•°•18•°• Cuidados

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Alfredo trae el automóvil y todos ingresamos con una Mía inconsciente.

- A mi casa, Alec llama al Doctor - Le acaricia las lágrimas a Mía pero está aún no reacciona.

Llegamos después de 30 minutos a la casa de Aiden y el Médico llegó con dos enfermeras volvemos la alcoba principal en un mini hospital alrededor de una inconsciente Mía.

- Como sufrió un ataque; enfrentó fuertes acusaciones y lesiones físicas la señorita se desmayo, solo debe tener reposo y nada de estrés - Fueron las recomendaciones del médico, aún así las enfermeras asistirán a nuestra mujer hasta que despierte.

- Todos hablamos con los bufets más poderosos de la ciudad para demandar a todos los involucrados en el ataque incluído a Benjamín Bromen - Mi voz sale dura cuando estamos en el despacho de Aiden.

- No habrá agujero que resguarde al marica de Benjamín - Aiden y Alec contactaron a nuestros padres para que nos apoyen en la cacería.

Mía

Me despierto sintiendo mi cuerpo como si un camión lo hubiera aplastado, el olor a alcohol y medicinas llega a mi nariz, pero no estoy en el hospital sino en la habitación de Aiden con apariencia de mini hospital.

- Señorita ¿Cómo se siente? - Una de las enfermeras me pregunta mientras que la otra revisa las distintas máquinas a mi alrededor.

- Solo un poco cansada - Musito - ¿Dónde están? - Hago referencia a <<mis hombres>>, que bien suena eso.

- Les avisaremos - Toca un botón y en 5 minutos estoy rodeada.

- Dije que estoy bien - Mi sonrisa se agranda cuando veo la preocupación en los tres.

- Los que provocaron esto lo pagarán con creces muñeca - Aiden sostiene mi mano y la besa.

- Gracias - Lágrimas empiezan a salir de mis ojos, Alec me abraza y yo descargo todo lo que llevo dentro, sentí terror cuando Benjamín intentó propasar se conmigo, luego los reporteros terminaron de derribarme.

Luego de calmarme se retiraron no sin antes prometerme una sorpresa.

- Señorita le daremos un baño de esponja - Las enfermeras antes de marcharse me iban a lavar.

- No creo que sea necesario - Me negué rotundamente, solo Ellos me pueden hacer tal cosa, pero en este caso ni me estoy muriendo.

Ellas tomaron todos los equipos médicos livianos y se retiraron.

- Llegó por quien llorabas primor - Entra Zoo como una diva a la habitación.

- Zoo - Le grito riendo, siempre me levanta el ánimo, luego de hablar por dos horas y ponerme al día se que ha estado con el primo de mis hombres, el no comparte una dinámica sino que "es hombre de una sola mujer" aún no me cae para nada el.

- Voy a ir a cenar en un restaurant carito, igual voy a estar dándote vueltas amor - Me besa la mejilla y se va corriendo, como le urgía una relación seria.

Me levanto de la cama, es una tontería permanecer en ella cuando me encuentro bien, solo unos hematomas en los brazos y ya.

- ¿Por qué no estás en cama muñeca - Aiden es el primero en percatarse de mi cuando llegó a la sala.

- No estoy enferma, deja el drama - Me siento en el sofá para encender la TV.
Alec me lleva fruta picada y me alimenta con un tenedor.

- ¡Esto si es vida! - Exclamo cuando Alex me proporciona masaje en los pies.

Se que Aiden le sigue costando esto de la interacción con sus hermanos pero intento balancear los mimos de los tres, pero hay momentos que no puedo estar sobre pasos ligeros y solo me dejó llevar.

Nos vamos a descansar a la cama Alex, Alec y yo, porque Aiden está con el teletrabajo en su despacho.

No sé de dónde sacó Alex una rosa roja, pero con esta me está acariciando mi espalda mientras que mi cuerpo reposa sobre Alec.

- Eres hermosa - Me tenso al escuchar esa palabra <<hermosa>> hace ruido en mi y no puedo dejar de recordar cómo Benjamín intento abusar de mi.

- Tranquila estás a salvo - Alec me abraza fuerte, entiende mi cambio de actitud.

- Por favor no quiero que me digan así - Escondo mi cara en el pecho de Alec para que no vean mis lágrimas.

- Lo siento - Besa mi cabeza y yo alejo todo pensamiento negativo. Gracias al cielo que el animal de Benjamin no culminó lo que con intención quería lograr, de solo pensarlo me da escalofríos, y es que muchas mujeres corren con la desdicha de ser ultrajadas por hombres malignos.

Al pasar dos horas ambos caen rendidos y yo busco a Aiden que lleva horas encerrado, voy por la casa sin una prenda encima y me encanta esta pequeña libertad.

Entro al despacho sin tocar y veo a mi hombre con cara de culpa, me acerco a el para que note mi presencia.

- Mi amor - La mopa cariñosa escapa de mi de una forma natural, Aiden deja de estrujar su rostro y me mira.

Me siento en sus piernas y tomo su rostro - Nada de lo que pasó hoy es tu culpa, no te culpo así que no estés atormentando te en vano - Lo beso dulcemente y el responde con sus manos en mi espalda. Nos miramos unos segundos y el me toma de la cintura; me deposita en el gran sofá de cuero y lo veo desnudarse, es una obra de arte, muerdo mis labios.

- Mi mujer - Me besa de nuevo y me entrego a él, hacemos el amor en su oficina.

- Aiden te amo, los amo - Arqueo mi espalda al tocar el orgasmo y esas palabras salen con pura verdad de mi boca.

- Yo te amo más - Me besa mi cuello y sujeto sus caderas con mis piernas, siento su corrida llenarme toda.

Me deja arriba de su pecho, lo recorro con mis manos, reparto besos alrededor de su barba de tres días y ambos quedamos dormidos.

Bajo Sus Encantos ©️ [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora