INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]

A Simple Day

"NOTA 19/05/20 22:10PM: EXTENDÍ EL FINAL PORQUE ME DI CUENTA QUE LE FALTABA UNA PARTE."

Hola!! Aquí les traigo un nuevo capítulo! Les puedo decir que esta cuarentena me ha deprimido demasiado all punto de no tener nada de inspiración, he tenido varios problemas y eso acaba con mi energía para escribir, no me odien si esta parte no es de su agrado o les parece aburrida, lo hice con mucho cariño!! Ojalá que se encuentren bien y sanas!! <3

Perdón por la tardanza y la ausencia! GRACIAS POR TODO SU APOYO!! LAS QUIERO MUCHO!! Prometo actualizar la portada bonita!! 

Besos!!

El crujido de la hierba bajo tus pies había tomado un ritmo agradable, el aire estaba húmedo y el cielo nublado, pero dudabas que lloviera, o al menos no todavía, Brahms caminaba en silencio a tu lado, no había dicho palabra desde que habían salido de la mansión y habían tomado camino hacía la parte de la propiedad que se perdía en el bosque.

Justo como se lo habías prometido el día anterior, habías salido a caminar con él después del almuerzo. Intuías que para ese momento ya debían estar bastante lejos de la mansión, en algún momento unas semanas atrás te habrías preocupado, pero no hoy, a pesar de que había dejado claro que lo más peligroso para ti era él, tú no lo veías de esa forma, al contrario, si no estuviera caminando junto contigo tal vez si te hubieras sentido aterrada de la soledad en el bosque, pero su respiración y el sonido de sus pasos te tranquilizaba al punto de hacer crecer en tus labios una suave sonrisa.

—¿Puedo tomar tu mano? —preguntó sacándote de tus cavilaciones, mirándote desde arriba haciendo evidente la diferencia de altura. Había decidido usar uno de sus suéteres largos, pero este era de un azul media noche, lo que hacía resaltar lo pálido que era.

Te giraste un poco para encararlo y viste una expresión de preocupación, quizás se había debatido si hacerlo o pedírtelo durante todo el camino. Estiraste tu mano para enrollarla en sus dedos, aunque te diste cuenta que tu mano era pequeña comparada con la suya.

—Lo lamento, no pudo tomar toda tu mano —dijiste avergonzada mientras le sonreías y entrelazabas tus dedos con solo tres de los suyos.

—Me gusta de todas formas, me gusta tocar tu piel—aseguró, sonreía también y eso llenaba tu pecho de una sensación de alegría inimaginable—. Gracias por acompañarme... —comentó reanudando el paso y un calor agradable te recorría desde donde su piel tocaba la tuya.

—¿Por qué decidiste salir a caminar? —inquiriste, no era común que Brahms saliera de la mansión por voluntad propia.

—Normalmente no tengo nada que hacer aquí afuera, pero tal vez tú estas cansada de solo estar encerrada, yo como sea estoy acostumbrado —respondió mientras se encogía de hombros—. ¿Te agrada?

—Si Brahms, me gusta caminar contigo —dijiste sonriendo al ver que su mirada estaba preocupada, tal vez pensaba que estabas aburrida—. No se porque no lo habíamos hecho antes...

—Me daba miedo dejarte salir —aclaró el pelinegro con un tono natural—. Temía que fueras a dejarme.

—No necesitas darme permiso de nada —comentaste un poco a la defensiva— no voy a irme, si salgo de la mansión regresaré.

Brahms no dijo nada pero te lazó una mirada de reojo, asintió en silencio y te preguntaste si de verdad habría tomado en consideración tus palabras.