Aiden
- Den unas vueltas a la ciudad y paren en un bar chicos - Hablo a los guardaespaldas que ocupan 3 camionetas ya que llegó el Ferrari de Alex.
Mía tiene en brazos a Mera evaluando las formas de escapar. Cuando los chicos se van Alex toma en brazos a Mera y le desprende el vestido junto con el apestoso pañal, para cambiarla en su totalidad.
- Desnuda - Alec se arrecuesta del auto y Mía ve hacia los lados totalmente nerviosa.
- Están dementes, estamos en una carretera - Se cruza de brazos molesta.
- Si no lo haces, lo haremos nosotros con un castigo - Contraataco.
Veo como se pertaca que no hay ningún auto circulando viendo hacia los lados, se desprende del vestido.
- Todo preciosa - Alex se divierte ya con nuestra hija en brazos, cambiada por prendas que nosotros compramos. Nuestra fugitiva se libra de su ropa íntima y queda expuesta ante nuestros ojos.
Alec se le acerca deslizando por su cabeza una enorme playera que le queda como vestido.
- ¿Por qué a la niña le compraron ropa y a mí no? - Murmura subiendo al auto, pero aprovecho de darle una nalgada.
- ¡Aaarr! - Suspira sobando la zona afectada.
Subimos a sus costados en los asientos traseros y Alex conduce el Ferrari, nuestra nena está en brazos de Alec.
Alex me guiña un ojo, y sostengo la cabeza de Mía.- ¿Ahora que quieres? - Está super molesta.
- Que me lo chupes, como solo tu sabes - Murmuro sobre sus labios y la veo tragar saliva, repaso sus labios con mis dedos - Pero solo te besaré porque está nuestra hija presente - Me apoderó de sus labios y la distraigo lo suficiente para que no se percate del camino que tomamos para llegar al viñedo.
- Aiden - Suspira entre besos y nuestros labios están tan hinchados por el tiempo que nos devoramos - Te extrañé, los extrañé cada día - Murmura borracha en mis brazos.
Al estacionar el automóvil Mera aplaude y Mía se percata del lugar.
- ¿Dónde estamos? - Pregunta sujetándome del cuello y jadeando.
- Vamos amor - La bajo del automóvil en mis brazos por falta de zapatos.
Ve todo con curiosidad como es el caso de nuestra hija, entramos a la casona y la ama de llaves Martha nos recibe, con una comida a base de vegetales y pasta.
Nuestra mujer devora el platillo y le pide a Martha la receta feliz, con una hermosa sonrisa en su bello rostro; Mera igual se come su papilla y haciendo desastre.
- Voy a limpiarla y toca su siesta - Murmura Mía cargándola.
- Martha por favor - Alex se la arrebata y se la da a la nana también - Nosotros vamos a cabalgar.
Mía lo ve con una ceja alzada, y Alex le sonríe coquetamente, entendiendo para donde se fueron sus pensamientos.
Minutos Después
- ¿Esto es todo? - Pregunta nuestra mujer, está de frente a mi en el mismo caballo, en la misma silla, no la dejamos montar por su cuenta por miedo a que huya.
- Si está tranquilo el paseo - Murmuro contra su oído y dirigí mi mano a su muslo acariciándolo, se erizan sus brazos y se resiste un poco.
- Volvamos - Pide Alex viendo el cielo que está nublado, pero es primavera.
Damos la vuelta y comenzamos con un trote suave.
- Detente - Mía pide en un hilo de voz.
Detengo el caballo y me bajo de prisas tomándola de la cintura.- ¿Estás bien? - Su rostro está pálido.
- Creo que se me bajó la tensión por el sol - Cierra sus ojos, está mareada.
Alec le aproxima una uva a su boca y ella la muerde volviendo poco después en si.
- Estoy mejor - Habla recuperando un poco el semblante, le limpio la comisura de su boca porque corrió el jugo de la fruta por ella.
Empieza a llover con fuerza y corremos a los caballos, estamos retirados de la casona.
- ¡Allá! - señalo una estructura de madera.
Nos dirigimos allí para refugiarnos de la tormenta, Mía extiende sus brazos ya empapados por la lluvia. Entramos al almacén de barriles.
- Voy a prender la caldera - Anuncia Alex dirigiendo los caballos al establo que conecta al almacén.
- Debemos de quitarnos estás ropas mojadas - Mía murmura sacándose la camisa y el pantalón siguiendo a Alex, la sigo embobado por su tracero respingón que se gasta.
Colgamos la ropa en unas cuerdas improvisadas, además de cubrirnos con unas mantas.
- Adivinen - Mi hermano se pasea desnudo por el lugar con unas copas en mano, llegó la degustación de vinos.
Le ofrece una copa a Mía que lo está devorando con la mirada, además no se de dónde diablos saca una bandeja de quesos.
Esperamos a que Alec termine de secar a los caballos y se nos une tomando de una copa.
- Mmmm me gusta - Nuestra fugitiva bebé de su copa y come un queso.
Aún llueve con fuerza pero estamos resguardados y calientes, muy calientes.
- Creo que ya son muchas copas - Le quitó la copa a medio terminar a Mía.
- Noooo yo quiero más - Me intenta sacar la copa pero se lo imposibilito, me sigue dejando caer la manta mostrándome una vez más su desnudes.
- Solo un poquito - Esta bastante tomada con solo tres copas.
- No ya basta - Le niego la copa, me ve con cara de cachorro, ve mi pecho luego más abajo, se va agachando poco a poco sin quitar su vista de mis ojos, arqueo una ceja y ella pasa la legua por mi pelvis, que me hace vibra la polla.
- Por favor papi, me pórtare bien, ya no me pórtate mal lo prometo por la garrita - Me susurra como si fuera un secreto. Besa la punta de mi polla y cobra vida que se alza - Estás muy lindo venoso y grande - Murmura viendo mi polla y una gota de pre semen adorna la punta, pero es limpiada por su lengua.
- ¿Quieres jugar nena? - Le pregunto, y ella asiente rápidamente con cara de niña buena - Ves a Alec - Voltea su vista a mi hermano con una media erección sentado sobre la manta - Quiero que lo cabalgues como a él le gusta - Susurro y ella como una niña buena obedece.
Se acerca gateando a su dirección y le ofrece su espalda, el ubica sus manos en la cintura contraria y con ayuda de su tracero estimula la polla que se alza.
- Suave por fis - Murmura prendida de placer.
Alec escupe su mano y estimula el ano de Mía, que se encuentra cerradito; unos minutos después está con su cabeza dentro y poco a poco la va ensartando.
- ¡Ay ay! - Se queja la nena.
- Toma tu chupete - Le acerco mi pene a su boca y lo saborea pero también mis testículos. Aún intenta mi hermano ser gentil, pero Mía se cansa y se ensarta solita.
- MMMMM - Empieza un sube y baja por el falo que me ayuda a mí a sentir su garganta vibrar con placer, con las manos en la cadera de Mía ayuda a que se impulse mejor.
Alec me hace las señas, y retiro mi pene de su boca, el se detiene.
- ¿Qué pasa? - Intenta moverse pero se lo impedimos.
- ¿Te acostaste con Cuervo? - Me cuesta formular la pregunta.
ESTÁS LEYENDO
Bajo Sus Encantos ©️ [+21]
RomanceFiesta, alcohol y bailar ... Esas eran las tres combinaciones que más frecuentaba mi vida privada. [+21]