Bajo Sus Encantos ©️

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Fiesta, alcohol y bailar ...

Esas eran las tres combinaciones que más frecuentaba mi vida privada.

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NOTA
Saludos, ni idea porqué están desordenados los Capítulos, pero pueden seguir el orden porque los mismos están enumerados (Es fastidioso) pero aún no solvento el inconveniente. -_-
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Acelerados latidos eran los que retumbaban en mi cabeza, además de la fuerte música electrónica en este antro llamado Veneno. Desde la zona Vip un sujeto no me quitaba la vista de encima. Supongo que era por mi vestido blanco con mangas de princesa lo único bombache en <<realidad>> de mi atuendo.

-Mia- puedo escuchar a mi amiga gritando cerca de mi oído -vamos por otra copa- a lo que yo negué sonriendo.

No tomaría más alcohol por esta noche, no más.

-Ve tú, yo no doy para más- le contesté, pero para ser sinceros ella estaba más que ebria y yo apenas había consumido 5 copas de Cóctel de piña colada, no tengo la necesidad de estar consumiendo alcohol hasta perder la conciencia; mi amiga Zoo se va a la barra a embrujar al Mesero, consecuencias del alcohol.

Seguí en la pista bailando sola hasta que percibo un cuerpo caliente acercarse a mi espalda, las manos de esa persona me toman de las caderas, veo sobre mi hombro es un moreno, ojos negros y alto. Me sigue el ritmo y le doy movimiento a mis caderas sobre su pantalón... Duramos un rato hasta que manifiesta el sujeto que llevemos la acción al baño, a lo que me niego rotundamente.

El se va un poco molesto, y yo me voy rumbo al tocador para arreglarme un poco el cabello y maquillaje.

-Señorita- Un sujeto con pintas de ser de seguridad privada me habla sobre la música- Los sanitarios están fuera de servicio, por favor vaya a la segunda planta- me indica a lo que yo asiento y le agradezco.

Ubico las escaleras y subo, los de seguridad no me piden explicaciones, solo voy a la segunda planta como si nada <<Para ser zona Vip>> el pensamiento me aborda.

Doy con los sanitarios e ingreso al de damas ¡Ops! Hay hasta perfumes en la barra de los lavabos, esto es de lujo, comienzo con mi labor de refrescar mi rostro y retocar mi lápiz labial.

Cuando termino con eso, me dirigí a la salida para volver sobre mis pasos.

-Mujer hermosa- escucho a mis espaldas, además de sentir como me toman del brazo con delicadeza.

-¿Disculpe?- me giro sobre mis talones.

Ojos azulados logro enfocar levantando la mirada además de la cabeza, el hombre que me sostiene debe medir más del 1,75 Ms.

-Me puede soltar- manifiesto con mi rostro serio y mi ceja alzada. Este sujeto va de traje pero no como el de seguridad, este es costoso sus gemelos brillan como los verdaderos diamantes ¡Dios! No creo que sean imitación.

-Disculpeme pero no puedo evitar no alabar su hermoso rostro- El sujeto me mira intensamente, es guapo pero de guapo lo tiene de atrevido.

-Vamos por una copa- escucho a mis espaldas, cuando me volteo no puedo evitar sorprenderme, el sujeto frente a mí es idéntico al otro que me está sujetando.

Me guían aún en mi estupor a un reservado que da directamente a la pista de baile, y recuerdo vagamente como la mirada del hombre de antes se asemeja al nuevo sujeto que ahora está a mi lado del sofá.

-Yo no debería estar acá, no estoy en la membresía- intento escusarme pero el sujeto que me sujetó se interpone e impide que me levanté del cómodo sofá.

-No tienes porqué retirar te Hermosa- Su voz ronca solo invita a pecar, y mi fuerza de voluntad flaquea cual viento de otoño...

-Debo buscar a mi amiga, está ebria- es una excusa muy mala, pero no tengo como salir de estos dos de forma menos sumisa.

-Ya uno de nuestros amigos la esta llevando a su casa, no te preocupes- ¿Cómo no preocuparme? Estos unos completos desconocidos, como confiar a qué no me quieren drogar y aprovechar de mi.

-Pues me tengo que cerciorar de que es así, me disculpan- Nuevamente mis intentos por salir de allí son nulos.

-¡Vamos a bailar!- El otro sujeto interviene de una forma efusiva, estos son como el día y la noche a decir verdad.

Me levantan como muñeca y bajamos las escaleras, no me dejan escapatoria uno se ubica en mi espalda y otro de frente, me siento un sándwich de jamón.

Me toman de la cadera ambos, sus manos me dan suaves masajes que intentan relajar mi rígido cuerpo, levanto la mirada sonrojada y busco desesperadamente a mi amiga, pero es inútil. Siento que desde atrás entierran la cabeza en mi nuca y su respiración da directo en esa parte sensible (cosquillas controlense) erizando mi piel. ¿Esta noche no terminará?

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