•°•55•°• Punto de Quiebre

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- Tienes que improvisar - El hombre con el nuevo rostro me habla.

- Tu debiste ser lo suficientemente hombre y no lanzarme toda la responsabilidad a mi imbécil, corrijo imbéciles - Los veo a ambos, con toda la ira recorriendo mi cuerpo.

- Por favor Mía, dependemos de tí - Murmura.

- Se los voy a decir a mis hombres, esto no seguirá así, los estoy perdiendo como consecuencia por encubrirlos a ustedes - Me frotó el rostro frustrada - Leonardo ya no me importa nada más que mi familia - Veo sus ojos.

- Lo sé Mía, pero no puedo volver al mando, me asesinaran - Grita derribando la silla.

- A ambos - Murmuro viendo a su pareja - Pero si no le digo a Alec esto nunca tendrá fin - Me levanto de la silla, pero me sujeta Leonardo presionando su navaja en mi cuello.

- ¡No puedes! - Murmura cerca de mi rostro.

La tensión se siente en el aire, mi mano se dirige a mi estómago en protección. Una ráfaga de sonido, rompe el silencio causando que Leonardo lance un alarido de dolor, una bala perfora su pierna derecha derribando lo.

Alec entra por la puerta junto con mis hombres, que ya apuntan a Gerardo cercando el perímetro.

- Sabía que no estabas muerto hijo de puta - Alec me sujeta suavemente para ponerme a sus espaldas - Aunque cambies de rostro, siempre serás la misma plaga - Le quita el seguro del arma.

- No - Me situó alfrente entre el arma y Leonardo.

- ¿Hasta cuándo Mía? - Alex frunce el ceño, Aiden intenta acercarse.

- No puedes matarlo, sería el camino fácil para él - Exclamo viendo a Leonardo - Elije tú o Gerardo, solo uno saldrá vivo - Leonardo se pone de pie con ayuda de una silla mientras su pierna gotea más y más sangre.

- Yo - Murmura dándole una mirada a Gerardo de lástima.

- No eres más que un capricho - Dirijo mi mirada a él - Tú no lo entregaste pero él si y en bandeja de plata - Digo con un tono compasivo - ¡Vete y no voltees! - Exclamo dejandolo ir, Gerardo se va con el corazón roto de la sala.

- Lo van a escoltar - Le ordeno a mis hombres de confianza. Alex se acerca a mi espalda para abrazarme y alejarme pero me resisto.

- Quiero jugar un juego - Murmuro tomando el revólver que siempre guarda Alex en su tobillo izquierdo.

Tomo el arma de fuego, descargando le todas las balas, con excepción de una sola que la guardo nuevamente y giro sin saber en dónde va a disparar.

- Perra - Me dice Leonardo.

- Cobarde - Le contesto de vuelta.

- No muñeca, no te ensucies - Murmura Alex intentando quitarme el arma.

- Lo voy a hacer - Le respondo decidida, halo del gatillo y ninguna bala sale disparada, pero un sonidillo de agua se ve evidenciado debajo de la silla de Leonardo - Aparte de imbécil eres un sucio cobarde - El olor a orines impregna el lugar.

- No olvides que siempre tengo un plan B, y ese es que si no salgo vivo de acá, serás reconocida a Nivel Internacional como la cabecilla de la Mafia, no tendrás lugar en el mundo en dónde esconderte - Exclama agonizante.

- No importará, porque nosotros controlamos el sistema - habla Alec, así que decidimos lo que que haremos a continuación.

Bajo Sus Encantos ©️ [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora