era dificultosa y sus ojos estaban ojerosos y enrojecidos.

—¿Qué pasó? —preguntaste sintiendo que las palabras se te atoraban en la garganta, no querías ni siquiera pensar en las posibilidades—. Por favor Brahms —rogaste conteniendo el sollozo—. Por favor dime que no lastimaste a alguien...—completaste percibiendo que la culpa crecía en tu interior pues habías sido tú la que había insistido en salir de la mansión.

—Tengo frío... —respondió ignorando por completo a tu pregunta y sentiste ganas de gritarle ahí mismo, de exigir una respuesta, pero la urgencia de ponerlo a salvo te invadió, la urgencia de saber que estaba bien pudo más que la posibilidad de que alguien hubiera salido herido o mucho peor, asesinado.

Pasaste tu mano por su brazo y en efecto, notaste que la temperatura de su cuerpo reflejaba el invierno que estaba por azotar Inglaterra, te preocupaste de inmediato poniendo la sangre en segundo plano.

Con dificultad te levantaste y lo obligaste a levantarse también, no había forma de que pudieras ayudarlo a caminar así que solo te limitaste a guiarlo del brazo hacía adentro de la cabaña. Lo miraste de reojo y podías ver su semblante tranquilo a pesar de que estaba temblando, te preocupaste que tal vez estuviera en alguna especie de transe o shock.

INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora