•°•28•°• Maletas

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Después de arrancar la camioneta reflexioné lo de mi malestar, pedí ir al hospital, dónde me hicieron exámenes de sangre; los vómitos son consecuencias de la droga que utilizaron durante mi cautiverio.

Cuando regresamos a EE.UU me sentía en casa, los días pasaron pero aún me encontraba nerviosa no tenía tranquilidad solo cuando estaba cerca de ellos que podía dejar atrás mi paranoia.

Idee un plan de escape, necesitaba recuperar mi independencia y mi paz mental, junto con Carmen solicité vacaciones en la empresa.

Así que hecha un mar de lágrimas abordé un avión rumbo a recuperarme.

Aiden

- ¿Mía por favor la agenda de hoy? - Llego a la oficina pero el puesto de Mía está vacío. Supuse que estaba en otro Departamento.

Al llegar a mi escritorio ví su tableta dónde señalaba mi agenda de un mes, levanté mi ceja estrañado, mire sobre un costado del escritorio donde una carta reposaba. Era la letra de Mía dónde nuestros nombres se plasmaban.

- Necesito que vengan - Les mandé a llamar por el teléfono fijo, pasaron unos minutos y mis dos hermanos cruzaron la puerta.

- ¿Qué pasó? - Alex es el primero en hablar.

- Pasa algo con Mía - Manifiesto abriendo la carta.

Aiden, Alex y Alec mis hombres, les escribo esta pequeña carta con el propósito de despedirme, no será por mucho tiempo pero es incierto; solo quiero que conozcan que no he estado bien, necesito tiempo para sanar me de todos los acontecimientos. Se que me buscarán, les pido que no lo hagan, déjeme sanar las heridas... Pronto volveré a sus brazos porque me temo confesar que he caído Bajo Sus Encantos.

Los ama Mía.

Leo en voz alta la pequeña carta.

- Respetemos su decisión - Alec interviene, se que el la entiende más que nosotros, no será fácil.

- Será lo mejor para ella - Determino Alex asiente.

Una Semana Después

- Aerolíneas - Doy la orden.

- No creo que sea lo adecuado - Alex intenta mediar pero no puedo dejar que nuestra mujer este sin protección en quien sabe dónde.

- Ella pidió tiempo - Alec exclama.

- Unas dos semanas es todo - Determino, nos encontramos en casa pero no es lo mismo sin Mía por los pasillos con shorts y tacones.

- La extrañamos, pero es necesario este tiempo - Alec me da golpes en los hombros.

Bajo mi mirada y suspiro, me repito una semana más sin ellas en nuestros brazos.

Mía

Al tocar la puerta mi madre la abre.

- HIJA - Me abraza fuerte, las lágrimas salen.

- Mami - La abrazo fuerte - ¿Mi papá? - Pregunto buscándolo.

- En la montaña, vendrá más tarde - Me abre paso para entrar con la maleta - ¿Dónde están? - Se que me pregunta por Aiden, Alex y Alec.

- Madre he venido sola, tengo que contarte mucho - Mis lágrimas recorren mis mejillas.

Mi madre ve la tristeza en mis ojos, pasamos a la sala y ella prepara dos tazas de chocolate caliente, pero que yo bebo frío.

- Cuéntame hija - Le comienzo a narrar desde la reunión en la mansión, mi secuestro y las secuelas de este, tenía pesadillas y no podía quedarme sola en ningún lugar. Me refugié en sus brazos.

- Ya llegué - La voz de mi padre me saca de los brazos de mamá.

- PAPÁ - Salgo a su encuentro y lo abrazo.

- Pequeña - Me abraza fuerte - ¿Qué pasó? ¿Los mato? - Me rio en sus brazos.

- Es larga la historia pero ellos no tienen la culpa - Lo veo a los ojos, limpia mis lágrimas.

Pasé el resto de la tarde escuchando sus anécdotas para distraerme de todo lo que dejé en Washington DC, incluído a mis hombres, ellos se molestaron porque no les quise decir antes sobre mi secuestro; no quería sumar más preocupación a sus vidas y es que mamá no se podía llevar disgustos.

Pasé un mes con mis padres en casa, pero como mi papá tenía que estar viajando a la montaña dónde el opera de guía en temporada de caza, me fui yo por una semana, así el descansa y puede compartir más con mamá.

Hacia los deberes como mantener la hoguera y alimentar a los caballos, además de limpiarlos, bajé al pueblo por provisiones, pasé por las tiendas y adquirí ropas y botas de invierno, pero al pasar por una farmacia mi curiosidad me invitó a pasar.

Conduje por el camino nevado cuesta arriba, al llegar baje las compras e ingresé a la casa grande, descargue las cosas en la cocina y me dirigí al baño saqué la prueba de embarazo de la caja, estaba nerviosa tenía tres días sin que Andrés (Período) bajara.

Al hacer lo que apunta las instrucciones esperé los 5 minutos, cerré mis ojos y al abrirlos una rayita se apreció <<negativo>>. Primero sentí alivio después decepción todo mezclado, esa noche me tomé un té y después leche caliente para poder dormir un poco mejor, al despertar sentía cierta necesidad que no me animaba a solventar.

Me encontraba en la sala con un libro en mano, pero escuché que tocaban la puerta. A esta hora podría ser mi papá; me acerqué para abrir.

Bajo Sus Encantos ©️ [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora